La parroquia de Sant Antoni Maria Claret acogió ayer el funeral en memoria de María Auxiliadora Florit Cavaller, que falleció el mediodía del miércoles, horas después de sufrir una agresión. La celebración litúrgica se ofició sin el cuerpo presente de la difunta, que ayer fue sometido a la autopsia, con la autorización de la familia.
Además de su afligida hermana, cuñado, sobrinos, familiares y personas allegadas, entre otros, el funeral también contó con la presencia de la gerente del Geriátrico, Marianna López Oleo; y los concejales Juana María Pons, Esperança Juaneda, Auxiliadora Pons, Tico González y Llorenç Coll. El concejal de Servicios Sociales transmitió el pésame a la familia en representación de la Corporación y del alcalde, José María de Sintas, que ayer se encontraba en Palma en una reunión de trabajo con representantes del Govern balear.
La familia recibió numerosas muestras de afecto de los asistentes tras el suceso que ha conmocionado Ciutadella.
Por la tarde, el rector de la Catedral, Gerardo Villalonga, presidió una misa en memoria de la difunta en el Geriátrico Municipal, con la asistencia del sacerdote del Hospital Municipal, Bartomeu Florit.
La Eucaristía reunió a residentes, trabajadores del centro y familiares. Villalonga dio el pésame a la familia en nombre del obispo Salvador Giménez Valls, que se encuentra en Madrid participando en la Jornada Mundial de la Juventud.
Las personas que conocían a María Auxiliadora Florit Cavaller se mostraron ayer afligidas y consternadas por el suceso. Los allegados de na Dora, como era conocida, destacan que "siempre había sido especial y muy buena persona".
Diversas fuentes confirman que en el Geriátrico era muy querida, por los años que llevaba residiendo en el centro (a finales de año hubiera cumplido dos décadas como usuaria) y por su carácter risueño.
¿Hay alguna responsabilidad civil sobre el suceso?
Se trata de una pregunta que surge independientemente de que se halle o no al autor de la agresión. Según un abogado consultado por este periódico, el ataque podría tener implicaciones de responsabilidad civil que afectarían al Ayuntamiento, que es el organismo que lo gestiona, en el sentido de si ha garantizado o no la seguridad de la víctima como residente en el centro. Señala que en este caso, los herederos podrían ser indemnizados.
No obstante, el concejal de Servicios Sociales, Llorenç Coll, rechaza este extremo y afirma que "se trata de un hecho puntual, en ningún momento en el Geriátrico se ha incumplido ningún protocolo de seguridad o sanitario".
En cuanto al autor de la agresión, el abogado señala que lo primero es que sea inculpado con pruebas. "Siempre que hay un culpable se dicta sentencia y en este caso podría ser por intento de asesinato", dice el letrado.
En el supuesto que fuera un interno del centro tendría que avalarse si se considera una persona capaz o imposibilitada. En el primer caso, podría imponerse pena de prisión, pero legalmente no se contempla a partir de los 74 años y podrían aplicarse otro tipo de medidas como la privación de libertad domiciliaria.
En caso de ser incapacitado, según dice, se podría imponer una pena de prisión por internamiento en un psiquiátrico.
En el caso de que el autor fuera un trabajador del centro o una persona externa, la condena sería de pena de prisión por intento de asesinato o asesinato consumado, según la calificación.
Si no se encontrara a la persona culpable, el juez podría ordenar el archivo del caso.