Son luchadores natos, empresarios, hombres y mujeres, que dan prestigio a su profesión, porque concientes de su responsabilidad siguen peleando, sin arrojar la toalla, ya que no ignoran que de hacerlo, su doble misión, la de crear riqueza y puestos de trabajo, quedaría en nada. El momento es delicado, las expectativas de mejora son las que son, pero ellos no se rinden, siguen a pie de obra con la misma ilusión de siempre y con el optimismo como bandera, porque saben que llegarán tiempos mejores, que la crisis no se instalará de por vida, que el sol volverá a traernos el sosiego y la tranquilidad, barriendo con un soplo mágico todo cuanto nos priva de la certeza de que sigue habiendo presente y, consecuentemente, futuro.
Juan Carlos Fernández Salort, directivo de Pons Quintana, es el actual presidente de la Asociación de Fabricantes de Calzado de Menorca y acaba de regresar de Madrid, en donde once empresas menorquinas han participado en la feria del calzado, escaparate importantísimo para dar a conocer sus últimas novedades y para tomar el pulso actual del sector.
¿Cuál es, a tu regreso de Madrid, tu estado de ánimo?
Si esta pregunta me la hubieras formulado hace cinco años, te hubiera dicho que fatal, pero en las circunstancias actuales debo decir que es bueno, porque los pedidos, las ventas no han ido mal, sobre todo teniendo en cuenta que el invierno ha sido extremadamente duro para todos y lógicamente para el sector.
Este asalto ¿lo habéis cerrado del todo?
No, todavía queda un mes para confirmar algunos detalles y concretar determinados flecos que hemos dejado apalabrados pero no cerrados.
En un momento como el que nos encontramos, ¿cómo os las arregláis para subsistir?
El calzado menorquín hace años que viene subsistiendo, no es una novedad. ¿Cómo lo hacemos? Acudiendo a ferias como la de Madrid en la que participamos 11 empresas, o como a la de Milán, en que viajamos solo ocho, o a la de Dusseldorf, en que participaron nueve empresas menorquinas. te hablo a nivel de asociación, porque a nivel personal cada uno de nosotros acude a otras muchas ferias relevantes tales como la de París, Londres, Japón, EEUU o Alemania. Esta es nuestra estrategia para dar a conocer nuestro productor y aumentar, en lo posible, las ventas.
Para subsistir en un momento especialmente crítico.
Sí, pero debo matizar que el sector del calzado, en el que llevo metido casi treinta años, siempre ha estado en crisis, siempre he oído hablar de las dificultades que representa ser competitivo en una isla como es la nuestra, para mí este hecho, el seguir en la brecha es todo un milagro porque existe mucha competencia pero el empresario menorquín es guerrero y siempre ha viajado y exportado. Santiago Pons Quintana empezó a exportar a Islandia hace más de 25 años y ahora seguimos su estela, su ejemplo, exportar.
Recuerdo que Pons Quintana se sometió a un importante cambio.
Sí, el de zapatillas a zapatos lo que nos obligó a un esfuerzo complementario para adaptarnos y vender la calidad de nuestro producto y demostrar que seguíamos en nuestra línea ya reconocida pero con un nuevo producto.
Volviendo a las ferias, aproximadamente, ¿en cuántas participáis?
A unas diez cada temporada, lo que representa unas 20 al año.
¿Qué sensaciones has captado en la capital del Reino?
Las vibraciones no han sido muy buenas. Además el tiempo no nos ha favorecido en absoluto, el calor se mantuvo casi hasta Navidad y el frío llegó con retraso cuando ya se había iniciado la temporada de rebajas. Digamos que los inconvenientes se han acumulado uno tras otro, pero nosotros estamos tanto a las duras como a las maduras.
¿Seguís creyendo en el futuro?
Si no creyéramos en el futuro no estaríamos trabajando en esta línea. Es cierto que la situación es difícil, pero hay que seguir empujando porque la actual crisis pasará, como ha sucedido con todas las anteriores. Puede que no lleguemos a los niveles de antes, pero habrá que adaptarse y bailar con la que nos toque.
El pasado domingo hubo una manifestación en contra de los ajustes, ¿crees que los obreros han entendido el mensaje?
Cualquier obrero que tenga un trabajo, que esté en activo, comprende la situación e intenta adaptarse a las circunstancias actuales. Los habrá que todavía no lo hayan captado, pero más pronto o más tarde también tendrán que adaptarse, porque no hay otra alternativa ya que todo lo que se da tiene un coste y este coste alguien tendrá que pagarlo.
Reiteradamente usas "adaptarse", por lo que considero que para ti es algo indispensable, ¿acierto?
Del todo. Quien no sea capaz de interpretar el momento actual y adaptarse a las circunstancias que éste impone, carece de futuro, incluso diré más, de presente.
Leí que exportabais un 48% de la fabricación, ¿es un porcentaje aceptable?
Al menos nos permite minimizar la tendencia a la baja de las ventas del mercado interior. Menorca en los dos últimos años ha ido aumentando el porcentaje de ventas en el mercado exterior, lo cual y en el caso concreto de Pons Quintana nos permitió, en el 2009, contratar a 35 operarios más y 38 en el 2011, situación esta, en lo que a ventas se refiere, que no se produce en el mercado interior, en que el producto menorquín no alcanza ni tales cotas, ni las deseadas.
¿Cuáles son las características más destacables del calzado menorquín?
Históricamente Menorca se ha decantado por la calidad y el diseño y seguimos en esta línea, entre otras cosas porque no podemos competir en los precios. Otra de las características más reseñables es que nuestras empresas tienen el marchamo de serias, de cumplidoras y esto ofrece una gran seguridad a nuestros compradores.
Seriedad en unas empresas con el sello de tradicionales.
Sí, por lo general son empresas que desde su inicio están en manos de la misma familia y siguen fabricando con los mismos criterios de calidad y diseño antes apuntados, lo cual hace que los clientes mantengan una fidelidad digna de ser reseñada.
Entre vosotros, me refiero a los fabricantes de la Isla, existe la lógica rivalidad, pero ¿actuáis como grupo?
Aquí sí, y como grupo bien avenido. Todos tenemos y mantenemos nuestra propio identidad, incluso nuestros propios clientes pero desde la independencia de cada empresa, entre nosotros no existen problemas e incluso, en determinados casos y circunstancias, nos ayudamos los unos a los otros.
Hoy nadie duda de que la promoción es fundamental, pero ello comporta unos gastos importantes. ¿De qué cantidad hablamos?
La promoción comercial ronda los dos millones y medio de euros al año y solo en lo que se refiere al alquiler y montaje de los stands, el resto, viajes, estancias, etc. etc. corre por nuestra propia cuenta. De ahí esta pregunta: ¿Qué otro sector en Balears gasta en promoción dicha cantidad? Posiblemente ninguno y añadiré un dato más, en Menorca el calzado es el sector que más vende, descontando la venta de combustible a los aviones que es superior a cualquier otro pero que no entra dentro de esta baremo de productores menorquines.
Y a la Administración, en concreto, ¿qué le pedís?
Que realice un esfuerzo para comprender este sector que controla y absorbe mucha mano de obra. ten en cuenta que cada medio año partimos de cero, hay que reinventarse, porque todo cambia, desde los prefabricados hasta el más mínimo detalle. en un mes hay que visitar las ferias de modelistas para conocer las nuevas tendencias e inventar una nueva colección y, lo más importante, acertar para que guste y se venda…
Un arduo trabajo, aunque muy creativo, pero sigamos con vuestras reivindicaciones.
Seguiré. A nosotros no nos parece inteligente que la Administración deje de apoyar a un sector productivo como es el nuestro, un sector que contribuye a nutrir las arcas del Estado, por ello pedimos que al menos nos trate con los mismos criterios que aplica a las otras zonas peninsulares en que el calzado es también fundamental. La Administración aportaba un 30% del coste que nos representaba el acudir a las ferias, solo a lo que al alquiler y montaje se refiere, ayuda que nos ha sido retirada lo que nos ocasiona el perder competitividad sin olvidar así mismo del handicap que la insularidad conlleva.
Complicada situación que debería ser reconducida.
Efectivamente, por ello digo que nuestra petición se concreta sobre todo en que la Administración realice un esfuerzo de sensibilidad para reconocer nuestra realidad.
¿Vivimos un periodo de excesivo despilfarro?
Yo diría que sí. Vivíamos como en un sueño y lo perverso de esta situación es que todavía hay mucha gente que no se ha dado cuenta de la realidad y no ha comprendido que la única salida es la de adaptarse a este difícil momento tanto a nivel individual como colectivo.
Tú currículum personal es poco conocido, ¿lo desvelamos?
Como quieras. Nací aquí, en Alaior, pero cuando tenía solo cinco años de edad, murió mi padre, él era militar, la nueva situación familiar hizo que nos trasladásemos a Madrid y allí, desde los cinco a los once años, estudié en un colegio madrileño, luego estuve dos años en La Coruña hasta que a los 14 años regresé a Madrid. Seguí estudiando y en la Complutense obtuve el título de licenciado en Ciencias de la Información, el resto es sobradamente conocido.
¿Crees que el empresario es en realidad un personaje especial?
No, especial no, pero tiene un espíritu especial que le hace diferente. nunca retrocede, siempre mantiene sus constantes vitales, su espíritu de lucha. Luego está la suerte, la habilidad y el saber aprovechar las oportunidades que se le plantean.
A Menorca muchos la ven, o vemos, sumida en una confusión llena de incógnitas sin saber cómo reaccionar o qué camino tomar, ¿es así?
Hace tiempo que perdió el rumbo. Hace años que no sabe cómo reaccionar ni hacía dónde partir, y ello hace que ahora, en plena crisis, afloren todos los males que no supo evitar. Menorca perdió el tren y es poco frecuente que se nos presente una nueva oportunidad. Además no tenemos claro cuál es el modelo de isla que queremos y esto complica todavía más la toma de decisiones.
¿Tienes en mente alguna solución o consejo?
Si lo tuviera lo aplicaría y con suma rapidez a mí mismo y a mi entorno. Lo que sí considero es que deberíamos ponernos de acuerdo e ir con las ideas claras hacia una acertada transformación de la isla.
Volver a los orígenes, regresar a las fuentes tradicionales, al campo por ejemplo, ¿sería una buena solución?
Todo lo que sea sumar es positivo. El campo necesita, como otros sectores, revitalizarse porque no puede ni debe seguir en el estado en que se halla, sugerencia que es válida para los otros sectores productivos menorquines.
¿Consideras que nuestra imagen turística es la más adecuada?
Posiblemente sí, pero habría que mejorarla, no caer en la autocomplacencia, además hay lo que hay, pero deberíamos potenciarla y dotarla de unas mejoras totalmente asumibles.
¿Te refieres a la oferta complementaria?
Sí, ampliarla al igual que mejorar la calidad en los servicios.
Con dos hijos a tus espaldas, las tuyas y las de tu mujer, ¿te preocupa el futuro?
No especialmente. El futuro les llegará con sus connotaciones propias pero dependerá de ellos el hacerle frente y ganar el envite, la vida, la de todos, depende no solo de las circunstancias que nos rodean sino también de la actitud personal, y confío en que mis sabrán estar al quite.
Y el paro, ¿qué sientes ante esta realidad extremadamente preocupante?
Que es un drama, la peor de las tragedias porque hay muchas personas que lo pasan realmente mal, muy mal. A veces pienso que los Sindicatos habrían de preocuparse más de este problema e intentar solucionar parte del este drama. Particularmente apostaría por un compromiso formal de todos para conseguir minimizar esta situación.
¿Vislumbras en lontananza un regreso a la normalidad?
Es difícil porque hemos entrado dentro de una espiral que nos lleva a un estado de ánimo poco constructivo, todos hablamos de la crisis y esto nos perjudica. Conozco empresas en las que está prohibido hablar de crisis porque con ello no solucionamos el problema, al contrario, nos perjudicamos porque a la vida hay que afrontarla con optimismo, no con una innecesario carga negativa.
¿Tienes alguna afición en especial?
El cine, siempre me ha gustado. Leo, no mucho y especialmente biografías o algún que otro libro que particularmente me interesa. Luego y entre mis preferencias está el viajar y la gastronomía.
¡Viajar! ¿No estás harto de viajes?
Mis continuos viajes son de trabajo y a mí lo que me satisface es viajar por placer, por conocer nuevos pueblos, nuevas ciudades y su gastronomía.
Y a la vida, ¿qué le pides?
Que sigue fluyendo como hasta ahora y que el futuro sea mejor para todos y aquí sí, aquí incluyo a mis hijos.
Futuro del que todos somos responsable, por ello debemos afianzar el presente y de ahí… apostar por el optimismo.