La población media diaria en Menorca durante los meses de verano supera los 140.000 habitantes frente a los cerca de 75.000 del invierno. El aumento de la intensidad del tráfico que soporta la carretera general (Me-1) en estas fechas -al pasar de una media de unos 10.000 vehículos por día a puntas que rondan los 19.000 en determinados tramos-, unido a la ralentización del tránsito y el incremento del riesgo en los adelantamientos, son algunos de los argumentos esgrimidos, ahora más que nunca, por quienes defienden desdoblar esta vía troncal de la Isla para ganar fluidez y seguridad, tal como abogan las empresas del transporte, el Partido Popular y Unió Menorquina (UMe), entre otras organizaciones.
En frente de esta postura se encuentra el equipo de gobierno del Consell, contrario a convertir la Me-1 en una autovía o en un vial de doble carril. Posición que respaldan también los ecologistas del GOB y otros colectivos de la Isla por el impacto medioambiental que esta cicatriz causaría en la Isla. En opinión del conseller de Movilidad, Damià Borràs. Las propuestas contempladas por el Plan Director de Carreteras elaborado por el Consell para la Me-1 "son suficientes para garantizar la fluidez del tráfico todo el año", habida cuenta de que según los análisis de los últimos años, se observa una estabilización del ritmo de crecimiento de la intensidad de tráfico en esta vía "independientemente de la crisis económica". El índice de motorización en Menorca llega a los 593 vehículos por cada mil habitantes (año 2006) y según los datos recogidos en la memoria del Plan Territorial Insular (PTI) se generan en las carreteras entorno a 60.000 viajes interurbanos por día, trayectos que comienzan a estabilizar su crecimiento. Si bien estos datos no impiden que unos y otros sigan a vueltas con la principal carretera de la Isla.
Más velocidad
El conseller de Movilidad, recalca que sólo la propuesta recogida en el Plan de ampliar la anchura del arcén de 1,5 a 2,5 metros, permitirá incrementar la velocidad media de esta vía en 10 kilómetros a la hora al posibilitar que por él circulen los vehículos especiales de pequeña cilindrada y tractores además de proporcionar mayor seguridad en los accesos a los caminos rurales y fincas. La modificación del arcén amplía, igualmente, el límite de velocidad permitido para los camiones, que pasará de 70 kilómetros por hora a 80 y el de los autobuses, al pasar de 80 a 90 kilómetros por hora, lo que contribuirá a incrementar la celeridad del tráfico. Ésta propuesta ha sido bien acogida por la Asociación de Empresas de Transporte de Menorca, (ASTRAME), que a pesar de todo tilda el Plan de carreteras del Consell de "muy conservador" y "poco previsor". El presidente de la entidad, Joaquín Bisbal, mantiene la necesidad del desdoblamiento porque la gran afluencia de vehículos de esta vía, no sólo provoca un tráfico lento e inseguridad, sino que supone importantes pérdidas económicas para las empresas y particulares. Para Bisbal, la creación de siete rotondas entre Maó y Ciutadella tal y como contempla el Plan es "excesivo" para un vial de tan sólo 44 kilómetros. Reclama igualmente una vía alternativa para el tramo entre Ferreries y Ciutadella y la construcción de un vial de acceso a distinto nivel en la entrada a Alaior por el Polígono Industrial a semejanza del que ya existe en el desvío a Son Bou porque "la orografía lo permite y daría seguridad", justifica.
Tacógrafo
Mención a parte merece el uso obligatorio del tacógrafo en los vehículos de transporte de viajeros y mercancías que entró en vigor a principios de año y que según ASTRAME ha contribuido a reducir si cabe aún más el límite de velocidad permitido por el temor de los conductores a la pérdida de puntos del carné. Al respecto, el conseller de Movilidad, precisa que el tacógrafo es una herramienta de seguridad más, aunque considera que "no es el mejor momento" para implantar un uso obligatorio en una situación de crisis económica.
Parches
Por su parte, el Partido Popular asegura que el tacógrafo ha contribuido a agravar aún más la "saturación" que a su juicio sufre ya la carretera durante prácticamente todo el año. Los populares critican duramente el Plan de carreteras diseñado por el Consell por no tener "una visión de futuro" y por parchear problemas que exigen de intervenciones de mayor profundidad si tenemos en cuenta que la población menorquina crece desde el año 2.000 del orden del un 3 por ciento anual, una media de 2.500 personas al año. "El Plan sólo ataca cuestiones puntuales y no planifica la carretera para los próximos 20 años como especifica que debe hacerse la Ley de Carreteras. Cuando finalice la ejecución del Plan, todo quedará obsoleto", subraya el portavoz popular en el Consell, Juan Domínguez. "El desdoblamiento es necesario por seguridad y porque hoy día muchos menorquines conducen con verdadero pavor por esta carretera. Hay que adecuar la vía a las necesidades actuales y no hacer parches con carriles adicionales y ,por supuesto, sin las rotondas que propone el Plan", añade. En relación a la seguridad, la memoria informativa del Plan Director de Carreteras, destaca el importante descenso del número de accidentes producido en los últimos años, pero en cambio subraya el aumento de la gravedad de los siniestros. La mayoría se producen por salidas de vía o colisiones entre vehículos, y las principales causas son el exceso de velocidad, la conducción distraída y el incumplimiento de la señalización. Los meses en que se concentran más los accidentes con víctimas son desde mayo hasta agosto, coincidiendo con el aumento del tránsito estacional.
Coste
Por otra parte, los populares critican que el Plan ya haya costado al Consell 300.000 euros sin ni siquiera poner una piedra en la carretera y defienden aplicar el modelo de la Ronda Sur de Ciutadella en la carretera general; dos carriles por sentido con una mediana de metro y medio y arcenes de 2,5 metros además de los tres metros de la zona de reserva. La vía de Ciutadella se adjudicó por 9,6 millones de euros y su dimensión era de 4,7 kilómetros. Los populares calculan en 100 millones el coste del desdoblamiento. El conseller de Movilidad advierte que con el Plan de carreteras, la Me-1 pasará de tener una anchura de 12 metros a 15,5 y el coste estimado de ejecución de la propuesta del Consell en su conjunto sería de 12 millones de euros, mientras que según Borràs, en la propuesta del PP, la anchura de la vía pasaría a ser de 41,1 metros y el coste se elevaría a unos 286 millones. Precisamente, el daño medioambiental que el desdoblamiento de la vía causaría en el paisaje de la Isla está detrás de la oposición de los ecologistas a su desdoblamiento. Pero a este motivo, suman además los cambios experimentados en los últimos años en el ritmo de crecimiento de la intensidad del tráfico en esta vía, como también apuntan desde el Consell. Miquel Camps, coordinador de ordenación del territorio del GOB, explica, no obstante, que la carretera general no debe ser analizada como un todo uniforme, sino que existen tramos que requieren más intervenciones que otros, como los que discurren entre Ferreries y Ciutadella o entre Maó y Alaior por la intensidad de tráfico que soportan. Según Camps el mayor problema de la vía es causado por la incorporación de vehículos lentos. "Esto genera nervios en el resto de conductores y más que una disminución de la velocidad se produce una pérdida de seguridad. Nosotros, después de hablar con colectivos implicados, propusimos al Plan ampliar los arcenes de 1,20 a 2,50, lo que permitirá encauzar los vehículos especiales al arcén y ganar operatividad. Ahora hemos visto que nuestra propuesta se ha incorporado", comenta satisfecho. Camps, en cambio, critica el excesivo número de terceros carriles que plantea la propuesta del Consell. "Algunos no los vemos claro y por supuesto lo que no vemos adecuado para nada es el desdoblamiento", enfatiza.
Alternativas
En relación a la vía alternativa entre Ferreries y Ciutadella, cualquier solución ha quedado relegada por el Consell al Plan de emergencias que deberá ser elaborado en un plazo de dos años. Dicho plan deberá evaluar las hipótesis en las que Ciutadella puede quedar aislada en caso de un accidente en la vía. Al respecto, el conseller de Movilidad afirma que no descarta introducir alguna modificación en este tema dentro del Plan de carreteras si es necesario. "Comenzaremos a trabajar por los tramos más complejos como el Maó-Alaior y Ferreries-Ciutadella y valoraremos si las actuaciones contribuyen a los objetivos buscados, pero estamos abiertos a modificaciones si es necesario", apuntó. Damià Borràs insiste, sin embargo, que estas modificaciones no serán necesarias a corto plazo porque paralelamente a las actuaciones de mejora en la vía, se intensificará la promoción del uso del transporte público "Ahora estamos en una proporción de uso de 5 a cien y esperamos pasar de 15 a 100 y también hay que tener en cuenta la incógnita que supondrán los modos de trabajo del futuro, donde los desplazamientos posiblemente ya no sean tan numerosos", advirtió.
El Plan de carreteras afronta su última etapa administrativa antes de su ejecución. La crisis y las dificultades económicas de las administraciones públicas no serán a priori un obstáculo para su puesta en marcha, según afirma Borràs, pero sí está generando dudas en otros sectores de la Isla. Incluso desde ASTRAME, aún no compartiendo en su totalidad el contenido del Plan, se hace un llamamiento para que, de una vez por todas, se inicien las obras de mejora en la carretera.
Fin del plazo de alegaciones
El Plan de carreteras, que el pasado día 10 de junio finalizó el período de alegaciones, contempla entre otras medidas la construcción de seis nuevos carriles para vehículos lentos (entre cada población habrá tramos con un tercer carril en los dos sentidos), la prolongación de los dos existentes, la incorporación de 16 cambios de sentido, la construcción de seis rotondas y una mayor anchura en los arcenes existentes. La carretera reformada tendrá dos carriles de 3,5 metros cada uno y una mayor anchura de los arcenes que pasan de 1,5 a 2,5 metros.