La Escola Eqüestre Menorquina promueve un proyecto para cubrir la pista de Bini Sebani, en Ciutadella, con el fin de dar un impulso a un producto, el mundo del caballo de raza menorquina, que dispone de un potencial enorme pero que, por el momento, no se está aprovechando para beneficio de la economía y el desarrollo de la Isla.
Y es que los promotores del proyecto lamentan las dificultades que están teniendo a la hora de obtener el apoyo (no económico, sino de agilidad burocrática) por parte de las administraciones. "Llevamos ya cuatro años con el proyecto, y los trámites avanzan muy lentamente", explica Francesc Marquès, propietario del complejo, quien pide colaboración del sector público para que permita el desarrollo de un producto, el ecuestre, que "si no hacemos algo, podría quedar estancado". Con ello, "echaríamos a perder algo que ha servido para dar un gran atractivo a Menorca".
En la finca de Bini Sebani cuentan con unos cincuenta caballos, entre potros y ejemplares adultos, y pasan por sus instalaciones alrededor de ciento cincuenta personas cada semana durante el invierno, y aún más a lo largo de la temporada estival. Un numeroso grupo de gente interesada en la doma menorquina y que participa en diferentes cursos y actividades.
¿Por qué cubrir la pista?
En Menorca, lo relacionado con el caballo siempre ha gozado de muchos adeptos. Aun así, Marquès asegura que en los últimos años esta afición ha atraído a mucha más gente. Esto hace que se abran nuevas oportunidades, algo que se debería aprovechar. "Tenemos unas instalaciones, pero no las podemos aprovechar como quisiéramos, o bien porque se encharcan durante semanas por las lluvias del invierno, o porque hace mucho calor al sol del verano y sólo se puede trabajar a partir de media tarde", señala resignado.Hay que tener en cuenta que el interés por el caballo y la doma menorquina no es sólo de los menorquines, sino también de personas de fuera de la Isla. "Tenemos a gente que viene de Italia y de Francia, cada mes o mes y medio, y sabemos de muchos que están interesados en venir, pero no podemos ofrecer lo que nos piden porque en Menorca no hay instalaciones para ello".
De hecho, Marquès asegura que "hay interés en organizar cursos o clinics, de unas dos semanas de duración, con gente que vendría a la Isla únicamente para esto". Además, estas propuestas suponen no sólo un beneficio para todo lo que rodea al mundo del caballo (exportación de ejemplares de raza menorquina, etcétera), sino también a la economía insular en general. Serían cursos que se realizarían durante todo el año, "y esta gente también dormiría en hoteles, comería en restaurantes y se movería por aquí".
Sin embargo, para dar salida a todo el potencial que lleva consigo el caballo de Menorca, es necesario mejorar las infraestructuras. Y no basta con el Camí de Cavalls, sino que es necesario impulsarlo en todos los sentidos.
Otro aspecto a tener en cuenta es el transporte. "Llevamos años realizando espectáculos fuera de la Isla, tanto en España como en otros países, y es un problema salir de Menorca. Y no sólo eso, sino que la gente que quiere venir se ve obligada a perder un día para la ida y otro para la vuelta, porque con muchos sitios no hay vuelos directos", concluye Marquès.