Corría el 3 de octubre de 1761 cuando el Tribunal del Real Patrimonio emitió una sentencia que declaraba que las tierras que conformaban la Garriga de Binifadet, donde actualmente se erige Sant Lluís, eran de propiedad real y de uso público.
Esta resolución, que puede considerarse como el origen del pueblo, fue la culminación de un largo proceso judicial que se inició en enero de 1759, cuando los propietarios de las posesiones de los alrededores de la Garriga de Binifadet reclamaron al Tribunal del Real Patrimonio que se reconocieran sus derechos de propiedad sobre las tierras.
Sin embargo, esta corte judicial decidió en contra de los terratenientes alegando que no había paredes que cerrasen la Garriga y que, por el contrario, existían muchos caminos por los cuales se podía transitar desde hacía años.
Con el beneplácito del gobierno francés, que por entonces dominaba la Isla, ya se había comenzado a construir la iglesia de Sant Lluís con el objetivo de evitar el desplazamiento hasta Maó de los habitantes de las diversas masías de la zona a la hora de asistir a los actos religiosos.
El inicio de las obras del templo, en mayo de 1760, y la resolución del Tribunal del Real Patrimonio impulsaron el desarrollo urbanístico del pueblo, que ayer, 250 años después de la emisión de la resolución, celebró el acto institucional de su fundación.
La sala de plenos del Ayuntamiento de Sant Lluís fue el escenario del acto solemne de conmemoración, presidida por los miembros de la corporación municipal, que estuvieron acompañados por diversas autoridades insulares. El presidente del Consell, Santiago Tadeo; el conseller autonómico Simón Gornés; el diputado Joan Carles Grau; y los alcaldes de Maó, Ciutadella y Es Castell, Águeda Reynés, José Maria de Sintas y Lluís Camps respectivamente, asistieron a la celebración de la efeméride.
Conferencia
El periodista del "Menorca", Toni Seguí, fue el protagonista del acto central de la jornada al pronunciar la conferencia titulada "Sant Lluís dentro de la obra de escritores y viajeros desde el siglo XIX hasta nuestros días", a través de la que realizó un exhaustivo repaso a las impresiones plasmadas en los textos de seis personajes que visitaron el pueblo.
En primer lugar, se refirió al escritor y poeta norteamericano Bayard Taylor, que recaló en Sant Lluís durante unos de los viajes por Europa que llevó a cabo en los años 60 del siglo XIX. Taylor destacó en uno de sus libros la limpieza de un pueblo cuyas casas se blanqueaban todos los sábados y detalló la impresión que le causó el hecho de que las puertas de las viviendas estuvieran siempre abiertas, dejando a la vista las relucientes baldosas.
Otro de los viajeros que visitó Sant Lluís en el siglo XIX fue el archiduque Lluís Salvador de Hasburgo-Lorena y Borbón, que recogió sus investigaciones en la obra "La isla de Menorca descrita por la palabra y la imagen", un libro que describe las propiedades rurales, los principales caminos y la costa de Sant Lluís. El aristócrata llegó incluso a alquilar una casa en el pueblo, que definió como uno de los lugares más "saludables" de Menorca.
Durante su ponencia, Toni Seguí hizo hincapié en el libro sobre Menorca publicado en los años 20 por la secretaria de la Asociación Mundial para la Defensa de la Mujer, Antònia Pujol de Carbó, bajo el pseudónimo de Alicia Davins. La escritora habló en su obra de los molinos de Sant Lluís, de las blancas paredes del pueblo y de los nombres de las rectas y amplias calles, que recordaban la ocupación francesa de la Isla.
Asimismo, el periodista Manuel Amat publicó en la revista "Mirador" una serie de reportajes sobre Menorca entre 1933 y 1934. En una de sus crónicas el reportero hizo alusión a las pequeñas y blancas viviendas, a los tres molinos de viento del pueblo y al paisaje de los alrededores de Sant Lluís.
Por su parte, el escritor catalán Josep Pla también subrayó en la "Guía de Mallorca, Menorca e Ibiza", publicada en 1950, la pulcritud de Sant Lluís y se centró especialmente en Alcalfar, que calificó proféticamente como una zona con un importante futuro turístico.
La conferencia del periodista santlluïser finalizó con la reseña sobre el escritor holandés Cees Nooteboom que desde hace más de 40 años reside buena parte del año en el pueblo, desde donde trabaja en sus novelas, poesías, ensayos y libros de viajes. El autor, que ha sido en varias ocasiones candidato al Premio Nobel de Literatura, hace mención de Sant Lluís en varias de sus obras, tales como "Lluvia Roja", cuyo título hace referencia a la lluvia de tierra característica de la Isla. Precisamente en esta novela, el escritor relata sus vivencias y recuerdos de la Isla, habla de los vecinos de Sant Lluís y del jardín de su antigua casa de campo.
De este modo, Toni Seguí relató seis historias de seis épocas distintas, seis visiones de un pueblo que, según concluyó, "tenemos la obligación de seguir construyendo bajo un principio de modernidad y de crecimiento sostenible".
Nota musical
El organista y director de la Escola de Música de la Escola Municipal de Ensenyaments Artístics de Sant Lluís, Tomé Olives, puso la nota musical al acto institucional del 250 aniversario de la fundación del municipio con la interpretación de seis piezas del compositor francés Nicolás de Grigny (1672-1703).
La celebración finalizó con las palabras del alcalde de Sant Lluís, Cristóbal Coll, quien destacó la necesidad de establecer lazos de hermanamiento con el pueblo francés con la finalidad de conocer a los descendientes de aquellas personas que fueron los fundadores e impulsores del pueblo. "Sant Lluís es un pueblo de raíces francesas que fue bautizado de este modo en honor a San Luis IX, rey de Francia", puntualizó el primer edil.
Posteriormente, los asistentes disfrutaron de una copa de cava en el Pla de sa Creu, donde actuó el grupo de música y baile del Centre Cultural i Esportiu de Sant Lluís.