La nuestra ha sido una generación para la que las condiciones de vida fueron muy duras, pero nos cabe la satisfacción de haber vivido un cambio tan dinámico que no pudimos asimilar cualquier "artilugio novedoso" porque de inmediato aparecía otro, más sofisticado y práctico que el anterior. Fue un cambio que nos llevó a la modernidad, y a la comodidad, aunque también es cierto que con ello perdimos determinados valores que hoy deberíamos recuperar para afrontar, desde otra perspectiva menos materialista, un futuro más coherente y más humano.
De aquel tiempo ya lejano en que la confrontación de ideas y conceptos enfrentó a los unos y a los otros, ¿qué recuerdas?
Mis primeros recuerdos me llevan a una cueva de Dalt Sant Joan, donde nos refugiamos para huir de los bombardeos y donde pasamos la guerra; luego, al finalizar la contienda civil regresamos a casa, a la de siempre, a la de la esquina de S'Arraval.
Y a iniciar la "escalada".
Pues sí, porque fueron unos años muy duros; faltaban muchas cosas, pero fuimos recomponiendo la familia y los amigos e hicimos camino.
"Ca'n Julio" data del año…
1891; la fundó mi abuelo, lo que desconozco es si la casa la hicieron ellos o ya había sido construida con anterioridad; lo cierto es que mi abuelo, que procedía de la colonia inglesa de San Roque, abrió el taller que luego heredó mi padre y yo de éste; lo que indica que soy la tercera generación.
De tu abuelo, según me dices, tienes poquísima información, pero…
Sé, según me dijeron, que era una gran persona y que era muy aficionado a las tareas del campo; bastantes años después tuve la oportunidad de comprar un huerto y lo hice porque había sido de su propiedad, fue como recuperar parte de lo que nunca llegué a conocer.
¿En qué colegios cubriste tu etapa de formación?
El primero de ellos fue el "Primo de Rivera", la hoy "Graduada", luego el Covadonga, en la calle Virgen de Gracia, Ca'n Deleuse y finalmente en la Maestría Industrial, en la etapa en la que el señor Ferrer era el director y donde obtuve el título de Maestro Industrial.
Y a casa…
Sí, al taller familiar, en una época muy diferente a la actual; en aquellos años era un trabajo muy artesanal, todo o casi todos debías hacerlo tú mismo, a mano, ahora no, ahora el mercado te abastece toda clase de accesorios, todo prefabricado.
Antes era el hombre hoy la máquina, aunque el hombre sigue aportando el "cerebro".
Efectivamente, el hombre sigue siendo el factor esencial; te contaré una anécdota para confirmar este extremo. En cierta ocasión tuve que fabricar un casco de centurión, el presidente de la cofradía de San Cornelio era Ramón Petrus y una vez lo tuve en mis manos me sentí orgulloso porque era perfecto; les gustó tanto que me invitaron a cenar; cena a la que incluso asistió don Jaime Cots.
Tu profesión es una de las que siempre tiene trabajo.
Sí, aunque depende de las circunstancias económicas de cada época; en los años sesenta trabajábamos a destajo, había pocos fontaneros y el trabajo era mucho; mi plantilla, en lo que a oficiales se refiere, llegó a ser muy considerable, porque la demanda exigía estar al día y trabajar al máximo.
¿Has tenido a muchos aprendices?
Bastantes, sobre catorce o quince.
Ahora los tiempos son otros. ¿La crisis está presente?
Claro, es innegable que la situación actual es preocupante, lo que ocurre es que mi "plantilla", lo diré así, es mínima y que conservo bastantes clientes de la etapa de bonanza.
En el campo laboral, en tu especialidad sigues siendo una referencia, pero también destacaste en el mundo del fútbol. ¿Dónde empezaste a jugar?
En la calle y en "s'Esplanada" que tú recordarás tan bien como yo; en aquellos años podíamos jugar en la calle porque la circulación era mínima, los inconvenientes que teníamos se reducían a alguna rotura de un cristal de una ventana, que "es satxos" te quitasen la pelota, o que ésta se fuera cuesta abajo. S'Arraval tiene un buen desnivel y había que correr mucho para recuperarla
Pelota que la mayoría de veces era de trapo.
Casi siempre; tener una de goma era todo un lujo, como jugar con un balón reglamentario.
¿A qué edad comenzaste a jugar de una forma más formal?
A los diez años y lo hice en un equipo excepcional, el "San Antonio", del que era su "factotum" Miquel Valera, que vivía en "es forn de davant Sant Antoni"; quedamos campeones del torneo que se organizó en Es Freginal, la obra emblemática del recordado Padre Petrus; de los otros equipos solo recuerdo al "Santa Eulalia" y al "Covadonga", pero había otros.
Tiempos aquellos para la nostalgia.
Y para el recuerdo; pero pese a la escasez reinante y a un sinfín de restricciones, nos divertíamos porque hacíamos aquello que nos gustaba y en libertad más o menos controlada, pero sin ser excesivamente agobiante.
Y éramos muy jóvenes.
Sí, con todo un futuro por delante que se nos abría "gratuitamente".
Seguiste en liza, y ¿en qué equipo recalaste?
En el Menorca; Miquel Valera y Jaime "des Grau" "trasplantaron" a todo el equipo al CD Menorca que carecía de equipo juvenil y allí estuve durante varias temporadas.
Hasta que vestiste la camiseta de la Unión.
Así sucedió y de una forma muy peculiar; estaba en la terraza de la caseta de la pista de patines del Estadio Mahonés presenciando un partido de fútbol con un familiar mío, Santiago Uhler, cuando Miquel Valera me propuso fichar por los de San Carlos y, fiché por 25 pesetas; todo un record, pero lo cierto es que aunque me encontraba muy cómodo y bien atendido en el club azulgrana, toda mi familia era unionista y, en aquellos años esta afinidad tenía una gran importancia.
¿Recuerdas a Juanito Bagur?
¡Claro que sí! Fue uno de los mejores entrenadores que tuve; era especial, incluso te enseñaba la forma de poner el pie para que el balón tomara la dirección adecuada, o para chutar, era un "mestre" y una gran persona.
Ya en las filas unionistas abriste un paréntesis, y fichaste por el Alaior. ¿Qué sucedió?
Lo que sucede muchas veces, que no jugaba con la asiduidad deseada y a los 19 años no quise seguir en el banquillo; existieron unas conversaciones entre dos altos directivos de cada club y al final fiché por los albinegros, equipo en el que jugué durante dos temporadas.
Con regreso final a la Unión.
Sí, en la temporada 57/58, Valero, el entrenador unionista, quiso repescarme y acepté regresar al club en el que jugué hasta mi retirada.
De aquellos años, de los primeros, ¿a qué compañeros recuerdas?
De mi primera etapa a Viñas, Matías, Nito Monjo, luego y ya en la Unión, a Andrés, Pons Gomila, Mascaró, Conde, Aparicio Morlá, Lucena, Samaniego, Quicus Cardona, Roselló, Damiá Llull y a Carlos Mir.
Buena gente y excelentes jugadores. ¿Y de tu etapa "profesional"?
En el Alayor jugué con muy buenos jugadores, Gas, Pons Quintana, Camps, Caules, Nito Camps, Helios y Pons Galmés (Flecha) entre otros; y del equipo de "casa", la Unión, te citaré a algunos de ellos, Iriarte, Guillamón, Bagur (Rompe), Abril, Chicha, Marcial, Lucas y en mi etapa final, Ramón, Capella, Acisclo, Lacuela, Wamba, Toni Mai (Petrus) y un largo etcétera.
¿Y a qué entrenadores recuerdas?
Ya te he hablado de Juanito Bagur, el hermano de Germán; también te citaré a Planas, que en la temporada 51/52, en la que entrenaba al primer equipo, en Tercera División, dos días por semana se levantaba a las cinco de la mañana para entrenar a los juveniles, su voluntad e ilusión siempre me impresionaron. También recuerdo a Barroso, a Valero, a Valle, a Montserrat, del que fui compañero y luego le tuve de "jefe", y a algunos más que en estos momentos no recuerdo.
Toda esta larga etapa la cubriste con fichajes "millonarios". ¿Es así?
Tu sabes que no; en aquellos años cobrábamos poco; cuando alcancé las 250 pesetas por temporada me di por satisfecho, como muchos de mis compañeros; la novedad se produjo en los años sesenta; mi trabajo se centró en Cala en Porter y el desplazarme me resultaba complicado por lo que propuse no cobrar nada y que el club me comprara una moto; aceptaron y me dirigí a Ca'n Roselló y allí, de común acuerdo, me quedé con una Vespa.
¿Tuviste alguna oferta para dejar la Isla?
En dos ocasiones estuve a punto de fichar por un equipo foráneo pero lo deseché; mi cabeza me dijo que lo importante era mi trabajo profesional y no el fútbol ya que su final es a "fecha fija".
¿Te sigue gustando?
Sí, pero no lo sigo con mucha intensidad; a mí me gusta el fútbol directo, ir a por el gol, con menos toque, por ello disfruto más del fútbol inglés.
Veo que eres del Athletic.
Sí, el fútbol vasco suele ser más directo, aunque también practican el fútbol de toque.
¿Practicas algún deporte?
Con mis nietos juego al fútbol y cada día, a las 5,30 horas me levanto para ir a caminar, me pateo mis buenos kilómetros para de esta manera conservarme relativamente en forma.
¿No eras "pescador"?
Lo era, en S'Algar hacía mis buenas "pescades", pero lo dejé porque no era muy adecuado para mi edad.
¿Te gusta la música o el leer?
Leer no, soy poco dado a la lectura, la música me atrae, escuchar a Joan Pons o a Plácido Domingo me encanta pero al contrario de toda mi familia, que todos cantan estupendamente, yo soy una calamidad, desentono por completo; lo que sí me gusta es viajar, mi mujer y yo hemos visitado Alemania, Italia, Austria …
¿Ves mucha tele?
No, solo aquellos programas que me interesan y poco más.
¿Te interesa la política?
La sigo solo para estar informado, pero no me seduce; en la etapa de la Transición tenía una cierta simpatía por Adolfo Suárez, pero actualmente me declaro poco interesado en este tema, que considero importantísimo.
Creo recordar que te casaste bastante joven. ¿A qué edad lo hiciste?
A los 25 años, y la curiosidad está en que mi mujer me "aventaja" por diez meses.
La crisis, ¿ha afectado a tú negocio?
Recordarás que en los años de bonanza abrimos una segunda tienda, en la que estamos, y seguimos en ella pero la facturación ha bajado, no es como antes, sin embargo creo que también superaremos esta crisis como superamos las anteriores.
A veces digo que nosotros, nuestra generación fue subiendo peldaño tras peldaño y que la actual, si no se produce un cambio a mejor, tendrá que acostumbrarse a "rebajar sus exigencias". ¿Te preocupa esta situación?
Mucho; la juventud actual, si todo sigue igual, tendrá un futuro muy duro y lo peor es que, a corto plazo, no veo una solución.
¿Fallamos en algo?
Seguramente en muchas cosas pero sobre todo en que no acertamos a prepararles como debíamos hacerlo; nos escudamos diciendo que ellos se merecían vivir una juventud mejor de la que vivimos nosotros y les "abrumamos" con nuestros cuidados, olvidándonos de inculcarles el valor del esfuerzo y del trabajo bien hecho.
En parte somos culpables, pero ¿no crees que sabrán reaccionar?
Espero que sí, sobre todo si aprenden a valorar, en su justa medida, cada cosa, y se olvidan del tener mucho, ya que con poco basta, si sabes administrarlo correctamente.
¿Qué preguntas te haces con cierta frecuencia?
Todas sobre el futuro. ¿Qué pasará? Por ello me preocupan los recortes en la sanidad y en la educación, pero y a pesar de ello, sigo confiando en que encontraremos el camino que nos devuelva a la "tranquilidad".
Y de cara a la Eurocopa, vuelvo al fútbol, ¿eres optimista?
Pues sí, lo soy porque tengo una gran confianza en el entrenador Vicente del Bosque; Toni Petrus, que lo tuvo de profesor en el curso de entrenador nacional, siempre me habló muy bien de él, decía que era una persona extraordinaria y por lo visto es así, lo cual le ha permitido confeccionar un equipo con muy buenos mimbres pero sin "gallitos".
Y a la vida, con cuatro nietos que me imagino serán de los más revoltosos, ¿qué le pides?
Salud. ¿Qué más le puedo pedir?
Cierto, solo salud para seguir a pie de obra, con el mismo espíritu de siempre.