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Nos llamamos Emilio y Carlos García Simó. Fuimos los primeros gemelos en nacer en el Hospital Verge del Toro. Y aunque seamos gemelos, yo (Emilio) nací día 4 de marzo de 1957 y mi hermano día 5. Es que nuestra madre dio a luz a media noche. Carlos trabaja de mecánico en Argentina y yo (Emilio) tengo un estudio de pilates con mi mujer. A los dos nos gusta el baloncesto, caminar, nadar.
¿Por qué habiendo nacido en Menorca ambos tienen acento sudamericano?
E: Antes de los dos años ya vivíamos en Argentina. En los años 60 nuestros padres y tíos formaron una empresa en Buenos Aires donde fabricaban la multiprocesadora Kenwood. Hace una veintena de años que yo decidí regresar a Menorca mientras que mi hermano se quedó allí puesto que ya había construido una familia. Y es ahora cuando Carlos ha vuelto a poner los pies en esta tierra desde nuestra marcha de pequeños. Yo viajé el año pasado hasta Argentina. Tampoco había tenido la oportunidad de ir antes.
¿Y su separación fue dura?
C: Imagínate. Yo sufrí mucho porque estábamos muy unidos y desgraciadamente estuvimos muchos años sin vernos. Hoy en día hablamos vía internet diariamente. Aunque me fui cuando aún era muy pequeño siempre me he considerado menorquín. Me acuerdo que la maestra de séptimo grado me ponía en penitencia porque al preguntarme si mi padre ya tenía nacionalidad argentina, yo siempre le contestaba que no. Yo conocía Menorca por fotos, por dichos, pero ahora me doy cuenta que es mucho más de lo que me habían contado, la Isla está preciosa. Yo considero que Menorca es mi casa, es donde nací. Tengo la sensación que me arrancaron de acá. Si por mi fuera yo venía a vivir aquí.
¿Qué anécdotas han compartido?
E: En Buenos Aires siempre hablábamos en menorquín de puertas adentro, en casa. Cuando cruzábamos el portal lo hacíamos en castellano. Nuestros compañeros nos llamaban los ingleses, porque cuando hablábamos no nos entendían y creían que nos comunicábamos en inglés. Una vez, jugando al baloncesto yo llegué tarde al partido y cuando me incorporé habían expulsado a mi hermano por faltas. Él se había ido al vestuario y cuando yo salí hicieron volver a Carlos porque creyeron que era el mismo que salía. También es cierto que nuestra madre era modista y nos hacía la misma ropa en colores distintos para diferenciarnos. Cuando nos cambiábamos la ropa incluso ella nos confundía. Con la gente, si nos hacíamos pasar por uno, cuando nos veían a los dos se asustaban. Y ahora aquí también nos confunden.
C: Durante este mes que he estado aquí he ido al banco a sacar dinero para mi hermano y me lo han dado. Hace un par de días fui al mercado y una mujer me dijo "me vas a saludar o no" y no se creía que no era Emilio.
¿Es cierto lo que dicen que lo que siente uno lo percibe el otro?
E: Algo hay. Para ponerte un ejemplo, Carlos estuvo muy enfermo. Yo no lo sabía pero durante esos días estuve muy mal. Si uno lo pasa mal el estado de ánimo del otro se altera.