Lleva apenas diez días de vigencia y la nueva tarjeta sanitaria y el sistema para renovarla ya han suscitado las primeras quejas entre los usuarios, por el engorro que representan las gestiones que deben hacerse. Unas quejas, por otro lado, reconocidas por el IB-Salut, que asegura hacer esfuerzos por facilitar al máximo los trámites de los usuarios.
Algunos pacientes han hecho llegar a este diario su malestar por el nuevo procedimiento que ha establecido el IB-Salut para la renovación de las tarjetas sanitarias, un sistema que tildan de "lioso" y que critican por las idas y venidas a las que obligan a los administrados.
Según han explicado a este diario algunos afectados, para renovar la tarjeta sanitaria hay que ir dos veces al centro de salud y otra al banco para hacer el pago de 10 euros. Pero no sólo eso, también hay que presentar una foto de carné, lo que implica la consiguiente visita a la tienda de fotografía. Así, estos usuarios manifiestan su indignación por las complicaciones que comporta la renovación de la tarjeta, cuando, consideran, debería ser algo más sencillo, sobre todo teniendo en cuenta que muchos de los que tienen que ir de un lado para otro son personas mayores.
El director de la Atención Primaria de Menorca, Josep Pons Oleo, admitió ayer ser conocedor de cierto malestar que el nuevo sistema está generando entre los usuarios, por lo poco que gusta a la gente tener que hacer gestiones e ir dos veces al centro de salud y otra al banco. No obstante, el doctor Oleo quiso aclarar que la intención es facilitar al máximo el trámite, para que resulte lo menos engorroso posible.