El Área de Salud de Menorca está dotando a los centros de Atención Primaria con nuevos equipo de dopplers portátiles para diagnosticar y tratar pacientes con enfermedad arterial periférica (EAP) con riesgo de sufrir complicaciones cardiovasculares.
Además de los centros Dalt Sant Joan y Verge del Toro de Maó y de Canal Salat de Ciutadella, el centro de salud de Ferreries cuenta, desde principios de año, con este aparato para medir la tensión arterial sistólica en ambos brazos y piernas. Esta prueba no invasiva, conocida como Índice Tobillo Brazo (ITB), se utiliza para la detección precoz de arteriosclerosis con un elevado grado de sensibilidad y especificidad y, además de su valor pronóstico en el ámbito de la prevención, su utilidad reside también para el control de pacientes con enfermedad arterial periférica asintomática.
Si bien se trata de una técnica de enfermería, en el centro de Ferreries es un médico de familia, el doctor Juan Antonio Aparicio, el encargado de realizar esta prueba y de atender la agenda de citaciones de pacientes a quienes se les toma la medida del ITB.
La enfermedad arterial periférica es una patología muy frecuente, que afecta a casi el 13 por ciento de los mayores de 50 años, infradiagnosticada y poco tratada. Su presencia multiplica por cuatro el riesgo de padecer infartos de miocardio e isquemia cerebral y multiplica por dos el riesgo de un segundo evento coronario o cerebral en pacientes con infarto o ictus previo. La diabetes, el tabaco y la hipercolesterolemia representan factores de riesgo mucho más importantes para el desarrollo de enfermedad arterial periférica que la hipertensión.
Según explica el doctor Aparicio, disponer de estos equipos portátiles evita derivaciones innecesarias al médico especialista y representa una técnica muy útil en casos, por ejemplo, de pacientes diabéticos. De hecho, la población diana para la prueba del Índice Tobillo Brazo incluye los pacientes menores de 50 años con diabetes que presentan un factor de riesgo como el tabaco o el colesterol; fumadores y diabéticos de entre 50 y 69 años; pacientes con síntomas de extremidades inferiores con el esfuerzo o con dolor isquémico en reposo; con pulsos anormales; o con asterosclerosis coronaria, carotidea y renal.
Estudios recientes de ámbito internacional indican que, en atención primaria, el número de consultas por enfermedad arterial periférica es del 3,4 por ciento y de éstas, el 13 por ciento se derivan al hospital.