La pista del Polideportivo Municipal de Maó se convirtió ayer por la mañana en una enorme aula de matemáticas. El motivo era un examen peculiar, al que concurrieron 741 alumnos procedentes de varios institutos de la Isla. El ámbito de la convocatoria es incluso mayor. Se trata de las ya conocidas pruebas Cangur, que se llevan a cabo en Balears para después pasar a una fase superior que engloba a los territorios de habla catalana.
La prueba, aunque no exenta de la seriedad que le corresponde, estuvo acompañada de un cierto ambiente festivo que supone siempre la coincidencia en un mismo espacio de más de veinte adolescentes. Es lo propio de estas edades. En el exterior del Polideportivo, numerosos autobuses daban cuenta de la envergadura del evento, que en el conjunto de las Islas reunió ante un mismo examen a 4.671 estudiantes, más de la mitad de los cuales hicieron la prueba en el controvertido Palma Arena. En esta duodécima edición de la Cangur la participación se ha incrementado aproximadamente en un 10 por ciento.
El examen consiste en treinta preguntas tipo test, de respuesta múltiple, clasificadas por nivel de dificultad, que se tienen que responder en un periodo de una hora y cuarto. Acto seguido se lleva a cabo una gincana por equipos.
La entrega de los premio se realizará dentro de un par de meses en la Universitat de les Illes Balears, que otorga tres matrículas gratuitas para los tres primeros clasificados entre los alumnos de segundo curso de Bachillerato. También tienen premio los diez primeros clasificados en cada una de las categorías, para un total de cuarenta: juegos matemáticos, libros de magia matemática, cuentas de ahorro en Sa Nostra... Todo números. Claro.