La sequía comienza a hacer estragos en el campo de Menorca y los payeses ya califican la situación de "preocupante". Desde el 1 de enero ha llovido en la Isla un 34 por ciento menos de lo que es habitual (-89,9 litros por metro cuadrado), según datos del centro territorial de la Agencia Estatal de Meteorología en Balears. La tierra apenas se ha mojado desde hace varios meses. La primavera fue extremadamente seca y este verano, aún más seco, nada ayuda. Algunas explotaciones ya han agotado sus reservas de forraje y otras están cerca de hacerlo
Hay payeses que comienzan a pagar los cereales y el forraje "a precios de oro" según denuncia el secretario general de FAGME, Pau Bosch. Y es que el campo menorquín ya acumula demasiados meses de sequía y en algunas fincas apenas queda nada con que alimentar al ganado.
Un mal año
El otoño pasado, la lluvia se retrasó en exceso. La siembra temprana apenas dio resultado por falta de agua. Muchos payeses tuvieron que resembrar los campos, con el coste añadido que esto supuso. Mientras tanto, el sector se vio obligado además a echar mano de las reservas de forraje de años anteriores para poder alimentar las vacas y complementar la dieta con piensos "cada vez más caros" a fin de mantener unos niveles de producción y calidad láctea aceptables. A ello hubo que sumar un invierno extremadamente frío y seco. "Esperábamos que la primavera ayudara a compensar la situación del campo pero no fue así", lamenta Bosch.
La consecuencia de todo ello fueron cosechas escasas y, de nuevo ahora, debido a la falta de pastos, los payeses se están viendo obligados una vez más a recurrir antes de tiempo a los silos y forrajes para poder alimentar el ganado.
"Algunas vacas comenzarán a parir este mes de agosto y si no comen pastos de calidad en septiembre tendremos menos producción de leche. Pero si queremos compensar la alimentación con cereales o alfalfa deshidratada, los precios están por las nubes", añade el responsable de FAGME. Bosch advierte que los costes de producción disminuyen cuanto mejor es el pasto y este año los gastos se dispararán. "No sé cuanto aguantarán las reservas si no llueve cuando tiene que llover. El otoño puede ser largo y muy duro. Muchas fincas ya no tienen reservas de forraje y están comprándolo a precios desorbitados", reitera.