Nada menos que 600 raciones de brazo de gitano se repartieron durante el mediodía de ayer en la tradicional Diada de la Pastisseria de Menorca, un evento que va ya por su 21 edición y que volvió a contar con numeroso público.
Desde los ciudadanos que llegaban andando tras una excursión a quienes abarrotaron el parking e, incluso, algún que otro turista sorprendido. El caso es que todos los presentes hicieron cola frente a los pasteles expuestos para hacerse con una porción. Antes de ello, el director insular de Promoción y Calidad del Consell, Bosco Gomila, y el alcalde de Es Mercadal, Francesc Ametller, ofrecieron unas palabras de apoyo a los organizadores, la Asociación Profesional de Pastelería, Panadería y Afines de Menorca (APAME).
Su presidente, José A. Giménez, hizo referencia a lo mucho que están cambiando las costumbres en el mundo de la alimentación, asegurando que las tradición de un pueblo no puede perderse por innovaciones o nuevas tecnologías. Giménez apunta que es el sector de la panadería el que ha sufrido un cambio más radical con la presencia cada vez mayor del pan congelado.
Con esta tradicional cita de APAME se recuerda lo importante que es la comida elaborada y artesanal como, en este caso, los brazos de gitano de crema, merengue o chocolate que estuvieron a disposición de todos los asistentes.
La próxima cita será la primavera del año que viene.