La junta directiva del Club Marítimo de Mahón decidirá la próxima semana si acepta o no la propuesta realizada por la sociedad del Casino Marítimo, una de las empresas del grupo gallego Cormar, para renegociar los términos del contrato de alquiler que mantiene con la entidad.
El local de restauración y juego ocupa toda una planta del edificio -unos 1.100 metros cuadrados-, y la sociedad ingresa a las arcas del Club Marítimo una renta mensual de 10.000 euros. El descenso de la actividad económica, que se ha cebado con especial crudeza en los negocios del puerto de Maó, ha hecho mella también en el sector del juego.
Ese es el principal argumento, las dificultades económicas, que esgrime Casino Marítimo, S.A. para renegociar un contrato de alquiler que fue renovado y firmado en 2010 por la anterior junta directiva del Club, según explicó ayer su presidente, Nemesio Suárez.
La propuesta de la sociedad del grupo Cormar ya ha sido analizada por la Comisión Económica del Club Marítimo, atendiendo a la petición de urgencia del casino, y ahora deberá ser la junta directiva la que analice y apruebe, si así lo estima oportuno, la contraoferta que la entidad deportiva realizará a la sociedad.
La única explicación ofrecida por Casino Marítimo para modificar el contrato de alquiler es que "no les salen las cuentas, el negocio no cubre las expectativas de ingresos, ese es su argumento", afirmó Suárez, quien no quiso ofrecer más detalles de la propuesta hasta que no se pronuncie la junta directiva del club. Este diario intentó ayer sin éxito contactar con la dirección de casinos del Grupo Cormar, en sus oficinas centrales de A Coruña. No obstante, a lo largo de la temporada baja la empresa ha intentado reducir costes con el cierre de las instalaciones durante parte del invierno.
El presidente del Club Marítimo no avanzó cómo abordará la entidad la negociación, si se rebajará la cantidad actual en concepto de alquiler o la superficie que es objeto del arrendamiento, con el objetivo de redimensionar el negocio, pero sí se mostró comprensivo con la situación. "Como todas las empresas, están buscando alternativas para reducir costes e intentar quedarse", manifestó.
Convenio
La sociedad Casino Marítimo está obligada, a través del convenio urbanístico que firmó en 1999 con el Ayuntamiento de Maó, a la construcción e instalación de una escalera y un ascensor que comuniquen el Moll de Llevant con el Paseo Marítimo, una obra que se retrasa ya más de una década y para que el Consistorio otorgó la licencia el pasado 17 de mayo. El permiso se concedió por el anterior equipo de gobierno municipal, bajo la alcaldía de Vicenç Tur, días antes de celebrarse las elecciones locales, aunque el convenio, que estipulaba un plazo de tres meses para la redacción de dicho proyecto, se remonta a los años en que Arturo Bagur presidía la Corporación.