A lo largo de mi vida he conocido a muchas personas que han hecho del trabajo su razón de ser; hombres y mujeres que ahora, en la hora del plenilunio, recuerdan con nostalgia y satisfacción cuando han ido haciendo; muchos de ellos incluso "robaron" tiempo a su aficiones, al descanso y a su propia familia, pero su inconformismo les llevó a construir, desde el trabajo, un futuro más esperanzador para los suyos y para sí mismos, sin olvidar la aportación positiva que ello significó para la sociedad.
Ellos o ellas no se militaron a cumplir un horario laboral, conexionaron trabajo y tiempo de una forma total hasta convertirlos en un todo, en una dedicación completa, su "obra", yo diría que creada desde la nada, fue progresando, convirtiéndose en una realidad que ha superado todo lo previsible; son atletas de otra galaxia, pero real y humana; personas que han abierto nuevos caminos con el tesón de los "iluminados" o de los inconformistas.
Sócrates Mantolán Casalí, a sus 80 años y con un aniversario en puertas -50 aniversario de la Gestoría Mantolán-, goza de un merecido descanso, pero lo hace con la viveza de sus años mozos y su sonrisa socarrona como divisa, dos "complementos" personales que nunca le abandonarán.
Recuerdo un rótulo colocado en la fachada del edificio número 13 de "Sa Costa d'Engà", que se me antojada descomunal. ¿Lo recuerdas tú también?
Claro que lo recuerdo, porque a los trece años comencé a trabajar en la Gestoría Administrativa de don Santiago Tutzó García de la Parra, en cuya fachada lucía el cartel de "PLUS ULTRA", incluso recuerdo el día de mi estreno, o debut en el mundo laboral, el 12 de agosto de 1946.
Gestoría pionera en Menorca.
Efectivamente; se estableció aquí poco después de la guerra y cuando yo entré ya no trabajaban en ella los doce empleados iniciales, entre los que había los señores Pérez Fa (procurador), Sansó y Sendán; en aquel momento éramos Toni Carruana, Felicitas, hija del señor Tutzó, y yo mismo, un equipo reducido pero "compacto".
¿Algún cliente especial o significativo?
El señor Cots, del que éramos sus administradores; con posterioridad a la Gestoría le alquiló el edificio de la Plaça de ses Palmeras, en donde trasladamos las oficinas.
¿Con conserje?
En esta nueva ubicación no, pero sí que lo teníamos en la primera, la de "Sa Costa d'Engà".
A los 18 años opositaste a una plaza de administrativo en el Ayuntamiento. ¿Qué sucedió?
Que se presentaron otros dos opositores que trabajaban como interinos en el propio ayuntamiento y superaron mi nota; nada del otro jueves y yo seguí trabajando en la gestoría.
La expansión de la Gestoría Tutzó te llevó a utilizar, con cierta regularidad "es correo", "den Cardona" y "dels Villafranca", entre Maó y Ciutadella. ¿Experiencia positiva?
Del todo, Jaime, el hijo mayor del señor Tutzó, amplió el ámbito de trabajo de la gestoría abriendo una sucursal en Ciutadella y yo los fines de semana me desplazaba para actualizar los seguros sociales; lo cual me obligaba a dormir y comer allí, "a cas Tutzós".
La "mili" te llevó a Biniancolla, pero…
No dejé de trabajar puesto que me llevaba "un munt de coses" para completar en la batería; luego, al finalizar esta etapa, asumí directamente la sección de seguros sociales; y fue en este momento cuando empezó a trabajar con nosotros Jaume Gómez; además la plantilla se amplió con un empleado más.
1962, un año significativo especialmente para ti, don Santiago Tutzó decide vender la gestoría a don Antonio Pons Sans. ¿Qué sucedió en aquel momento?
En todo este proceso hubo varios apuntes interesantes; el primero es que la venta se hizo a "fons perdut" (renta vitalicia), el segundo, muy significativo para mí, fue la propuesta que recibí del nuevo propietario que me ofreció un 50 por ciento de los beneficios a cambio de seguir trabajando con él; mi respuesta fue clara, rotunda, si la oferta es del 50 por ciento del negocio… "Hablémoslo -le dije- de lo contrario me independizaré".
Para independizarte y abrir una nueva gestoría necesitabas del título de gestor administrativo y tú, que yo recuerde, carecías de él, lo digo porque en aquellos años Mahón era una ciudad en que cualquier cuestión interesante saltaba a calle de inmediato, y yo "era todo oídos". ¿Cómo solucionaste este problema?
Acudí a diversos abogados de la ciudad como a Pancho Moysi y a Guillermo de Olives, les expuse mi proyecto y también les propuse que ellos pusieran el título y que yo llevaría la parte del funcionamiento diario de la gestoría. Pero las conversaciones llevadas a cabo no cuajaron y en vista de ello lo comenté con mi primo
Desiderio Mantolán Thomas, que trabajaba en el Banco Hispano Americano y que tenía el título de Bachiller. Tras superar los exámenes reglamentarios obtuvo el título de gestor, con lo que solucionamos el problema planteado.
Con todo despejado, vía libre hacia la "independencia".
Sí, pero hacia la independencia personal; el día 31 de marzo de 1963, mi primo y yo constituimos una sociedad civil, con un préstamo de 50.000 pesetas, el 40 por ciento a cargo de Desiderio y el 60 por ciento restante a mi nombre, con una aportación inicial mía de 4.000 pesetas en efectivo y una máquina de escribir.
La historia se escribe en "lletres menudes" olvidándonos de los sentimientos y de la ilusión, porque tu odisea es para enmarcar… Sin embargo y a pesar de carecer del título de gestor fuiste obteniendo diversas titulaciones colaterales. ¿Cierto?
Sí; debíamos ampliar nuestro radio de acción y en el año 66 añadimos la autoescuela a la sociedad, siempre con las mismas condiciones iniciales; posteriormente "Desi" y yo obtuvimos el título de profesor y director de autoescuela, luego, en mayo de 1975, me convertí en agente de seguros y un año después en API; como verás fui haciendo camino apuntalando la gestoría para darle mayor consistencia y prever los nuevos retos que iban apareciendo.
Conozco algunos detalles de aquella etapa pionera, como por ejemplo que hubo bastantes clientes que trasladaron sus "asuntos" a la Gestoría Mantolán, porque tenían plena confianza en tus servicios.
Efectivamente, sucedió tal como dices e incluso puedo dar algunos nombre. Bernat Pons, de Sant Climent, los Salom "Flausto", Transportes Salas Simó y un largo etcétera.
También recuerdo que estableciste una nueva forma de trabajar; no te encasillaste en la "poltrona", al contrario, saliste a "per feina", a "brumejar" y pesar a nuevos clientes.
A las 6.30 horas empezaba la jornada laboral y a las 11 de la mañana salía en busca de clientes, visitas a destajo tanto a organismos oficiales como a particulares; hacia todo lo necesario para que el negocio fuese adquiriendo pujanza; luego, por la tarde volvía a la oficina que abandonaba a las 8 de la tarde.
Aunque siempre nos quejamos la realidad de aquellos años era muy diferente a la actual, porque Menorca carecía de los organismos oficiales que tramitasen determinados permisos o licencias. ¿Cómo abordaste esta realidad?
Nuestro trabajo era muy variado, seguros sociales, traspasos, cupos de gasolina y petróleo, permisos de caza, de armas, libros de familia numerosa y otros que no siempre podíamos solucionar en la Isla a causa de las "mancances oficials" existentes. Por ello nos vimos obligados a contratar en Palma de Mallorca a un corresponsal, concretamente a don Ramón Lleonart.
Renovarse o morir…
Sí, los cambios se iban produciendo con gran rapidez y había que adelantarse a los acontecimientos si no querías quedar rezagado. Por ello abrimos un nuevo frente, la venta de registradores de la casa Gilet de Palma y seguidamente de la marca Gispert, lo cual nos llevó a montar la empresa Mobles d'Oficina Mantolán, con Toni Pons Salom, que luego se convertiría en anticuario, tomando su relevo, como socios Rafael Timoner, Joan Serra, el actual gerente y Toni Sintes; hoy, las cuatro "familias" seguimos siendo sus propietarios.
Aunque puede parecer que nos salimos del guión, intuyo que es esencial que hablemos de CATISA, dada tu buena amistad con el desaparecido Rafael Timoner.
¿Cuatro pinceladas?
De acuerdo; en aquellos años había muchos "bisuters de porxo" y cada uno de ellos fabricaba su propio muestrario, eran pequeños talleres que "feien país" y creaban puestos de trabajo. Jover y Carreras, una de las empresas punteras del sector en aquel momento, fabricaba "ballestilla" con una máquina diseñada para ello; pero uno de sus operarios, José Vinent Mesquida (Pepe es "locu") construyó una máquina muy parecida o similar a la de Jover y Carreras, y junto con Miquel Carretero montaron un taller; luego se les unió Rafael Timoner y crearon CATISA; con el tiempo Carretero y Timoner se hicieron, cada uno de ellos, con el 35 por ciento, del capital social; Rafael Roselló adquirió el 20 por ciento y el 10 por ciento restante quedó en manos del señor Gomila, Pepe Vinent había vendido su parte. CATISA se dedicó, principalmente, a la fabricación y venta de fornitura.
La relación de amistad existente entre ambos, me refiero a la tuya con Rafael Timoner se afianzó tras un periodo de trabajo en horas "intempestivas". ¿Cómo se produjo ésta colaboración?
Estando trabajando todavía con el señor Tutzó llevaba, fuera del horario laboral, la sección de "escandalls" de CATISA porque los precios "des llautó" y los salarios fluctuaban continuamente y había que afinar al máximo para evitar posibles pérdidas; durante tres años trabajé allí e incluso me ofrecieron el puesto de contable pero a mi me atraía mucho más el contacto con la gente y estar en diversas cosas, no en sola una en concreta.
CECOME. ¿Cuándo y con quien?
En agosto de 1972 constituimos, junto con Rafael Timoner y Toni Sintes, la primera oficina de CECOME, que instalamos en la calle Sant Crist, número 5 de Maó; luego ampliamos con la apertura de dos oficinas más, la de Ciutadella y la de Alaior y, posteriormente las del resto de la Isla.
Lo de querer estar en "mil batallas" se justa a la realidad, porque ha habido más, bastante más.
Sí, fincas, muebles, financiera y un amplio etcétera para no caer en el inmovilismo.
Y afianzas el futuro con tres hijos, para preservar el apellido,
Efectivamente; tres hijos, un varón y dos chicas; Xavi, el mayor, que aún conociendo el trabajo de la gestoría, ya que a los doce años comenzó a trabajar aquí realizando pequeñas tareas, prefirió estudiar arquitectura, y tras estudiar la carrera y un aprendizaje con Toni Camps Camps, en "C-3" y con Pedro Luis Mercadal y Joan Gomila, actualmente vuela por libre; Ester que ha estado más de veinte años trabajando a mi lado, con todas mis "bendiciones", y poseedora de todos los títulos habidos y por haber, es mi sucesora; en cuanto a Eva, prefirió ser peluquera que adentrarse en este mundo de los papeles y demás; como ves, unos hijos con apetencias diferentes pero que me han dado muchas satisfacciones.
También es destacable que a pesar de todo ello tuvieras tiempo para respirar y para dedicarte a practicar dos modalidades deportivas como son el basket y el fútbol.
No faltaría más porque el deporte me apasionaba; a fútbol jugué con el Menorca, pero vayamos por partes; en aquel momento había varios equipos de barriada, de edad juvenil, que competíamos en torneos locales; de entre ellos destacaban el Sant Antoni, el Juventus y el "Santa Eulalia. Yo jugaba en el primero de ellos que fue absorbido por el club azulgrana; en cuanto a baloncesto, porque lo de basket es posterior, lo hice primeramente en el Seislán, luego en la Unión y finalmente en el Titán, de la fábrica Codina y Villalonga; en aquellos años a los jóvenes nos gustaba hacer deporte.
Y a algunos practicar la gimnasia sueca.
Cierto; éramos un grupo que casi cada mañana, en el campo de San Carlos, y a primera hora, nos reuníamos para hacer gimnasia sueca, siguiendo las directrices del libro de J. P. Muller, un profesor de gimnasia muy acreditado, y de ahí pasé al basket porque para evitar caer en la monotonía construimos una canasta que cimentó mi afición.
Esta entrevista pretende ser un esbozo de una vida en la que el trabajo ha sido su razón de ser, pero en toda ella hay un hombre responsable y tenaz comprometido con el día a día de un país que iba evolucionando, creciendo… Nosotros, nuestras generaciones, lo tuvimos "crudo", pero salimos a flote. ¿Cómo ves el futuro de las jóvenes generaciones actuales?
Complicado porque ha desaparecido gran parte del tejido industrial del país; aquí, en Menorca y en el área del calzado, además de las muchas fábricas existentes -en Ciutadella había 180- con su personal fijo, daban trabajo a muchos "sabaters de banqueta" que en su propia casa montaban artesanalmente los pares de zapatos; CATISA, otro ejemplo, cada semana se "repartían" entre 100 o 125 sobres por los trabajos de bisutería que se realizaban fuera de la fábrica… Todo era diferente, era una economía menor que completaba las ganancias de la familia y que permitía algunas alegrías; luego llegó el cambio a mejor que por múltiples razones no supimos conservar, y ahora habrá que empezar de menos cero, pero con otros planteamientos y otra mentalidad.
Aunque el objetivismo y el realismo son dos virtudes que te rodean, precisamente por ello, ¿considera que, aquí y ahora, cabe el optimismo?
Lo que me preocupa es que el optimismo se haya perdido y aunque soplen vientos huracanados es necesario apostar por el optimismo; hoy, cuando el margen de maniobra se está reduciendo considerablemente, yo apelaría al esfuerzo colectivo, esfuerzo éste que nace del optimismo.
Los españoles están hasta las narices de la clase política, la supuestamente corrupta que ha hecho dejación de los principios morales y éticos que deberían salvaguardar en el servicio de la cosa pública. ¿Existe alguna alternativa para erradicar a dichos políticos?
Si no existiera debería "inventarse"; la honradez debe ser patrimonio de todos, especialmente de quienes son los responsables del "dinero de todos".
¿Cuál es el porvenir de Menorca?
Intentar que todos los sectores productivos "rindan" a un mayor nivel de lo que están haciendo en estos momentos; que el turismo consiga afianzarse y dar mayor estabilidad global a la Isla, pero para ellos es indispensable solucionar el problema del transporte aéreo, tanto en lo que hace referencia a los horarios como en el precio.
¿Habremos de acostumbrarnos a que nuestros hijos y nietos se establezcan en "latitudes ajenas"?
Tenlo por seguro, por ello es imprescindible que adquieran una amplia formación, y que aprendan a ser positivamente competentes y capaces de "sobrevivir" en condiciones adversas.
¿Qué consejo darías a la juventud?
Que solo confíen en sus propias fuerzas porque nada se da gratuitamente; que aprendan a esforzarse y a perseverar en el valor del trabajo colectivo.
¿Salir o quemar las naves?
Quemar las naves nunca; salir, ir en busca de trabajo porque siempre surge alguna oportunidad que hay que saber "cazar al vuelo".
Escola Pública primero y luego …
Primeramente a "s'Escola des carrer de Sant Joan"; pero también fui, de oyente, a clases de contabilidad que impartía en el Colegio Fontirroig, uno de mis profesores, don Pedro Vidal; con el señor Ortiz, contable del Hotel Port Mahón, hice otro curso de contabilidad y con "Deleuze" (Jorge Sans Seguí) primero y con el señor Gomila Beleta después fui a clases de repaso.
Hobbys, ¿los tienes?
Pocos, algo de gimnasia, trabajos a "s'hort", y completar las tres colecciones filatélicas, una para cada uno de mis hijos, que hace algunos años inicié.
¿Juegas a "mèrvels"?
No, pero me gustaría hacerlo, como me imagino que a ti también te gustaría.
Tres nietos es la mejor "recompensa", a la hora del descanso, pero ¿qué le pides a la vida?
Salud y un cambio a mejor para todos.
Ejemplo de un luchador nato que supo crear un imperio, armonizando familia, trabajo, amistad.