Es el jefe de Protección Civil de Ciutadella y como voluntario desde 2003 conoce desde primera fila lo que acontece por Sant Joan. Agustí Hitar García (Ciutadella, 1954) afirma que ha visto mucha gente en los últimos tiempos por Sant Joan, pero nunca como este año. Ha coordinado a 60 voluntarios, de los cuales un 55 por ciento provienen de fuera de la Isla. Desde su punto de vista, el problema es la gente que viene a Sant Joan a hacer su propia fiesta.
Se ha abierto un debate sobre la seguridad y la masificación por Sant Joan, y existe preocupación social. ¿Qué ha pasado?
Han faltado efectivos. El acto de 'ses avellanes', por ejemplo, se ha convertido en un desmadre. Lo que antes era una celebración tranquila ahora es una guerra. Se triplica la población, pero no los recursos de seguridad y prevención. Habría que reforzar con presencia policial los puntos donde hay más barullo, sobre todo en actos como 'ses avellanes', porque el ambiente de la fiesta se ha enrarecido mucho.
Desde su experiencia como voluntario, ¿qué problema ha habido en este Sant Joan diferente a otros años?
Nunca había visto tanta gente por Sant Joan. Por ejemplo, el Caragol des Born estaba a reventar, lleno de público que venía a hacer fiesta, no a ver los caballos. Después del Caragol, por ejemplo, Es Pla de Sant Joan se llenó, como Ses Palmeres, Ses Voltes... El problema es que hay gente que no viene a la fiesta, viene de fiesta. Ciutadella por Sant Joan se está convirtiendo en un 'macrobotellón': vienen a hacer su propia juerga.
¿Cuál es el perfil de público al que se refiere?
Personas jóvenes, menores de 25 años, muchos apenas con 18 años, incluso menores de edad, y muy 'pasados'.
¿Y los jóvenes de aquí?
También hay que van bebidos, pero conocen la fiesta. Saben hasta dónde pueden llegar. La más problemática es la gente que no conoce Sant Joan.
Como voluntarios, ¿con qué situaciones se han encontrado este año?
Por ejemplo, en los Jocs des Pla tenemos tres parejas de voluntarios que informan cuando la gente baja a Sa Colàrsega y advierten a las personas de fuera sobre cuestiones como llevar calzado inadecuado o bajar niños con cochecitos, entre otras cosas. Hay gente que escucha y gira la cola; y otros que no hacen caso. Somos informadores, no somos autoridad. Por ejemplo, advertimos a una familia que bajó a Es Pla con dos abuelos, los niños y un cochecito. Nos desoyeron y después tuvimos que abrirles camino para salir por una ataque de histeria.
La gente que llega, ¿es consciente de los riesgos y el peligro en actos como los Jocs des Pla?
Hay quienes están concienciados, pero la mayoría no. Desconocen que con una actitud irresponsable no sólo ponen en peligro su propia integridad, también la seguridad de los caballos, los jinetes y del resto del público.
¿Por qué cree que se produjeron tantos incidentes durante los Jocs des Pla?
Con tanta gente fue agobiante. Había muchas personas bebidas y despistadas. Son los que miran hacia donde corren los caballos, no de donde vienen los caballos. Hemos hecho advertencias reiteradas, pero hacen caso omiso.
¿Y cómo reacciona la gente cuando les advierten del peligro?
Muchos nos desoyen, pero nosotros no tenemos autoridad para actuar. Como he dicho, sólo informamos. Se produjo un caso frente a L'Herba. Un equipo de voluntarios intentaba que la gente abriera paso, pero un grupo se les enfrentó con empujones y serias amenazas. Uno de los voluntarios estuvo a punto de llamar a la Policía.
De este modo, ¿se hace imposible abrir pasillo en Es Pla?
Había tanta gente que nos costó abrir paso. Hay muchos que colaboran, pero es difícil entre tanta multitud. Desde aquí quiero agradecer la colaboración de mucha gente anónima. Es para quitarse el sombrero. Su mano de ayuda es un granito de arena muy importante.
¿Qué opina de la propuesta de crear un grupo de voluntarios de Sant Joan? ¿Mejorarían las cosas?
Es una buena idea que Amics de Sant Joan implantó y funcionó. En estos momentos se hace necesaria, incluso llevando una camiseta identificativa. Su función sería velar por el buen desarrollo de la fiesta: estando en los actos más multitudinarios, ayudando a abrir paso o advertir ante actitudes irrespetuosas o de peligro.
¿Qué soluciones propone?
Informar y concienciar. Es lo único que puede dar resultado a la larga. A corto plazo, las soluciones se plantean difíciles. Hacen falta más efectivos policiales, sobre todo Policía Nacional que tiene las competencias en seguridad ciudadana, y más voluntariado. La solución de poner barreras en Es Pla no la comparto, agravaría el peligro.
De los 60 voluntarios que coordina, la mayoría proceden de Mallorca, un dato curioso...
También hay mallorquines que vienen a ayudar. La labor de los voluntarios sólo puede agradecerse, el voluntariado que viene de fuera es importante y cada año repite. Hay que valorar la dedicación de todos los voluntarios, de los de Ciutadella y resto de la Isla y de los de fuera.