La voluntad de vigilar el carácter cristianos de los centros y la preocupación por las dificultades económicas marcaron ayer el encuentro celebrado entre responsables de la enseñanza concertada de la Isla y el obispo Salvador en el Colegio de La Salle de Alaior.
En la toma de contacto participaron representantes de este centro así como de su homónimo en Maó, del también mahonés Cormar (no pudo asistir finalmente el Sant Josep), Sant Francesc de Assís, en Ferreries, y de Calós, La Consolació y la escoleta Xipell, de Ciutadella.
El encuentro sirvió para intercambiar impresiones con monseñor Giménez sobre el inicio de curso y analizar los eventuales problemas de funcionamiento que puedan surgir.
Asimismo, se insistió en la necesidad que tienen estos centros de vigilar su carácter propio, de manera que las expectativas depositadas por los padres -a los que se hace partícipes de este carácter en reuniones informativas- no se vean defraudadas. En este sentido, los centros concertados insisten en la fidelidad no sólo al ideario- "que no es exclusivamente religioso", puntualiza un directivo- sino también "a un estilo pedagógico que mima los valores humanos", así como en la configuración de un claustro cuyos profesores son seleccionados teniendo en cuenta su capacidad para adaptarse a la línea del centro.
Impago
La reunión no escapó al actual contexto de crisis. Así, a las nuevas inquietudes que surgen en materia educativa se suman las que provocan las dificultades económicas derivadas de la falta de pago de los conciertos suscritos con el Govern -administración competente en Educación-.
"Están pendientes los pagos desde julio, por eso estamos a la espera de poder encontrarnos con los responsables de la Conselleria para que nos expliquen cómo se va a resolver la situación", reconocen las fuentes consultadas. Mientras tanto, el periodo lectivo recién iniciado sigue su curso.