El precio que se paga a los ganaderos por la leche de vaca en la Isla es el más bajo de toda España y de Europa, según los datos que arroja la última estadística de precios de julio que maneja el sector. "Somos los últimos de la cola", explica gráfico el secretario general de Unió de Pagesos, Manel Martí, "los ánimos en el campo están ya por los suelos", agrega con la rabia contenida de quién está al límite de su resistencia. En Menorca la leche se paga a una media de 0,29 o 0,30 euros el litro, como precio base, mientras que en otras zonas de España como Andalucía el ganadero recibe 34 céntimos, en Valencia 33 y en Extremadura se paga a 31 céntimos el litro.
Balears junto con Galicia y Cantabria son las tres comunidades que han percibido los precios más bajos en los cuatro primeros meses de la campaña láctea (2011-2012), siendo curiosamente las regiones con mayor producción láctea del país. El Archipiélago está incluso por debajo del precio medio por leche que recibe el ganadero español y que este año se sitúa en 31,6 céntimos el litro. Si esta misma comparación se hace con el resto de Europa y el mundo, la diferencia es aún más abultada. Así ,frente a los apenas 30 céntimos que se pagan en Menorca, un ganadero belga cobra por cada litro de leche que produce 35 céntimos; alemanes y escandinavos reciben 36 céntimos; un finlandés saca 43 céntimos y un irlandés, 34. La lista es larga y en la cola siempre está Menorca.
Insularidad
La causa de estas diferencias con el mercado nacional y en mayor medida con el internacional no están del todo claras. Desde algunos sectores relacionados con la industria láctea resaltan que el coste de la insularidad y por ende el transporte representa un coste añadido de aproximadamente 0,03 céntimos. De este modo, para que la leche menorquina sea competitiva en el mercado nacional, el ganadero debe asumir esa rémora. Sin embargo, los payeses ya están cansados de ser los paganos de la historia, porque también asumen el sobre coste de los piensos que como media son cerca de seis céntimos más caros que en la Península. El resultado es que en los últimos años los costes de producción de las explotaciones menorquinas se han incrementado cerca de un 30 por ciento.
Intermediarios
Hay también quienes piden más control sobre los intermediarios y la distribución al considerarlos beneficiarios directos de la crítica situación del sector. Otros apuntan que la diferencia de precios se justifica en la producción láctea de cada región y su capacidad poblacional para absorberla. Está claro que en Menorca se produce un exceso de leche y las empresas e industrias de la Isla saben que el ganadero tampoco tiene muchas opciones de venta, en consecuencia, pueden ajustar más los precios que pagan a los payeses por la materia prima.
El Doble juego de Francia
En cuanto a las grandes diferencias que se observan en relación a los precios internacionales, -aquí la leche en origen es un 10 por ciento más barata respecto a Alemania y Francia- también se apunta al hecho de que en Europa, el 60 por ciento de la leche tiene un destino industrial, para la fabricación de mantequillas, leche en polvo y bases para farmacia, entre otros usos alimentarios. Es decir, el resto de Europa extrae más subproductos que comercializar, más beneficios, mientras que en España el mayor volumen está enfocado al producto base que es la leche líquida y en menor medida a la fabricación de queso.
También hay quien denuncia la doble moral que practica Francia respecto en este sector. Láctalis, la multinacional francesa ha adquirido en los últimos tres años Forlasa y Puleva, y se ha convertido en el primer operador de leche en España por facturación, número de fábricas y trabajadores. Sin embargo, algunas organizaciones agrarias acusan a esta multinacional de pagar a los ganaderos franceses un 21 por ciento más que a los españoles, y de vender en España la leche a precios más baratos en las grandes superficies de capital francés, tirando así por los suelos el precio de la leche nacional.