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Trayectoria vital

"La Ciutadella de antaño era más humana y entrañable, hecha a imagen de sus ciudadanos"

Rafael Vilafranca Barceló, Ciutadella, año 1933. Casado, 6 hijos, 12 nietos, 2 biznietos. Modelista jubilado

Rafael Vilafranca - Paco Sturla

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La historia suele ser juguetona y lo difícil es conseguir tirar del hilo conductor que te lleve a conocer la verdad, o parte de ella; recuerdo que siendo niño, "es correu" era el trasporte normal que unía Maó con Ciutadella o al revés, siendo la empresa "Vilafranca/Cardona", la propietaria de dicho servicio. La idea surgió de un grupo de ciutadellencs que adquirieron un autobús para realizar este trayecto, vehículo que, al parecer "pasaba més temps" en el taller mecánico de don Juan Vilafranca i Saltó que en la carretera … el hecho rocambolesco de esta historia es la aparición en Ciutadella de dicho señor Vilafranca i Saltó, abuelo de la "dinastía" Vilafranca conocida y apreciada en toda Menorca; él era maquinista naval y su barco, uno de aquellos vapores de ruedas del siglo XIX, cubría la línea entre Valencia y Liverpool, transportando naranjas, siendo el puerto de Barcelona, y en la "Maquinista Naval", donde acudían para revisar el buque y allí, en los astilleros conoció a un menorquín, casándose con su hija con la que posteriormente vinieron a Ciutadella en donde instaló un taller mecánico, precisamente el que tenía a su cargo el mantenimiento "des correu", cuyos propietarios viendo las dificultades sin fin que debían superar lo "cedieron" -mediante pago- al mecánico y al chófer, de ahí el nombre de la sociedad: "Vilafranca-Cardona" apellidos de ambos adquirientes.

En síntesis esta es la historia de un anteayer, la de hoy, la nuestra arranca con Rafael Vilafranca Barceló, nieto de Juan Vilafranca i Saltó, que a sus 77 años recuerda con nostalgia aquellos tiempos pasados que añora aunque solo sea porque "éramos más jóvenes y ya se sabe, la juventud no le teme a nada".

No dudo ni un instante en afirmar que estudiaste en "Calós". ¿Acierto?
Sí, en aquellos años muchos de nosotros, me refiero a los niños de Ciutadella, estudiábamos en "Calós", ya que era el colegio preferido por la mayoría de ciutadellencs.

Una vez concluida tu primera etapa escolar, ¿comenzaste a trabajar en la empresa familiar?
No; aprendí el oficio de modelista-patronista con Toni Climent, uno de los mejores maestros de dicha especialidad y fue él quien me proporcionó mi primer trabajo, concretamente en la fábrica del sr. Pons Menéndez, una de las mejores fábricas de calzado de las muchas que en aquellos años había en Ciutadella y allí comencé mi vida laboral.

Un buen primer paso que te llevó a "fichar" por otra empresa.
Sí, Toni Seguí Sintes me vino a buscar, no solo como modelista-patronista sino también como viajante y empecé a viajar con el propio empresario; para mí aquello supuso dar un paso más en mi carrera.

Y seguiste haciendo camino hasta que recibiste otra oferta de trabajo, aunque en esta ocasión procedía de Mallorca.
Concretamente de Llucmajor; oferta que significó para mí y mi familia un cambio radical de vida ya que tuvimos que "emigrar" a la isla mayor, a Mallorca.

¿Cuál era la nueva empresa en la que te integraste?
El artífice del "fichaje" fue don Gregorio Clar Salvá que me propuso trabajar como modelista para cinco de sus filiales, trabajo muy reconfortante pero agotador ya que muchos días la jornada duraba hasta el amanecer, pero y a pesar de ello, la etapa de Llucmajor fue muy positiva.

Por lo que veo estabas ya casado, ¿es así?
Sí, nos habíamos casado en el 58 y por ello, al recibir la oferta mallorquina toda la familia "embarcó" hacia Mallorca.

¿Cuántos años estuvisteis en Llucmajor?
Cinco, hubiera podido seguir, estaba de maravilla, pero Ciutadella, la familia y los amigos tiraban y, regresamos.

Volvamos atrás. ¿Noviazgo clásico de los años 50?
Sí y no, mi mujer y yo nos conocimos trabajando los dos en la fábrica de "Pons Menéndez", allí nos hicimos amigos e incluso compartíamos la merienda; este fue el primer paso, luego formalizamos el noviazgo y solo estuvimos dos años cortejando; un tiempo relativamente corto en comparación a lo que en aquellos años se estilaba.

Con "sa darrera de fadrí" incluida.
Cierto, despedida de soltero que celebramos en Cala Galdana.

Al regresar a casa, ¿te fue difícil encontrar trabajo?
No, apenas llegar entré en Leo empresa de gran renombre en la industria del calzado; allí volví a trabajar como modelista y viajante, algo que siempre me gustó y que me permitió recorrer más de media España.

Trabajo, el de viajante, también muy gratificante.
Lo es, sobre todo cuando los pedidos son importantes; recuerdo que en una ocasión tuve uno de esos pedidos que todo viajante persigue, fue en El Corte Inglés, en Madrid, pedido que ascendió a 29.500 pares de zapatos, todo un récord; me vine literalmente volando, no cabía en mí de satisfacción por lo que significaba para la empresa y para mí.

Fue aquella una etapa en que en Ciutadella la industria del calzado "tocaba el cielo", ¿cómo la definirías?
De mucho trabajo; todas las fábricas de calzado, que eran muchas, trabajaban a pleno rendimiento con lo que ello significa de mejora laboral y económica hasta el extremo de que sirvió para "fer un raconet", porque siempre es bueno "replegar" en tiempo de bonanza para cuando sople la tramontana.

¿En qué empresa diste el carpetazo definitivo a tu vida laboral?
En Castell; firma de Virgilio Castell que actualmente tiene diversas tiendas en toda la isla, creo que son cinco; aquí tiene tres y otras más en el resto de la isla.

Recientemente en el "Menorca" ha aparecido un reportaje en el que señala que el Foto Club del Cercle Artístic prepara un libro y una exposición con las fotografías de los fundadores de dicha entidad y tú, precisamente eres el único testimonio vivo de aquellos pioneros de los años 50 y 60, el único superviviente de los "13 de la fama"; tu integración a dicho grupo, ¿cómo se produjo?
En "Calós" había constituido un grupo muy similar al del Cercle y presentamos una exposición en la que la mayoría de fotos eran mías, de ahí que el Dr. Mallo y don Juan Torrent, dos personas extraordinarias y excelentes fotógrafos, me propusieron que me uniera al grupo y acepté complacido porque siempre he valorado el trabajo en equipo y en el Foto Club la experiencia de todos y cada uno de nosotros que compartíamos sin ningún tipo de reserva era algo de vital importancia y que valoré.

¿Os reuníais con asiduidad?
Cada semana e intercambiábamos experiencias a la par que planificábamos todo cuando teníamos proyectado hacer; eran encuentros muy positivos.

De entre los "13 de la fama" he conocido a alguno de ellos, Juan Torrent, Delfín Serra, el Dr. Mallo, Agustín Marí que posteriormente trasladó su residencia a Maó y de todos conozco parte, poquísima, de su obra, pero el único Premio Nacional fuiste tú, con "Sola", una fotografía de una barca fondeada en el puerto de Maó y con la Base Naval de fondo. ¿Cómo y cuándo te inspiraste?
Durante unas fiestas de la Mare de Déu de Gràcia me desplacé, en "es correu" a Maó y allí, con la cámara fotográfica en ristre bajé al puerto para dar una vuelta y me "tropecé" con aquella impresionante vista, la barca, el mar, la Base Naval … el resto puedes imaginártelo, disparé y realicé la foto que me proporcionó el Premio Nacional de fotografía.

Fue en el año 1958, sensacional fotografía que fue publicada en la revista especializada "Sombras"; ¿qué significó para ti?
Una enorme satisfacción porque representaba el reconocimiento inesperado a mi afición y un éxito para el Foto Club del Cercle Artístic.

Recuerdo, entre brumas y dudas, una exposición que montasteis en el salón "Bambú" del Cercle Artístic, ¿fue como digo?
Sí, exposición que tuvo un gran éxito y que sirvió para que el Foto Club fuera más conocido y, por decirlo gráficamente, asumiera su "mayoría de edad".

Me imagino que el proyecto "Menorca Quotidiana" debe llenarte de alegría. ¿Es así?
Del todo ya que es una forma para que se conozca o recuerde cómo era Menorca en los años 50 y 60, vista por fotógrafos aficionados que demostramos tener sensibilidad y agudeza visual; fotografías, algunas de ellas, que reflejan espacios desconocidos para muchos menorquines porque ya han desaparecido o cambiado radicalmente.

Por lo que veo también captaste, a través de tu "lente mágica", "ses festes de Sant Joan". ¿Te sientes un sanjoaner de pro?
Como cualquier ciutadellenc que se precie; Sant Joan forma parte de nuestra razón de ser como pueblo y como ves fotografié caballos, cavallers y todo cuanto la fiesta de Sant Joan ofrece y aporta, incluso lo que no se ve pero que se siente, su espíritu.

La pintura es otra de tus aficiones. ¿Naciste dibujando?
No es para tanto pero al finalizar mi etapa escolar el profesor le dijo a mi madre que tenía "mano para dibujar" y que esto me abriría muchas puertas, así fue y de ahí, del dibujo pasé a la pintura, algo que ya no practico pero que me entusiasma.

También la fotografía forma parte de este mundo artístico. ¿Qué destacarías dentro de ella?
La sensibilidad y el saber captar aquellos pequeños detalles artístico que convierten una fotografía normal en una "petita obra d'art".

Cuando la industria del calzado empezó su declive llegó el turismo. ¿Bueno o malo?
Sobre todo oportuno porque de lo contrario "sa desfeta" hubiera sido mortal; lo importante sería que la industria del calzado recobrase su esplendor de antaño, al igual que la bisutería y otros sectores industriales y que, arropadas por el Turismo proyectaran un futuro más esperanzador para toda la isla.

De la Menorca que vosotros fotografiasteis a la actual dista un abismo, como también el cambio operado en Ciutadella ha sido mayúsculo. ¿Con cuál te quedas?
Con la Ciutadella de antaño porque era más humana y entrañable, hecha a imagen de sus vecinos y para vivir y convivir.

Tu equipo favorito era …
El "Robur" que como recordarás era el equipo de "Calós", pero no fui excesivamente futbolero y ahora apenas sigo las retransmisiones de la "roja".

¿Cuáles son tus aficiones?
Sobre todo la música, escucho todo tipo de música aunque me inclino más por la moderna; además siempre tengo presente aquella frase de Santa Cecilia que dice así: "La música es la alegría del alma" y le doy gracias por la satisfacción que la música me ha proporcionado.

Dibujante, en cierto momento trompetista y algo más, ¿lo dices tú o yo?
Lo diré yo, el tenis; me aficioné a este deporte en Mallorca y empecé a jugar allí y al regresar a Ciutadella seguí practicándolo, en el Club de Cala en Blanes; actualmente y como comprenderás no lo practico, pero me entusiasma.

Y tienes un ídolo muy especial.
Andre Agassi, para mí uno de los grandes del tenis de todos los tiempos; en cierta ocasión le entregué un álbum con toda una serie de recortes de prensa y fotografías que había hecho expresamente para él; repito, un grande.

Y de José Mª Anglada, ¿qué opinas?
Que fue un gran jugador, fenomenal y es además un gran amigo; nunca olvido que él me ayudó a perfeccionar mi saque.

Y ¿Rafa Nadal?
Ni sombra de Agassi … para mí el tenis empieza y termina en el jugador norteamericano, pero claro, debo decir que Rafa Nadal es también muy bueno pero no es mi ídolo.

También practicaste la natación.
Sí y sigo haciéndolo, aunque a menor escala; los años no perdonan e imponen su ley.

¿Ves mucha tele?
No demasiada, algunas cosas en concreto pero poca, muy poca tele.

¿Ejerces o ejercéis, tu esposa y tú, de abuelos?
No excesivamente, aunque los nietos son los nietos.

Otro de tus recuerdos está enraizado en tu etapa de maestro; detállamela.
En "Calós" y durante cinco años estuve impartiendo clase de modelista a un grupo de chavales, gente muy maja, luego seguí en ello pero en el "Instituto Laboral", en la llamada "Escuela Laboral Profesional Don Bosco"; experiencia esta muy enriquecedora.

Siempre has ido haciendo camino, sin parar, y ahora, ya jubilado, ¿qué le pides a la vida?
Salud, "quatre pesses" y que pueda seguir fumando algún que otro "toscano".

… mientras la ministra te lo permita.

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