La sensibilidad y la colaboración institucional se han impuesto a lo inflexible que, a menudo, tienen las decisiones adoptadas en los despachos. Autoridad Portuaria de Balears (APB) se comprometió ayer a no iniciar ningún expediente de expropiación en Cala Figuera y a buscar soluciones que permitan compatibilizar la explotación de este rincón del puerto de Maó y el mantenimiento de las viviendas radicadas allí.
El acuerdo fue alcanzado en el seno del Consejo de Administración del ente gestor de la rada mahonesa a propuesta del Consell, institución que expresó a los vecinos de la zona su voluntad de mediar en defensa de sus intereses en el transcurso de una reunión celebrada a finales de mayo pasado.
"El Consejo ha ido bien. El presidente de Autoridad Portuaria ha tomado el compromiso de no iniciar ningún expediente de expropiación y de abrir un proceso de análisis y elaboración de propuestas diferentes a las actuales para mejorar Cala Figuera sin tener que eliminar las viviendas", explicó Marc Pons. El presidente del Consell remarcó que la ordenación de esta zona se abordaría desde "un planteamiento diferente al del Plan de Usos", si bien no era lo prioritario.
"Lo primero es el desmantelamiento de las instalaciones de la CLH", afirmó Pons. En este sentido, cabe recordar que la Compañía Logística de Hidrocarburos, tras proceder a inertizar las instalaciones con la limpieza de las tuberías y el vaciado de los depósitos, suspendió a principios de junio las tareas de desmontaje a la espera de obtener la licencia.
Mientras estas tareas se completen, APB podrá impulsar el estudio de las posibles alternativas, algo que, según Pons, ha de hacerse desde la colaboración institucional. "Cuando estén listas estas alternativas, volveremos a sentarnos", aseguró el presidente insular, quien reconoció que no había sido fácil lograr este compromiso.
La afirmación suponía un reconocimiento implícito del papel que el Consell ha jugado y del que son conscientes los afectados por los planes de APB. "A partir de la reunión con Marc Pons comenzamos a notar una mayor sensibilidad", destacó Raúl Pérez, propietario de una vivienda en Cala Figuera. "Estamos contentos. Este compromiso supone un alivio y es un paso muy positivo en un proyecto importante para toda la Isla en el que no queremos ser ni víctimas ni impedimento y en el que nos gustaría que todas las partes salieran favorecidas", añadió Pérez. "No sé si creérmelo, pero pinta bien. Estoy muy contento", confesaba Raúl Pons, otro vecino, con la voz teñida de esperanza, la que se abre para este rincón del puerto.