En "Menorca–Pintors d'avui", y en el apartado de "Experimentación", aparece Josep Marí Sintes, albañil de profesión que por medio de los pinceles ha conseguido "plasmar de forma libre las imágenes que le llegan a su mente", creando un lenguaje personal, propio y que, siendo reconocido en círculos contemporáneos internacionales de ferias, exposiciones y centros de arte, es el gran desconocido en su isla, en Menorca; de ahí nació mi deseo de acercarle a su gente y ofrecer, al propio tiempo, una pincelada de su personalidad.
Albañil y pintor, pero antes de todo ello un chaval de la Ferreries de la posguerra. ¿Cómo recuerdas aquellos años?
Con nitidez y sin olvidar que Ferreries era, en aquellos años, un pueblo con un bajo nivel económico; prácticamente se vivía del campo, algunos "mestres de paret seca" y poco más.
La fábrica de zapatillas de "mestre" Perico Mascaró, ¿cierto?
Sí, fabrica aquella, la "des carrer Fred", que fue el embrión del actual "imperio" Mascaró y que representó abrir una nueva vía de trabajo muy necesaria en un tiempo en que éste escaseaba.
Y paulatinamente la luz se fue haciendo.
Sí, "poc a poc" la esperanza se hizo realidad; aunque la base, el factor humano tuvo mucho que ver porque Ferreries siempre ha sido y es un pueblo trabajador, la llegada del turismo jugó un papel importante porque en torno a él las empresas del ramo de la construcción cobraron mayor protagonismo al igual que las carpinterías y demás, o como la bisutería. Toda Menorca fue reaccionando, cobrando pujanza y Ferreries, un pueblo tesonero como pocos, no se quedó rezagado, actuó muy positivamente.
Y ahora, con la crisis, ¿cómo andamos?
Mal, yo diría que muy mal, porque lo peor de ella, de la crisis, es que desconocemos como evolucionará y qué medidas hay que tomar, pero saldremos de ella.
De tu etapa de colegial, ¿qué recuerdas?
Debo decirte que mi etapa escolar fue muy corta, empecé a trabajar con mi padre porque siempre había algo por hacer y los estudios quedaron relegados; lo que sí recuerdo, con satisfacción y cariño es a un maestro, el señor Mesquida, de Ciutadella, que supo conectar perfectamente con el modo de ser de Ferreries.
Por cuanto me dices, hablar de escuela de dibujo, nada de nada.
Efectivamente, nada de nada; en cierta ocasión, en clase, todos los chicos hicimos un dibujo y el mío, según dijo el señor Mesquida, fue el mejor, pero nada más, aunque la pintura, el dibujo, siempre fue un mundo que me interesó, que me atraía y ya ves, con posterioridad me lancé a él sin apenas pensarlo.
Pero en este intervalo fuiste poniéndote al día.
Sí, hice un curso en el que obtuve el título de "maestro albañil", curso muy importante para mí ya que pude, como tú dices, ponerme al día en lo que a formación se refiere; también comencé un curso, por correspondencia, en la CEAC de Barcelona, de dibujo y pintura, pero no lo terminé.
De hecho, ¿cuándo nació en ti el deseo de pintar?
Cuando había superado los treinta años, la idea, la inquietud la llevaba dentro pero no "explotó", lo diré así, hasta esta edad; la mía fue una "vocación tardía".
Pero fecunda; y el darte a conocer, el definitivo paso al frente, ¿cuándo se produjo?
En la década de los 70; en Ciutadella la Caixa organizaba el Salón de Otoño y yo presenté algunos cuadros que fueron seleccionados para la exposición y cual no sería mi sorpresa cuando en la clausura del acto de inauguración Matías Quetglas destacó mi trabajo, aquello "destapó el jarro de las esencias" hasta el punto de ofrecerme a montar una exposición en solitario; muestra que al ser presentada mereció la "bendición" de muchas personas, incluso de artistas consagrados como el propio Torrent.
Y a partir de ahí las exposiciones han sido una constante.
Bueno, yo diría que bastantes, tanto en el plano individual como en el colectivo.
Entre ellas…
En el 77 en Ciutadella, en la Caixa, un año después en Maó, en el Ateneu, repitiendo en el 91; en el 94 presenté mi obra en la sala Alvent de Barcelona y en el 95 "debuté" en Palma.
Es solo un breve resumen de tus muchas exposiciones, pero vayamos al "catálogo" de tus premios.
En dos ocasiones he conseguido el premio especial ARTEX en Tokio, años 1999 y 2000; en el 2001 obtuve el premio de mérito "Reno" en Brindisi, Italia, y al año siguiente el premio "Italia".
Pienso que has establecido unas conexiones siempre necesarias para moverse en este ambiente pero, ¿alguna relación en especial?
No, incluso en ocasiones son contactos casuales; el que expusiera por primera vez en Barcelona se debe a una reportaje que apareció en el "Menorca" y la que hice en Santander tres cuartos de lo mismo, aunque debo decirte que una vez emprendida la marcha el resto del trayecto resulta más fácil.
¿Y el seguir pintando?
También, lo difícil es dar el primer paso, luego, al ir comprobando que cuanto haces te satisface, seguir en ello es como una consecuencia lógica, como dar un paso más, o ir haciendo camino.
A través de la pintura, ¿qué pretendes?
Mediante el dibujo o la pintura pretendo expresar un concepto estético que está dentro de mí; pintar es la expresión plástica de cuanto siento; es como un sentimiento que intento transmitir a través de los colores, las formas, las líneas.
Joaquín Andreu, en "Guía del Arte" dice de tu pintura que en ella "destaca la maestría del dibujo así como el uso del color". ¿Estás de acuerdo con tales palabras?
Debo reconocer que son muy halagadoras y, lógicamente, llevan parte de razón.
En Ferreries la pintura está en plena eclosión, los pintores -ellos y ellas- de este enclave privilegiado forman "legión", la evolución ha sido realmente admirable; en tus inicios, ¿quiénes destacaban?
El más veterano era Joan Serra, junto a él estaba Vicente Pons y un grupo de chavales jóvenes, por supuesto más jóvenes que yo, que evidenciaban que serían excelentes pintores, te hablo de Carlos Mascaró, hoy una realidad, de Miquel Cardona o de Matías Sansaloni, pintores actualmente consagrados.
Me ha sorprendido muy gratamente el comprobar en "ART", enciclopedia francesa, que en su tomo dedicado a los pintores del siglo XV al siglo XXI, entre el grupo de españoles aparezca tu nombre y la reproducción de una de tus obras. ¿También te sorprendió a ti?
Pues sí, porque carecía de toda información al respeto, incluso ignoro de donde sacaron la referencia de mi obra.
¿Cuándo pintas o dibujas?
"Quan me ve bé"; como no vivo de ello pinto o dibujo cuando me apetece, pero añadiré que disfruto pintando y le dedico todo el tiempo posible; posiblemente porque, como te he dicho, disfruto con ello.
¿Tienes alguna exposición apalabrada?
Una colectiva en Barcelona, aunque ignoro en qué sala y la fecha exacta; posiblemente tendrá lugar entre marzo o mayo próximos y en ella estaremos todos los componentes del grupo que expusimos en Tokio, sobre unos veintitantos artistas.
Y aquí, en Menorca, ¿alguna "mostra" en perspectiva?
Matías Sansaloni quiere que exponga en su galería, en Xibau y posiblemente aceptaré su invitación.
Debes hacerlo porque, repito, tu obra es poco conocida por los menorquines. ¿Te aburres? ¿Tienes tiempo para ello?
Ni me aburro ni tengo tiempo para ello; además de pintar y dibujar cuido de una pequeña "estància" o como quieras llamarle, arreglando algún "enderrossall" de "paret seca" y con la ayuda de un tractor, arando alguna "tanca" porque el campo es otra de mis aficiones.
¿Alguno de tus cinco hijos siente tu misma pasión por la pintura?
No, ninguno de ellos pero tengo un nieto al que le gusta y creo que va por buen camino.
¿Te gusta el fútbol?
No excesivamente; mis cinco hijos son del Barça y siguen la Liga, yo estoy al día pero sin un gran interés, seguí los partidos de la "roja" y el Barça-Madrid.
La música es otra de tus aficiones, incluso me has dicho que tiene algo que ver con las raíces ibicencas de tu apellido paterno, Marí. ¿Lo comentamos?
Como quieras; mi apellido paterno, Marí proviene de Eivissa y allí mis familiares tenían algo o mucho que ver con la música, incluso uno de mis tíos fue músico profesional, y siendo brigada fue destinado a la banda militar de música del Regimiento de Infantería de Maó, también en Zaragoza; en ocasiones digo que si la música me gusta se lo debo a dichas raíces aunque son dos de mis hijos para quienes la música es algo más que una afición. Pere, que toca la guitarra, a tenor de lo que dicen, puede convertirse en un excelente guitarrista y el mayor, que es el actual director del Colegio Castell de Santa Àgueda, es profesor de música y su especialidad, la infantil.
Y debido a todo ello ocupaste la presidencia de JJMM.
Lo fui sobre todo para dar un respaldo a todo un grupo entusiasta de jóvenes que veían que JJMM podía dar respuesta a sus aspiraciones; yo solo ejercía de "puente".
Me imagino que los políticos locales que en tu pueblo los ha habido y hay de todos los colores, políticamente hablando, habrán intentado atraerte. ¿Has tenido alguna "tentación"?
Pues sí, las tuve, aunque la más importante fue cuando Biel Martí, excelente amigo y extraordinario alcalde, me vino a buscar para que me integrara en el CDS de Adolfo Suárez, pero la política, cuyo desarrollo sigo, a título personal no me atrae.
Por lo que veo desististe. ¿Salvaremos la crisis?
Debo decirte que sí, pero no será fácil; aquí el ramo de la construcción está en horas bajas, mal, muy mal, yo diría que en Ferreries, salvo, afortunadamente, la empresa Jaime Mascaró y algunos casos aislados, todo el entramado industrial está viviendo sus peores momentos y si el turismo no acude al rescate, superar la crisis representara asumir grandes dificultades.
Y nada volverá a ser como antes.
Esto tenlo por seguro, y es algo que debería hacernos reflexionar para no volver a caer en los errores cometidos en el pasado más reciente.
¿Crees en la juventud?
Sí porque veo que tiene inquietudes y que está bien preparada, incluso añadiría que está más espabilada que nosotros; hoy los niños, ya de pequeños, dan la sensación de tener más intuición que los de antes; sin duda es otra generación, lo importante es que a la hora de la verdad encuentren trabajo donde desarrollar sus inquietudes.
¿No crees que en este momento existe demasiada violencia?
Sí, pero en todo; en ocasiones se concreta en la violencia de género pero no es solo en este segmento sino en todo, algo tan desgarrador e inhumano que me produce una gran tristeza y una enorme preocupación.
¿Qué nos falta?
Desde mi punto de vista nos falta serenidad, tomar las cosas tal como vienen, intentar mejorarlas pero sin ese sentimiento de la inmediatez porque la vida tiene sus cauces y estos no deben improvisarse ni modificarse.
Lo queremos todo…
Y en exceso, buscamos lo que creemos lo mejor y no nos damos cuenta que las cosas pequeñas son las más importantes, como también lo es el compartir; para mi la felicidad está en esto, en disfrutar de las cosas pequeñas y en el darse a los demás.
Un cierto equilibrio nos iría como guante de seda a la mano.
¡Y que lo digas! En ocasiones pienso que los excesos, en todos los terrenos, son los causantes de muchas de nuestras desventuras.
¿Dirías de Ferreries que es una ciudad sana?
Sí, siempre hay excepciones, pero Ferreries ha demostrado ser un pueblo sano, solidario y trabajador; no creo que hayamos que pedir nada más.
Solo que siga siéndolo. Y a la vida, en esta etapa en que ya ejerces de abuelo sin dejar tus cosas, tus dibujos, tu tractor, tu pintura, ¿qué le pides a la vida?
Sobre todo salud para poder seguir como estoy.
La sencillez de Josep Marí Sintes me impresionó, él eligió como virtud el ser consecuente en todo, yo añadiría que él posee esa "sapiencia" de los hombres de pueblo, la sencillez que les hace más humanos y más entrañables.