Francisco Javier Cañizares y su esposa compraron en 2004 un apartamento junto al Lago de Cala en Bosc, en el complejo Christine Beach Club, compuesto por 26 apartamentos y 31 locales comerciales. Cuando lo hicieron, sabían que en los bajos de su vivienda se encontraba un bar, el 'Flamingo's Bar & Music'. Lo que ignoraban, sin embargo, era que la licencia que tenía concedida desde 2002 era la de café-concierto aunque, en realidad, se trataba –aseguran– de una discoteca. Las continuas molestias provocadas por los ruidos del local llevaron en agosto de 2006 a Cañizares a pedir a los servicios técnicos municipales copia del expediente de concesión de las licencias de instalación, apertura y funcionamiento del bar para saber si se ajustaba a la legalidad vigente. Finalmente, en julio de 2008 se dirigió al Ayuntamiento para pedirle que iniciara el procedimiento de revisión de oficio de los decretos por los que se concedía licencia al local para la actividad de café-concierto. Tras otros dos escritos –el último de ellos, en enero de 2009–, el propietario, que se dedica profesionalmente a la abogacía en un bufé de Barcelona, decidió que había llegado la hora de interponer recurso contencioso-administrativo ante los tribunales. En él, solicita la revisión de las licencias de café-concierto del bar y su nulidad.
Reuniones sin fruto
Cañizares no ha dejado de mantener reuniones con los responsables municipales, desde que se inició el procedimiento. El propietario asegura que la ex regidora de Gobernación, Anna-Maria Pons, ha manifestado en todo momento su voluntad de poner fin a la situación, buscando soluciones que eviten molestias a los vecinos y permitan, al mismo tiempo, a los empresarios de Ciutadella desarrollar sus actividades; algo que, lamentablemente –apunta–, ya no podrá hacer al haber tenido que renunciar a la concejalía.
Café-concierto, igual a discoteca
Éste no es, sin embargo, el único problema de la zona, pero sí, en opinión de Cañizares, el más importante, dado que –recuerda– en Ciutadella no existe una Ordenanza de Horarios y la actividad de café-concierto "no es, en el fondo, otra cosa que una discoteca". El caso del 'Flamingo Bar' no es único en el Lago. En los bajos del edificio existe otro café-concierto, el 'Bar Shamrock' y, por si fuera poco, el Ayuntamiento concedió el año pasado licencia de café-concierto a otro local, el 'Pub Chaplin's', que hasta entonces era sólo una cafetería de una taza.
En el contencioso interpuesto contra el Ayuntamiento sobre la situación del 'Flamingo Bar' el propietario de los apartamentos asegura que "los únicos usos posibles" en todos los locales comerciales situados en la planta baja del complejo Christine Beach Club "son los de bar y restaurante", y –advierte- "no se incluyen usos tales como el de ocio o comercial".
Pese a la "claridad" con la que, en su opinión, se expresa el Plan General de Ciutadella a la hora de concretar los usos admitidos específicamente (bar y restaurante), se está desarrollando la actividad de café-concierto, "a sabiendas del Ayuntamiento", al que acusa de haber concedido en su día las licencias, "con una interpretación totalmente fraudulenta de las disposiciones vigentes". Añade que la propia publicidad del local anunciaba en 2008 música desde las 23 horas hasta las 3 de la madrugada.
Fraude de ley
El abogado y propietario insiste que el Ayuntamiento de Ciutadella "realiza una interpretación totalmente desfasada y desajustada de las disposiciones legales vigentes y, en claro fraude de ley, vincula la actividad de café-concierto con la de bar y restaurante".
Según el contencioso, "tratar de aceptar la actividad de café-concierto en base a los códigos CNAE –esto es, en base al nomenclátor fiscal– de 1974 roza el absurdo, por no hablar de temeridad manifiesta". Recuerda, de hecho, que esta clasificación –que, no obstante, sirvió de base para redactar el PGOU– se encontraba derogada por el Real Decreto 1560/1992.