A pocas horas de que se dispute la final del Mundial de Sudáfrica entre "La Roja" y Holanda, el ambiente de tensión entre ambas selecciones se palpa en las calles. Las banderas ondean en los balcones y bares, y los seguidores van uniformados con las camisetas de sus equipos. En Maó, encontramos a Jan Peter Van der Graaf, residente en la Isla de origen holandés, quien vive en su propia piel defender su selección en territorio "enemigo".
Sobre el resultado, Van der Graaf reconoce temer "la victoria de España, porque está más fuerte que Holanda, pero aun así, de corazón, quiero que gane Holanda".
Sin embargo, ni un resultado ni otro podrán impedir que este holandés de profesión fisioterapeuta celebre la victoria de alguno de los equipos: "Lo celebraré igualmente, pero reconozco que me da miedo que gane Holanda, porque no me atreveré a salir con el coche, la bandera y tocando el claxon, tal y como hacían el miércoles los seguidores de "La Roja".
Para él, como para su familia y amigos holandeses, lo importante de este encuentro es el ritual previo y durante el partido.
El menú de la cena en casa de Van der Graaf será arenque crudo y cerveza holandesa con unos tulipanes a modo de decoración en el centro de la mesa. Además, afirma, "pase lo que pase será un buen partido. Son equipos con estilos de juego parecidos".
Sobre la predicción del oráculo Paul el Pulpo, dijo, bromeando, que también se equivoca y que "si hace falta, lo cambiamos por arenque holandés".