Desde que cerrara sus puertas en 2007, el Hospital Verge del Toro se ha ido degradando de forma alarmante, tanto por estar en desuso como por el vandalismo sufrido, un hecho que continúa ya que, estos últimos días, varias ventanas del inmueble han aparecido con los cristales rotos y los marcos partidos. En el mes de junio, "Es Diari" se hacía eco del abandono de numerosos expedientes de atenciones médicas encontrados por algunos ciudadanos de la zona, algo que sorprendió a la población y es que ese tipo de información es estrictamente confidencial. También se sabe que cualquiera puede entrar al hospital dado que hay diversas ventanas rotas, a pesar de que ciertas dependencias se tapiaron en su día.
Lo cierto es que, hasta ahora, algún que otro habitáculo del edificio ha sido utilizado para reuniones tipo "botellón", por lo que se puede apreciar en los restos encontrados. Muchas personas se preguntan cómo es posible que un edificio de tales características, majestuoso y con unas vistas privilegiadas, esté condenado a destruirse poco a poco. El hecho de que pertenezca a la Tesorería General de la Seguridad Social provoca cierta impotencia ante el 'pasotismo' generalizado en lo que a su protección o mantenimiento se refiere. Ya lo aseguran desde la Policía Local, "no depende de nosotros porque el propietario es Sanidad".
¿qué hay del futuro?
El pasado mes de abril, todos los grupos políticos acordaron que este otoño debería salir a la luz el plan de usos del "Verge del Toro" con el fin de paralizar su degradación. La idea es convertir el espacio en un centro sociosanitario pero hay que decir que a muchos ciudadanos les invade la desconfianza y se escuchan frases como "si no lo han hecho en todos estos años, ahora tampoco lo harán", "si realmente hubieran pensado en hacer ese centro, no habrían dejado que se echara a perder", "ahora no hay dinero para eso y, como han permitido que se destroce, habría que hacer una gran inversión", "dicen que lo harán porque pronto son las elecciones, pero de eso nada". Son las opiniones de muchos vecinos que van viendo cómo el "Verge del Toro" se viene abajo. Cierto es que una pequeña parte de ellos no ha ayudado con sus actos vandálicos pero el resto, por ahora, deberá conformarse con usar el patio del inmueble como lugar estratégico desde donde observar los fuegos artificiales de las fiestas de Maó.