Un cliente de la sucursal del BSCH en Sant Lluís reclama a la entidad bancaria la devolución de unos 40.000 euros que tenía ingresados en una cuenta a plazo fijo y en una libreta de ahorro. Por ello, en agosto de 2009 presentó una denuncia ante los Juzgados de Maó por apropiación indebida, estafa por comportamiento engañoso e inversiones no autorizadas, entre otros delitos. El afectado asegura que se encuentra en una situación desesperada, en paro y sin cobrar ninguna prestación.
Antonio López Bonnín, de 42 años, ha recordado que tenía ingresados unos 40.000 euros en el BSCH, una parte de la cantidad estaba a plazo fijo y el resto en una libreta de ahorros. López asegura que en 2005 se fue a trabajar unos tres o cuatro meses a Canadá y, posteriormente, estuvo trabajando durante un año en Canarias. En 2007 regresó a la Isla y al interesarse por su dinero desde el banco le comunicaron que se había invertido en diferentes productos y valores en los años 2005 y 2006, "se aprovecharon de que yo no residía en la Isla y evidentemente hicieron estas inversiones sin mi autorización, nunca me llamaron mientras yo estaba fuera de la Isla. Mi fallo fue haber confiado en dicho banco".
López ha asegurado que en un principio reclamó por escrito al banco el dinero de su propiedad invertido por la entidad sin su autorización y, después de contratar a una abogada, solicitó la documentación correspondiente a las inversiones realizadas. Ante la negativa del banco, solicitó de nuevo los documentos por vía notarial y, finalmente, le fueron entregados copias de los mismos.
No obstante, López se dio cuenta de que habían falsificado su firma, extremo que corroboró un perito calígrafo, quien asegura que "ante la magna mayoría de discordancias emanantes del análisis comparativo entre los distintos documentos analizados, el resultado es que las firmas y rúbricas plasmadas en los documentos dubitados no han sido realizadas por Antonio López Bonnín".
El denunciante asegura que solicitó los documentos originales, los cuales no han sido entregados por parte de la entidad bancaria. El pasado año el BSCH se comprometió, asegura, a devolverle el importe de 48.000 euros en un plazo de diez años, "a lo que me negué porque el dinero es mío y lo necesito ahora", concluye.