El pleno del Ayuntamiento de Ciutadella aprobó anoche la disolución del Consorci d'Aigües de Ciutadella, para pasar a formar parte del nuevo Consorci d'Aigües de les Illes Balears, una decisión que dejó en el aire varios interrogantes en cuanto al papel que tendrá el propio Consistorio dentro del nuevo organismo.
El Partido Popular y el Partido Socialista unieron ayer sus votos para que Ciutadella pase a formar parte del nuevo ente creado por el Govern balear. Un hecho ante el cual tanto PSM como UPCM expusieron serias dudas sobre los beneficios que pueda reportar para la ciudad.
Desde el equipo de gobierno, el concejal de Servicios Generales, Pedro Gener, justificó la entrada en el Consorcio autonómico basándose en el aval de los servicios municipales. Sin embargo, desde el PSOE, su portavoz, Pilar Carbonero, afirmó ser reticente, ya que desde su formación eran más partidarios de tener un consorcio a nivel insular para tener mayor peso en la toma de decisiones. No obstante, el PSOE votó a favor "por responsabilidad", porque "creemos que es muy importante que haya un acuerdo político a la hora de establecer las líneas de actuación" en una materia tan relevante como "un recurso básico como es el agua, tanto para las personas como para la actividad económica". Y es que la socialista afirmó estar "muy preocupada por las futuras tarifas del agua cuando se arranque la desaladora, y queremos el compromiso de que será igual que en el resto de pueblos de Balears que reciben agua desalada". Por eso, Carbonero afirmó que "Ciutadella puede perder más si no estamos dentro".
Estos argumentos no convencieron ni a PSM ni a UPCM. Desde esta última formación, Joan Triay señaló que "no hay que confundir responsabilidad con dar un cheque en blanco o jugar a la ruleta rusa", refiriéndose a la pérdida de peso político del municipio dentro de un ente en el cual hay municipios tan importantes como Palma o Calvià que tienen mayor representatividad. Así, Triay manifestó sus dudas sobre qué es mejor, si pertenecer al Consorcio o quedarse fuera. "Hay dos cuestiones básicas a tener en cuenta: la pérdida de peso y de capacidad de decisión en relación al anterior consorcio en el cual el Ayuntamiento tenía un 50 por ciento de representación, ya que ahora pasará a tener el 50 por ciento repartido entre todos los ayuntamientos, entre ellos Palma o Calvià que tienen mayor capacidad de decisión por tener más población y más votos (en el ente)".
Otra duda que le queda a UPCM es "sobre la cláusula que deniega la salida del Consorcio a un ayuntamiento si el resto de socios lo ven como perjudicial para la mayoría. En cualquier momento podrán decir que les perjudicamos si queremos salir".
A pesar de todo esto, de que "este Govern no se merece la confianza de Ciutadella" y de que "Ciutadella será un invitado de piedra en las asambleas del consorcio", UPCM se abstuvo en la votación.
Por su parte, desde el PSM, Joana Gomila recordó que "los estatutos del Consorcio los ha elaborado el Govern de forma unilateral y después ha pedido la adhesión. Pensamos que lo mejor es mancomunar todo el agua de Menorca, pero el Govern lo quiere todo unido para poder ser él quien decide". En este sentido, Gomila expresó sus dudas ante la entrada en una entidad en la cual "cualquier ayuntamiento con mayor representatividad decidirá por Ciutadella", a pesar de lo cual añadió que "se hace difícil decidir si interesa o no estar en el Consorcio", por las dudas que planean sobre su funcionamiento y su practicidad a la hora de resolver las cuestiones que vayan surgiendo. De ahí su voto negativo.