El Ayuntamiento de Maó ha iniciado los trámites para que el Palau Ca n'Oliver sea un Bien de Interés Cultural (BIC) en la categoría de monumento.
La pasada semana el Consistorio remitió al Consell, que es el órgano competente para ello, la propuesta junto a una extensa memoria para que el Ejecutivo insular inicie el proceso para su declaración.
Aunque este procedimiento podría alargarse un año aproximadamente, sólo la incoación del expediente por parte del organismo insular ya da la máxima protección al edificio. Así lo anunciaba ayer el concejal de Educación y Coordinación Institucional, Simón Gornés, quien calcula que el pleno del Consell podría aprobar la incoación del expediente en sólo unos meses.
No obstante, y con el fin de no perjudicar el avance de las obras que se están desarrollando en el edificio, el Ayuntamiento solicita que los elementos arquitectónicos y pictóricos objeto de la declaración sean las fachadas de las calles Infanta y Anuncivay, la escalera principal, las salas de la primera planta del edificio original y el conjunto de pinturas.
La catalogación de este edificio como BIC responde a dos objetivos. Por un lado, otorgar a la infraestructura la máxima protección para alzarla como uno de los atractivos más importantes de la ciudad, puesto que "su relevancia histórica, su importancia arquitectónica y su buena conservación lo hacen merecedor de esta declaración", remarca Gornés.
Por otro lado, aprovechar las facilidades que ofrecen los organismos públicos a los edificios BIC a la hora de otorgarles una ayuda económica. Simón Gornés, apuntaba ayer a la partida del 1 por ciento cultural como vía posible de financiación para el Palau Oliver.
Este porcentaje debe destinarse a trabajos de conservación del patrimonio cuando se contratan obras públicas. Con ello, la archivera municipal, Maria Ángeles Hernández, recuerda que la restauración pictórica de los techos no está incluida en la rehabilitación del edificio que asume el Ministerio de Fomento. Y la intención es poder acogerse a alguna subvención que ayude a restaurar estas decoraciones que son "la parte más importante del edificio", según matiza Gornés.
Gornés resalta que, excluyendo las fortalezas, murallas y monumentos arqueológicos, no abundan en Maó los edificios arquitectónicos objeto de esta declaración. Villa Luisa y el Pont de Sant Roc son algunos ejemplos de ello.
Las obras, a la mitad del proyecto
El proyecto de rehabilitación del Palau Ca n'Oliver se encuentra a la mitad de su ejecución. El calendario marcado indica como fecha de finalización de las obras en septiembre del próximo año.
En estos momentos el Ayuntamiento está valorando como afrontar la restauración de las pinturas. Además, se está elaborando un informe que determine el estado de las vigas que sustentan cada una de las plantas del edificio, teniendo en cuenta que algunas están afectadas por la humedad.
No obstante, Gornés indica que en un principio "parece que no hay novedades que alteren el programa de trabajo marcado". El edificio fue construido a principios del siglo XIX por el comerciante Llorenç Oliver i Morillo y ocupa un solar de 500 metros cuadrados.
Las estancias principales están decoradas con pinturas de Giuseppe Patania y Stefano Cotardi. Las pinturas representan alegorías y escenas de la mitología.