Para sentirse aceptados por el grupo, para ligar más, para hacer amigos, para evadirse de los problemas o para divertirse. Los motivos son muy diversos pero lo cierto es que el consumo precoz de alcohol entre los adolescentes se extiende como una plaga.
Las cifras son claras: tres cuartas partes de los jóvenes de entre 14 y 16 años de Balears reconocen haber abusado del alcohol en alguna ocasión y, entre ellos, un 34,2 por ciento confiesa haberse emborrachado entre una y cuatro veces durante el último mes.
Así lo revela el informe elaborado por la Fundación Gadeso "Los adolescentes y el alcohol en Balears" presentado ayer en Menorca por el presidente de la entidad dedicada a la investigación de la realidad socioeconómica y cultural, Antoni Tarabini.
Las encuentras realizadas durante el año pasado a 400 jóvenes de Mallorca y Menorca indican que la mayoría de los adolescentes se inician en el consumo de alcohol con tan solo 13,5 años. No obstante, Tarabini quiso dejar claro que las cifras correspondientes a Balears son similares a las del resto del Estado y puntualizó que el abuso de bebidas alcohólicas entre los jóvenes no se ha incrementado notablemente en relación a años anteriores.
El estudio evidencia que el consumo de alcohol entre los jóvenes se concentra durante los fines de semana y en compañía de los amigos. En este sentido, Tarabini consideró que este comportamiento es fruto del carácter "individualista, consumista y de inmediatez con el que los adolescentes afrontan su presente y su futuro".
Por ello, subrayó que las estrategias de prevención del consumo precoz de alcohol pasan por tomar medidas desde el ámbito de la administración pública, la familia y la escuela. "Si no nos planteamos seriamente lo que está pasando con nuestros hijos, está sociedad esta acabada", sentenció el presidente de la Fundación Gadeso.
"Los jóvenes son como una especie de esponja que van chupando del entorno familiar, educativo y de sus iguales. Sus comportamientos no son más que un reflejo de todo esto", remarcó Tarabini, quien apuntó que los valores que los adolescentes asimilan hoy en día tienen relación con las satisfacciones inmediatas y la escasa consideración con respeto a los otros. "Para un joven que ve la televisión, su único objetivo es ir a 'Gran Hermano' o a 'Operación Triunfo'", apostilló.
Prevención
El informe pone el acento en el papel que debe jugar la familia, que continúa siendo el referente básico de los adolescentes y, por tanto, es el entorno adecuado para transmitir los valores y los hábitos a los jóvenes. En este punto, Tarabini apostó por recuperar la autoridad como medio educativo y rescatar los hábitos del esfuerzo y la implicación personal de los adolescentes.
Por otro lado, el presidente de la entidad criticó que la escuela actual "es idéntica a la del siglo XIX" por lo que reclamó una revisión urgente de los contenidos básicos del sistema educativo, así como de los aspectos metodológicos en la transmisión de conocimientos, hábitos y valores.
Asimismo, subrayó la necesidad de adecuar el tránsito de la Educación Primaria a la Secundaria. "Durante la Educación Primaria la familia y los maestros tienen una relación de proximidad pero en los institutos los profesores son más distantes a pesar de que es precisamente a esta edad cuando los jóvenes comienzan a tener problemas con el alcohol", indicó.
En relación al papel de las administraciones públicas, Tarabini denunció la falta de espacios públicos donde los jóvenes puedan desarrollar actividades en régimen de autogestión. "En muchas ocasiones las alternativas y actividades que ofrecemos a los adolescentes son propias de los adultos y no se corresponden con los intereses de los adolescentes del siglo XXI", lamentó.