Autoficha
Me llamo Juan Andrés Ibáñez Vilches, tengo 50 años y soy funcionario en el Ayuntamiento de Lorca (Murcia). Hace tres años fui elegido presidente de la cofradía de la Virgen de la Amargura del Paso Blanco, perteneciente a la Capilla del Rosario que, junto con la cofradía del Paso Azul, son las dos hermandades más importantes de la Semana Santa lorquiana. Ayer asistí al espectáculo ecuestre que se celebró en Es Mercadal a beneficio de los damnificados por el terremoto que hace unas semanas sacudió a Lorca.
¿Cual es la vinculación que tiene la cofradía que usted preside con Menorca?
La cofradía del Paso Blanco es una de las dos más importantes que participan en la Semana Santa de Lorca, que también cuenta con la presencia de caballos en la procesión. Desde hace 15 años tenemos el placer de contar con la asistencia de un grupo de caballos de raza menorquina procedentes de varios clubes hípicos de la Isla. Al enterarnos que nuestros amigos menorquines querían organizar un espectáculo a beneficios de Lorca, consideramos obligada nuestra presencia en la Isla.
¿Con quién ha venido acompañado?
Me ha acompañado el vicepresidente de la cofradía y encargado de la sección de caballos, Lázaro Soto, además de nuestras respectivas esposas.
En el espectáculo de ayer algunos de los jinetes lucieron unos mantos que también se exhiben en la procesión de Lorca. Explíquenos algunos detalles sobre el particular.
Se trata de unas piezas bordadas en seda y oro que portan los participantes en el desfile de Semana Santa de nuestra ciudad. La cuadriga que ha participado en el espectáculo llevaba el manto de Constantino I el Grande, de color verde y con una cruz. Otros jinetes llevaban la capeta o manto pequeño de la Reina de Saba y la capeta de Sesac.
¿Qué le parece que Menorca apoye a los damnificados por el terremoto?
Se trata de un gesto que a los lorquianos nos da fuerza al corazón para superar la situación en la que nos encontramos, independientemente del resultado económico del espectáculo y del público que ha asistido.
La cofradía que usted preside pertenece a la Capilla del Rosario. ¿Se ha visto afectada por el seísmo?
La verdad es que ha quedado muy tocada por el terremoto, que afectó seriamente a la cúpula y la bóveda del templo, que data del siglo XVIII.
Desde hace tres años está al frente de la cofradía. ¿Piensa ocupar el cargo durante muchos años más?
El cargo de presidente tiene una vigencia de tres años y todavía me queda la posibilidad según los estatutos de presidir la cofradía durante un segundo mandato. A principios de julio se realizarán las elecciones y me presentaré de nuevo, puesto que han quedado muchas cosas por hacer. Deberemos luchar muy duro durante los próximos tres años porque la situación en Lorca es difícil.