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El golpe desde la tercera fila

El actual presidente de Autoridad Portuaria recuerda treinta años después el dramatismo de una noche de pocas palabras, mucha incertidumbre y miedo, tanto personal como por la democracia

Retrospectiva. Francesc Triay, en una imagen de 1980 - Archivo

| Maó |

La imagen histórica de Antonio Tejero con la pistola en alto ordenando a los diputados que se echaran al suelo está en la retina de todos los españoles de cierta edad. Muchos somos la que la hemos visto en televisión o impresa, pero pocos son los que contemplaron el original. No más de medio millar. Uno de ellos es menorquín, diputado entonces por el PSOE y en la actualidad presidente de Autoridad Portuaria de Balears. Francesc Triay rememora con serenidad las vivencias de aquellas 17 horas cuando mañana se cumplen treinta años del famoso "¡Quieto todo el mundo!"

¿Cuándo llega el 23 de febrero de cada año rememora siempre aquel trascendente de 1981?
Siempre, es un acontecimiento que marca mi vida política y personal, de las cosas que quedan grabadas, aunque con treinta años de distancia ya se ve muy alejado en el tiempo. Lo más destacable es precisamente esto, que ya han pasado treinta años y no ha sucedido desde entonces nada parecido, ni hay síntomas de que pueda volver a ocurrir.

¿Qué supuso?
Fue el final de una etapa y la aceptación definitiva de la democracia por parte del Ejército, que era uno de los sectores más reacios al cambio. Fue el final definitivo del franquismo para uno de los sectores de la sociedad más peligrosos en este sentido.

¿Lo recuerda con miedo?
Hubo momentos muy dramáticos, como la salida de los líderes democráticos del hemiciclo para llevarlos a otra sala. O la entrada de los golpistas, el desconcierto que hubo... Yo no sabía lo que ocurría, pensé al principio que podrían ser terroristas disfrazados. Después identificamos a Tejero y sabíamos sus antecedentes. Cuando vi a los guardias civiles armados desplegados por la sala, el alma se me cayó a los pies, pensé "¿Cap on anam?". Tuve los peores presentimientos. Luego, por la noche, nos dimos cuenta de que las cosas no les salían como querían, y la mañana ya fue de esperanza.

Pero cuando uno ve pistolas...
Sí, y cuando intentaron hacer hogueras con los muebles porque decían que les iban a cortar la luz también fue dramático. Incluso por la mañana, porque te preguntas cuál será la solución adoptada, si será la correcta. Es un hecho que marca mucho a quienes lo vivimos. Pero bueno, ahora ya hemos leído mucho al respecto, se ve diferente...

¿Películas, reportajes, documentales, van bien encaminados?
Algunos puntos de vista no responden al momento, pero es normal, cuando se coge perspectiva no se es consciente de las dificultades que pasamos. Es fácil criticar la actitud de los diputados, sobre si nos comportamos o no con dignidad. La verdad es que los diputados no estábamos dispuestos a retroceder en nada, aunque si no hubiera sido por el Rey, "El País", el gobierno provisional de subsecretarios... Igual hubiéramos vivido otra noche de dictadura.


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