Autoficha
Me llamo Francisca Allés Barber y tengo 86 años. Nací en Ferreries pero vine a vivir a Maó con cuatro años. Soy viuda y tuve dos hijos. He sido voluntaria de Caritas durante muchos años, Vivo desde hace algo más de un año en la Residencia de Gent Gran de Maó, donde estoy muy a gusto. Me encanta el punto de cruz y el macramé, aunque ya no puedo hacerlo por mi vista. Me gustan mucho los concursos televisivos como 'Saber y Ganar', o 'Pasapalabra'. Creo que son muy educativos.
¿Cómo comenzó a colaborar con Caritas?
A mí siempre me había gustado colaborar con obras benéficas pero todo empezó cuando me quedé viuda y murió mi hijo, yo tendría unos 50 años. Fue Juan Febrer, un cura muy bueno, quien me animó a que asistiera a catequesis para mayores. En la iglesia encontré personas estupendas que me ayudaron mucho. Llegué a hacer de catequista para los niños que iban a hacer la comunión. Me lo pasé muy bien y todavía veo a algunos de aquellos chicos y me saludan. Fue así como me ofrecieron que fuera voluntaria de Caritas y, una vez que empecé, ya no lo pude dejar.
De hecho, venía al Geriátrico a visitar a los usuarios.
Si. Estuve viniendo a la Residencia unos 17 años. Les ayudaba, les hacía compañía... Me di cuenta que yo donde tenía que estar era aquí. Mi hijo quería que fuese a su casa pero decidí que no. En el centro tenemos todo lo que necesitamos, nos cuidan, están pendientes... Yo ya conocía cómo era este sitio.
Durante todos estos años ha hecho muchísimas actividades. ¿Cuáles le traen mejores recuerdos?
Durante una época ayudé a personas enfermas. También fui a Bintaufa a enseñar macramé. Lo pasé muy bien haciéndolo. Cuando me jubilé, ya que yo trabajaba en la bisutería, me apunté a la Escuela de Adultos, y hacíamos excursiones, conocía los rincones de la Isla, a diferentes personas... He pasado momentos muy buenos. También he ido de viaje con el Club de Jubilados. Málaga me gustó mucho. Recuerdo que estuve con una amiga en Benalmádena unas dos semanas. Y también he cantado en el coro del Imserso. Siempre he intentado mantenerme activa y ocupada.
¿Qué le pide ahora a la vida?
Lo que quiero es vivir tranquila y que todos vivamos en el centro de forma amistosa. Quiero seguir dando los paseos que doy a diario con mi bastón. Voy hasta mi antigua casa, que todavía la mantengo. Si no fuera por la vista, podría asistir a los actos a los que todavía me invitan diferentes entidades. Voy a lo que puedo.