Menorca se había despertado ayer con aroma de rosas y se fue a dormir con arrullo de albatros. El vuelco fue general, como en las elecciones del 99 pero al revés, aquella vez los menorquines viraron a la izquierda y ahora han devuelto la confianza a la derecha. Los populares han logrado mayoría absoluta en el Parlament, en el Consell y en tres ayuntamientos, en otros tres obtienen mayoría relativa suficiente, en principio, para gobernar.
El PP ha logrado una victoria que esta vez puede tildarse de histórica en Maó, la lista de Águeda Reynés ha roto la hegemonía socialista, en el poder desde el 83 de forma ininterrumpida. La candidata novel ha llegado con una fuerza arrolladora y el resultado ha confirmado la encuesta publicada hace ocho días por "Es Diari", 13 concejales, que le dan una mayoría holgada para gobernar por primera vez el gran feudo de la izquierda, reducida al PSOE, ya que, también es dato destacado, desaparecen PSM y EM, acostumbrados ambos al gobierno municipal.
Ciutadella reproduce prácticamente los resultados de hace cuatro años, el PP se queda sin mayoría absoluta y volverá a depender de Joan Triay, cuya lista ha logrado dos concejales a costa del escaño perdido por el PSOE.
Los socialistas también han sufrido un fuerte revolcón en Alaior, donde han pasado de seis a tres concejales ante la impetuosa llegada de los populares. Misericordia Sugrañes gobernará con la comodidad de la mayoría absoluta. El PSM se ha asomado con interés a este ayuntamiento, obtiene representación y supera en votos a la candidatura de Josep Portella.
La ola popular llegó igualmente a Sant Lluís, donde la izquierda también ha sido desalojada del poder después de una larga década. El joven Cristóbal Coll logró ayer para su lista casi la mitad de los sufragios emitidos.
Con menos fuerza, pero con todas las posibilidades de gobernar, el PP también dominó las urnas en Es Castell y en Ferreries, en ambos municipios fue la lista más votada y la que más escaños ha obtenido. Un escenario de pacto general con los centristas de Unió Menorquina marcaría el camino del acuerdo.
Los socialistas sólo han resistido en Es Migjorn, donde arrebatan el gobierno al PP, y en Es Mercadal, donde el factor personal ha sido superior al desgaste que han sufrido las siglas del PSOE.
Los partidos minoritarios, salvo UPCM, que volverá a ser decisivo, obtuvieron en general un pobre resultado. Unió Menorquina mantiene la representación en ayuntamientos donde ya estaban las formaciones integradas ahora con su marca, pero se ha quedado fuera del resto de instituciones. Los nacionalistas han desaparecido de Maó, donde por lo general han disfrutado de uno o dos concejales. Las urnas también han borrado de este ayuntamiento a Esquerra de Menorca y a Ciudadanos de Menorca. UPyD tampoco ha logrado llegar a las instituciones y sus resultados no pasan de ser simbólicos.
El eje Maó-Ciutadella-Consell-Palma, socialista hasta ayer, es desde hoy popular, el vuelco es general. El PSOE asume la derrota por el voto en clave nacional, el ámbito sobre el que ahora se ciernen las miradas a la espera de las decisiones de Zapatero.