Nació en Barcelona, su corazón es menorquín, vive en Viena y trabaja en Londres. Parece una ecuación complicada pero Juan Manuel Abad Fernández (Barcelona, 1979) la resuelve con facilidad.
Tras nueve años viviendo en Londres, el joven decidió mudarse a Berlín para dejar atrás la rutina. No obstante, el destino le llevó hasta Viena, donde desde hace siete meses reside junto a su pareja. Su estancia en la capital austríaca no se prolongará durante mucho tiempo ya que, de cara al próximo mes de marzo, tienen previsto instalarse en la ciudad suiza de Zurich.
Abad trabaja como tripulante de vuelo de la compañía Air New Zealand cubriendo las rutas entre Londres y Los Ángeles y Hong Kong. Por ello, tan sólo vuela dos o tres veces cada mes, lo que otorga una gran libertad de movimiento.
El deseo de estudiar Comunicación Audiovisual le llevó hasta Madrid...
Sí. Tras acabar el bachillerato en Menorca en el año 2000 me mudé a Madrid con la esperanza de estudiar Comunicación Audiovisual pero no conseguí entrar en la universidad. Mi intención era especializarme en producción y realización pero, por aquel entonces, este tipo de estudios tenían mucha demanda y la nota para entrar era muy alta.
¿Se quedó en la capital?
No, decidí irme a Barcelona a hacer un curso de francés y trabajar en el Aeropuerto de El Prat como agente de alquiler en una multinacional. Después de seis meses en Barcelona volví a Menorca a pasar el verano y en octubre de 2001 se me ocurrió viajar por primera vez fuera de España.
¿Qué país visitó?
Fui a Australia. Es un país que siempre me ha atraído por su lejanía y por lo joven que es. Agarré mi mochila y embarqué camino de Australia aunque antes pasé por Kuala Lumpur y me quedé unos días para ver Malasia. ¡Fue una experiencia increíble! Los lugares, las playas, la gente, y la cultura de Malasia son preciosos. Durante este viaje pude comprobar la hospitalidad y amabilidad de Asia.
¿Le gustó la experiencia de viajar solo?
Viajar solo puede ser un tanto aburrido si no lo has hecho antes, pero en mi caso esto me brindó la oportunidad de centrarme más en lo que quería hacer y hacia dónde quería poner rumbo sin tener que depender de nadie. Durante mis viajes siempre he conocido a mucha gente y nunca me he sentido solo. De hecho mantengo contacto con gente que conocí en Australia en 2001.
¿Cuánto tiempo duró este periplo?
Tres meses. Posteriormente regresé a España. La idea de quedarme en Menorca me parecía muy aburrida así que decidí marcharme a Londres.
¿Encontró trabajo en la capital británica?
Sí. Estuve trabajando un tiempo para un hotel en el aeropuerto de Heathrow. Estuve en Londres cuatro meses y después volví a Menorca a pasar el verano de nuevo.
Pero regresó a Londres...
Sí. Se me ocurrió enviar una solicitud a una compañía aérea irlandesa que estaba buscando personal. Me aceptaron como tripulante de vuelo y volví a Londres de nuevo. Estuve trabajando en aquella aerolínea durante un año y, posteriormente, me aceptaron en otras dos hasta que en 2005 me llamaron de Air New Zealand, la compañía bandera de Nueva Zelanda con la que sigo trabajando seis años y medio después.
¿Se instaló por tanto en el Reino Unido?
Sí. He vivido en Londres durante nueve años. Es una ciudad fantástica y muy seductora porque tiene gran cantidad de ofertas de ocio. ¡Uno nunca se aburre! Lo que más me gusta de Londres es su variedad cultural y la actividad siempre frenética de la ciudad. Por el contrario, no me gusta el crimen y la suciedad que existe en ciertas zonas, pero entiendo que eso pasa en toda gran metrópolis.
¿Continuó viajando?
Sí. En 2005, antes de empezar a trabajar para Air New Zealand fui a Estados Unidos por primera vez. Esta vez viajé con un buen amigo de Menorca. Hicimos una porción de la ruta 66 empezando en Los Ángeles y acabando en el Gran Cañón de Colorado. Después nos fuimos al lago Tahoe y acabamos la ruta en San Francisco. ¡Fue una gran experiencia! Tuvimos la oportunidad de ver muchos paisajes y conocer a gente estupenda. Los norte americanos son gente muy amable y te ayudan mucho si te ven perdido, además de explicarte muchas cosas sobre su país porque son muy entusiastas de su propia tierra.
También estuvo en Kenia...
Sí. Fui también con mi amigo Vladimir en 2006. Estuvimos haciendo un safari por dos parques nacionales y visitando varias zonas de la costa. Es un país fantástico y no me pareció nada peligroso. La gente es muy acogedora y muy relajada. En 2007 volví a Estados Unidos y recorrí la costa oeste en coche, la llamada ruta número 1 del Pacífico. Durante ese viaje también visite la ciudad de Tijuana, en México. Finalmente, en 2008 visité Nueva Zelanda, un país con encanto y con una cultura polinesia sorprendente. También en este caso viajé con Vladimir y, durante quince días, recorrimos la isla sur en coche. Empezamos en Christchurch y acabamos cruzando el estrecho de Cook a Wellington. Durante el camino nos encontramos a unos españoles que había conocido en un vuelo de Air New Zealand en el que yo volaba dos semanas antes de irnos a Nueva Zelanda. El coche se les averió en una carretera por la que no pasaban muchos vehículos y, al verlos, se me ocurrió parar a echarles una mano. Cuando nos paramos y nos dimos cuenta de que nos habíamos visto tan sólo dos semanas antes en un avión nos quedamos muy sorprendidos.
¿Cuándo surgió la posibilidad de trasladarse a Viena?
Tras nueve años en Londres, donde incluso me había comprado mi propio apartamento, me apetecía cambiar un poco de aires. Fue entonces cuando se me ocurrió mudarme a Berlín. Una de las principales ventajas que me otorga mi trabajo es que puedes vivir en cualquier país, a pesar de que tu base esté en Londres. Un amigo mío se mudaba por entonces a la capital alemana y decidí vender mi apartamento y marcharme con él.
¿Acabó en Berlín?
Sí, pero no estuve allí mucho tiempo. Estaba buscando piso cuando conocí a mi pareja. Él es austríaco y, tras conocernos, me invitó a visitar Viena. Yo acepté sin reparos. Como ya he dicho, tengo mucha facilidad para viajar y, además, nunca había visitado la ciudad anteriormente. ¡Lo consideré una oportunidad única! Tras aquel viaje, volví a Viena semana tras semana para ver a mi pareja hasta que optamos por mudarnos juntos. Así, cambié Berlín por Viena, una decisión que considero muy acertada.
¿Ahora vive a caballo entre Londres y Viena?
Más o menos. Sigo trabajando pa Air New Zealand y mi base sigue siendo Londres. No obstante, tan sólo cubro las rutas a Los Ángeles y a Hong Kong y, al tratarse de conexiones de largo recorrido, sólo vuelo dos o tres veces al mes. Por lo tanto, voy a Londres a trabajar y cuando vuelvo de mi destino, regreso de nuevo a Viena, sin pasar más de dos o tres o horas en la capital británica. Puede parecer un tanto extraño pero este es el estilo de vida que tengo y estoy muy contento. No es un trabajo de oficina, que te mantiene todo el día frente al ordenador.
¿En qué zona de la ciudad se ha instalado?
Ahora mismo vivo en la zona llamada Wäringer, en el distrito 18, uno de los más caros. En Viena las calles están muy bien conservadas y todo está muy limpio y arreglado, lo que supone un gran contraste con Londres. La verdad es que la ciudad es preciosa y durante los siete meses que llevo viviendo aquí he podido conocer a mucha gente y formar mi propio círculo de amigos. ¡Me encuentro muy a gusto!
¿Se ha adaptado con facilidad a este cambio?
Al principio me costó un poco adaptarme ya que no conocía a nadie, es un nuevo país con una cultura diferente y un idioma totalmente nuevo para mí. Además, Viena es una ciudad muy conservadora. De todas maneras, uno siempre acaba adaptándose a todo. Hay que disfrutar de las oportunidades que la vida te trae porque nunca sabes dónde vas a acabar viviendo. El idioma sigue siendo para mi un obstáculo pero voy aprendiendo. No hay nada que no se pueda hacer con un poco de esfuerzo.
¿Tiene previsto quedarse en Viena durante una temporada larga?
La verdad es que no. Precisamente en marzo nos mudamos a Zurich porque mi pareja, Mike, ha conseguido un trabajo como tripulante en Swiss. Nos planteamos este cambio como algo positivo y enriquecedor. Además, también es una oportunidad para mi para trabajar con un amigo fotógrafo, que está encantado de tenerme como su asistente en su estudio.
¿La fotografía es su pasión?
Sí. Soy un gran apasionado de la fotografía y durante todos mis viajes he podido capturar muchos buenos momentos y grandes paisajes. Me gusta especialmente la fotografía que capta la sociedad y la interacción del ser humano con su entorno natural, el cual modificamos para adaptarlo a nosotros en vez de adaptarnos nosotros a él. La fotografía es para mí una herramienta de desarrollo personal.
¿No echa en falta algo de estabilidad?
Me gusta hacer lo que hago y, además, me da la oportunidad de viajar por todo el mundo y de conocer a mucha gente. La estabilidad llegará cuando encuentre mi sitio y mi oficio de por vida. Creo que cuando encuentre el lugar en el que me sienta en casa podré asentarme. ¡De momento estoy disfrutando al máximo! Yo tengo muy claro dónde estoy y de dónde vengo. Creo que, en ocasiones, la gente malinterpreta mi oficio y se tiende a pensar en él como una especie de estilo de vida nómada. No creo que haya nada malo en ello, al contrario, te permite descubrir nuevos lugares y tener experiencias únicas. No conozco a mucha gente que pueda decir: "soy de Menorca, trabajo en Londres y vivo en Viena".
De todos los lugares que ha visitado, ¿se quedaría con alguno en especial?
Me quedaría en todos aunque, al final, me acabaría aburriendo de cualquiera de ellos. Tal vez busco aventuras o quizá me fastidia la rutina pero, si hay un lugar al que volvería, sería a Barcelona. Posiblemente en unos meses mi pareja y yo nos establezcamos en la Ciudad Condal, mientras él seguirá trabajando en Zurich y yo en Londres. Se que suena raro, pero funciona.
¿No se plantea volver a Menorca?
Echo de menos Menorca pero no hasta tal punto de volver sin más. Ahí la tengo, no se va a ir a ninguna parte. Mi familia, amigos y conocidos están en Menorca y viajo hasta allí muy a menudo por la facilidad que tengo para desplazarme. No se si mi futuro estará en la Isla, pero de momento estoy viajando y viviendo mis experiencias, algo que todo el mundo debería hacer. Un día mi madre me dijo que viajar es la mejor universidad, le doy toda la razón.
Sugerencias para la sección
"Menorquines en el mundo"
e-mail: msola@menorca.info