"Por favor, sólo pido una cosa: que no se pierda el trabajo que realizó mi padre en este espacio" comentaba la hija del artista, Isabel Pruna. Ella fue una de las invitadas a la inauguración de la capilla que ayer tarde se celebró en Mongofra, un edificio que ha pasado por una rehabilitación arquitectónica y artística a cargo del arquitecto Enric Taltavull y los restauradores Francesc Isbert y Lina Torres. Hasta el predio de la Fundació Rubió Tudurí se desplazaron unas 50 personas que pudieron conocer más acerca del pintor Pere Pruna.
Isabel Coll, profesora de Arte en la Universidad de Barcelona y experta en la obra del artista, ofreció una completa explicación sobre las pinturas del artista a lo largo de su vida. "Pruna tiene un lenguaje pictórico muy personal. Lo tradicional y el clasicismo se mezclan para ofrecer una obra de seductora modernidad" explica Coll. La presidenta de la Fundació, Mercè Rubió, aseguró que la inauguración significa "un objetivo cumplido que mi padre planteó en su día. Es una capilla pública de la que podrá disfrutar toda la población". Por otro lado, la hija del pintor afirma que es un buen trabajo, ya que "para pintar la vida de San Fernando, mi padre se tuvo que estudiar su biografía durante un año. En la capilla no pudo plasmar sus fantasías, pero sí algún que otro elemento característico de su estilo".