ASHOME, conjuntamente con las federaciones hoteleras de Mallorca y de Eivissa y Formentera, ha presentado alegaciones al anteproyecto de Ley de Medidas Tributarias del Govern, la llamada reforma fiscal verde que gravará en 2013 los envases no retornables de bebidas, el consumo de agua, los vehículos de alquiler y las grandes superficies, con lo que prevé recaudar 70,5 millones de euros.
Las tres patronales turísticas tachan de errónea la política fiscal que aplican tanto el gobierno autonómico como el central (incremento el IVA) porque a su juicio castiga directamente al entramado turístico y pone de manifiesto que este sector no es una cuestión de Estado como reiteradamente se afirma. En sus alegaciones, tildan el nuevo impuesto sobre envases de bebidas de "discriminatorio, inconstitucional y arbitrario".
Sostienen que no es un tributo con fines ecológicos, como asegura el Ejecutivo de Bauzá, sino con mero afán recaudatorio (de aproximadamente 35.000 euros). En este sentido denuncian que discrimina al consumidor local frente a otras zonas del país. Aseveran además que se trata de un impuesto "arbitrario" porque otros productos no bebibles contenidos en envases como champús y aceites, igualmente contaminantes, no pagarán el impuesto. Advierten que este nuevo tributo castiga el consumo de productos de primera necesidad como el agua y la leche. Aseguran que cada botella de agua sufrirá un incremento de 10 céntimos, lo que supondrá más de 400 euros anuales por familia.
Las patronales también están en desacuerdo con el impuesto que gravará los vehículos de alquiler porque "arriesga la competitividad" de Balears como destino turístico. Asimismo, consideran ilógico que este impuesto verde grave a los vehículos de alquiler y no otros medios de transporte como los autobuses particulares o privados que contaminan igual o más.