La sede del Consell vivió ayer una alarma que, aunque las consecuencias podrían haber sido peores, se quedó en eso, en un susto. Y es que una falsa alarma de bomba obligó ayer por la mañana a desalojar el edificio de la Plaça Biosfera de Maó.
Los hechos tuvieron lugar a las once en punto de la mañana. El escáner de seguridad del edificio por donde deben circular todos aquellos paquetes y documentos que se remiten a la institución insular detectó un bulto sospechoso por contener cables y conexiones que generaron desconfianza.
Al no poder identificar claramente el contenido de aquel paquete y causar cierta sospecha a los encargados de seguridad, se activó el protocolo de emergencia para evacuar a trabajadores, políticos y ciudadanos que estuvieran efectuando alguna gestión en la sede insular.
Esta evacuación por la parte delantera del edificio se hizo a la par del aviso a la Policía Nacional, quien se desplazó al lugar de los hechos para hacer las pertinentes comprobaciones del bulto.
A su vez, se personó la Guardia Civil con un agente del TEDAX, grupo especializado en la desactivación de artefactos explosivos. La Policía Local de Maó también acudió hasta la Plaça Biosfera para regular el tráfico, prohibiendo la entrada al recinto.
Las comprobaciones permitieron verificar que el remitente del paquete era la Conselleria de Medio Ambiente y el bulto, según informan desde el departamento de Ordenación del Territorio, contenía un disco duro con material de cartografía marina de la Isla y que iba destinado a esta área. Dado el volumen de información, el Govern envió el documento en este dispositivo de almacenamiento de información.
Los trabajadores pudieron volver a sus puestos de trabajo media hora después de que sonara la alarma de evacuación.