La crisis económica ha aumentado la percepción de muchas personas de que cada vez es más complicado conciliar la vida laboral con la familia, especialmente en el sector servicios. Las mujeres son las que en mayor medida se han dado cuenta de las dificultades a la hora de poder compaginar la dedicación a la familia con las obligaciones laborales.
Las víctimas reales de esta situación son, según el último informe publicado por la Fundación Gadeso, los hijos, y el trabajo femenino, que, en un porcentaje excesivo, es de baja calidad.
El 74 por ciento de los encuestados consideran muy difícil conciliar ambos mundos. Este porcentaje aumenta en un punto respecto al último sondeo realizado por Gadeso en 2008 y especialmente entre las mujeres en "zonas turísticas intensivas de Balears".
El estudio demuestra como una mayoría de féminas afirma que dedica a las tareas del hogar más de cuatro horas diarias, aunque trabaje fuera de casa, mientras que los hombres nada más le dedican una. Precisamente es éste el motivo por el que los varones no tienen una clara percepción de las dificultades para compaginar la vida familiar. Lo mismo sucede respecto al cuidado de los hijos.
La mayor dedicación corresponde a las mujeres, que le dedican más de dos horas al día de media, mientras que los hombres únicamente emplean 45 minutos de su tiempo según resalta el informe de Gadeso
La escasez de tiempo que la pareja de dedica a los hijos por cuestiones laborales ocasiona daños colaterales en verano y especialmente entre el colectivo de adolescentes entre 15 y 17 años, ya que los más pequeños tienen la opción de acceder a las actividades organizadas por las instituciones públicas.
Así, según Gadeso, cada vez más aumenta la presencia de adolescentes en las calles sin hacer nada, un vagabundeo que en ocasiones, advierte la Fundación, puede derivar en actos de gamberrismo o como mínimo de falta de urbanidad.
Ellas trabajan en verano por motivos económicos
La encuesta de la Fundación también aborda las razones de las mujeres que trabajan solo en verano. Los principales causas son económicas, en primer lugar para completar el salario familiar, y en segundo, para poder hacer frente a los compromisos económicos adquiridos (hipotecas y préstamos).
Las mujeres entrevistadas aseguran que desarrollan su trabajo porque les agrada o por una realización personal únicamente en el 18 por ciento de las encuestadas. Una gran mayoría de ellas manifiesta, que aunque se lo ofrecieran, no dejaría el trabajo, a pesar de no agradarles en exceso. Los motivos de esta negativa son, una vez más, económicos. No obstante, una de cada cuatro asevera que dejaría de trabajar si no tuviera este lastre, fundamentalmente para atender a su familia.