"Son tiempos complicados y, aunque el derecho a la huelga es reconocido y legal, creo que no es el mejor momento, tememos la repercusión social y económica, pero también el daño que puede causar, de cara al futuro, a la imagen de Menorca". Con estas palabras expresó ayer Salomé Cabrera, consellera insular de Turismo, la preocupación del gobierno del Consell ante la huelga de 24 horas convocada por los sindicatos UGT y Comisiones Obreras (CCOO) para el próximo 20 de julio. Cabrera confió en que ambas partes realicen un ejercicio de responsabilidad y "retomen las negociaciones".
También la Asociación Hotelera de Menorca (ASHOME) consideró inoportuna y "desmesurada" la medida de presión sindical, en plena temporada turística, y aseguró que las movilizaciones "dañarán la imagen de Menorca en el exterior y provocarán pérdidas económicas por la cancelación de reservas en las ventas de última hora, que serán irrecuperables".
La patronal hotelera menorquina se sumó, en un comunicado, a la llamada a "la responsabilidad" de los sindicatos realizada por la plataforma empresarial que negocia con UGT y CCOO el convenio de hostelería de Balears, por el que se rigen las condiciones laborales de unos 112.000 trabajadores del archipiélago.
Las conversaciones se bloquearon este jueves, cuando los representantes de los sindicatos se levantaron de la mesa de negociación y dieron por roto el proceso.
Retroceso
El secretario general de Hostelería de UGT, Antonio Copete, señaló ayer que el objetivo de la huelga el día 20 de julio y del calendario de movilizaciones "es conseguir firmar el convenio".
Copete afirmó que los empresarios "están muy crecidos con toda la normativa laboral que le beneficio y va en contra de los trabajadores" e indicó que, además, "pretenden quitarnos en la mesa de negociación lo conseguido durante los últimos 30 años". Este hecho conduce, según el dirigente ugetista, a "un escenario de pelea y de lucha", a la par que incidió en que el calendario de movilizaciones fijado "es el primero, pero no el definitivo".
Por ello, y en contra de las críticas de los empresarios, que consideran el llamamiento a la huelga una irresponsabilidad, Copete hizo hincapié en que los sindicatos han realizado "un ejercicio de responsabilidad" y tachó de "irresponsables totales" a los empresarios por llevarles a una situación "de este tipo".
En el mismo sentido se expresó la secretaria general de Hostelería de CCOO, Ángeles Sánchez, quien indicó que "no hay ningún tipo de avance por parte de que ellos retrotraigan sus reivindicaciones, y los trabajadores no vamos a consentir poner fin a 30 años de logros y lucha de un convenio colectivo que es el referente en el motor económico de Balears y de muchos convenios", indicó.
Sánchez añadió que la patronal de hostelería sabe que en el sector turístico es "donde de verdad ha habido beneficios y que es el que puede sacar adelante este atolladero en el que estamos metidos". Por ello insistió en que los trabajadores se merecen ese convenio y en que "lo vamos a conseguir o vamos a luchar".
Las posturas entre sindicatos y patronal están alejadas. Uno de los puntos de fricción es la petición de los empresarios de que los empleados fijos-discontinuos puedan trabajar según las necesidades de la producción, interrumpiendo ésta a los largo del periodo de entre 6 y 8 meses en los que están dados de alta. Algo que rechazan los sindicatos porque alegan que casi se tendría que tramitar la prestación por desempleo cada semana. Además, la patronal quiere congelar los sueldos en el sector durante los próximos años, algo que los sindicatos rechazan porque consideran que la hostelería da beneficios.
Por su parte, los restauradores confiaron ayer en alcanzar un acuerdo que evite la huelga, una "medida precipitada" puesto que, aseguran, todavía no se habían "agotado las negociaciones". También consideran que tendrá un "escaso seguimiento" en los restaurantes y cafeterías.