Dos empresas diferentes quieren saber si el fondo marino comprendido entre la costa catalana, el Golfo de León y Menorca esconde recursos energéticos tales como petróleo o gas. Con este objetivo, Capricorn Spain Limited y Seabird Exploration están tramitando ante el Gobierno central los permisos para realizar prospecciones sísmicas en esta zona. Según las primeras estimaciones, el punto más próximo a Menorca de estas prospecciones se situará a unas 18 millas al noreste de la Isla, distancia escasa para pescadores y ecologistas.
El presidente de la Cofradía de Pescadores de Maó, Josep Quintana, asegura que "estas cosas nos afectan, sin duda", si bien añade que a día de hoy, la información sobre el tema es escasa. De todos modos, y en base a las primeras estimaciones, Quintana explica que la zona en la que se pretenden realizar las prospecciones se encuentra relativamente cerca de un caladero de gambas concurrido por los pescadores menorquines.
Por su parte, el GOB se ha sumado a la petición realizada por diversas entidades catalanas (básicamente vinculadas con la Costa Brava, la zona más próxima a las hipotéticas prospecciones) para paralizar esta iniciativa. Miquel Camps, coordinador de Ordenación del Territorio de la entidad menorquina, explica que "estamos recogiendo información sobre estas prospecciones, y nos preocupa lo que conocemos. Vista la zona donde se quiere intervenir y conociendo como sopla el viento en esta zona, está claro que cualquier vertido, ya sea durante las catas o si algún día hay alguna explotación petrolífera, llegará a Menorca".
De hecho, la Plataforma Aturem les Prospeccions ha presentado ya alegaciones a los proyectos de las dos empresas interesadas en explorar el fondo marino. Advierten que las actividades sísmicas perjudicarán las especies y el propio fondo marino. En declaraciones al "Diari Ara", el portavoz de la plataforma, Enric Cortiñas, explicaba que "en la zona de Francia donde se han hecho prospecciones ha disminuido un 50 por ciento la captura de pescado, y en Tarragona, donde hay una pequeña explotación petrolífera, se han producido ya 18 vertidos al mar".
Por su parte, la entidad ecologista Oceana también ha alertado sobre los riesgos de esta prospecciones. Su presidente, Xavier Pastor, avisa de que "lo que muchos no saben y de lo que se habla poco es de los enormes daños causados por los tests sísmicos, antes incluso de que hayan empezado las perforaciones. La pesca disminuirá en la zona por el desplazamiento de los stocks y los daños producidos a huevos y larvas. Especies protegidas serán expulsadas de sus lugares de cría y alimentación".
En este sentido, el presidente de Oceana -entidad que también se ha mostrado contraria al vertido de los lodos del puerto de Maó en el mar- concluye que "es absurdo que se hayan aprobado permisos sísmicos en un área con una biodiversidad tan rica y tan cercana a lugares turísticos".
En total, la zona afectada por las prospecciones de las dos empresas interesadas en analizar el fondo marino abarcaría casi cuatro millones de hectáreas, o lo que es lo mismo, cuatro millones de campos de fútbol, o casi 60 veces la superficie de Menorca.