El pasado 15 de noviembre el misionero menorquín Manolo Bonet Fuster cerró un amplio e intenso capítulo de su vida. Manolo Bonet abandonaba entonces su casa, su proyecto, sus logros y su vida para iniciar una nueva etapa, esta vez en España. "Es ley de vida", asegura y agrega que "los lazos y el trabajo, esta vez desde la retaguardia, se mantendrán". Y es que habla semanalmente con Ghana para mantener el contacto con el lugar donde "los niños van vestidos con el sol".
El misionero menorquín está jubilado y aunque entre sus sueños aparece el de retirarse, tener una "tèquina" e ir a pescar, según confiesa Bonet, también sigue latente su misión solidaria, humanitaria y misionera que lleva tatuada en la sangre. Aún palpita con fuerza desplazarse hasta Roquetas de Mar, en Almería, para trabajar allí con los ghaneses.
Con la mirada fija hacia ningún lugar pero convencido de la decisión tomada, Bonet será destinado a una casa de acogida del orden de los Padres Blancos o Misioneros del África, como también se les conoce, donde acompañará y ayudará a compañeros retirados, mayores y enfermos. Curiosamente, Bonet residirá en la calle Menorca. "Me voy de Menorca para ir a Menorca", bromea y señala que "así estaré más cerca de la Isla".
Este abandono de los trabajos de campo desarrollados en la zona africana por Manolo Bonet es uno de los principales motivos que llevaron a la asociación Amics de Binde a disolverse. Además, tal y como señalan, las infraestructuras del hospital se han dado por terminadas por parte de la asociación y asumidas recientemente por el Ministerio de la Salud de Ghana. El tercer motivo se debe a que la ONG ghanesa que lleva el nombre de Rural Medicare Programme pasa a asumir las funciones que desarrollaba la asociación Amics de Binde. Bonet asegura que inicialmente se planteó la opción de crear una fundación pero "es hermoso que sean los propios ghaneses los que puedan decidir qué proyectos necesitan y deben desarrollar".
La entidad destinará el líquido sobrante a fines benéficos. En concreto, a falta de conocer la cantidad final, estiman repartir unos 15.000 euros a partes iguales entre Caritas, el Fons Menorquí de Cooperació y la ONG ghanesa que asume sus funciones. "Ha sido una mini pero muy heavy ONG", asegura Bonet. Destaca principalmente el capital humano de 300 voluntarios que han partido hacia Binde a "dar el callo".
Bonet recuerda con especial cariño los proyectos que se han desarrollado en la zona, como la emisora de radio, el tractor y la escuela del pueblo, entre otros. La iniciativa estrella ha sido el hospital rural que se ha visto inmerso en una batalla legal. Los jueces decidieron finalmente que la titularidad del mismo sería del Ministerio de Salud de Ghana y no de la Iglesia aunque según Bonet, hay un 99,9 por ciento de que ésta vuelva a asumir el hospital. También señaló que está buscando un médico, tanto en Menorca como en Bélgica. Además, señala que hay una especialista de Alemania que está desarrollando un año de prácticas en la zona y que tras este período iría a trabajar en Binde. Será entonces cuando Manolo regrese a África para introducirla a las autoridades.