¿Qué le diría a un pesimista como yo, que piensa que vivimos excesivamente intervenidos en un mundo en caos?
Le diría que no se catalogue a si mismo como pesimista. Hay personas que nacen con una tendencia mayor a ver el lado sombrío de la vida, eso es un desafío. Pero la neurociencia ha demostrado que la forma de mirar la vida puede ser mejorada, si uno esta dispuesto a hacer el esfuerzo. En cuanto al caos, hay dos lecturas. En primer lugar está dándose un cambio que es estructural, con las nuevas tecnologías y la globalización, pero podemos adaptarnos a ese cambio.
Los seres humanos somos hijos del frío y del hambre, pero somos una de las especies que ha sobrevivido porque estamos constantemente adaptándonos a la incertidumbre y el cambio.
Lo segundo es que tenemos que ser cautos con las referencias, una persona no puede funcionar bien sin ellas. Hay que recuperar los valores consustanciales a la naturaleza humana, como son la generosidad y la cooperación. Está comprobado en medicina que si tienes una referencia clara, el nivel de estrés baja considerablemente. Y por último le diría que hay que aprender a ser felices en este entorno de ambigüedad, incertidumbre y cambio.
¿Que les diría a todos los jóvenes bien preparados que están acabando sus estudios universitarios en esta época tan complicada?
Yo les diría a los jóvenes, a todos los jóvenes, sean o no universitarios -que han tenido la oportunidad de ver cosas de nosotros-, que inviertan tiempo en ver cómo pueden añadir valor a la sociedad y que tienen que ayudar a otras personas. Y también les diría que confíen en si mismos, que se atrevan. Pero sobre todo les diría que no se dejen contaminar por las predicciones, porque no son una generación perdida o sin futuro, son una generación extraordinaria.
¿Por qué pese a tantas conferencias y libros de autoayuda como los suyos la gente parece vivir cada vez peor, psicológicamente hablando? ¿Será cierta esa frase que reza que los libros de autoayuda solo ayudan al autor del libro?
Yo no escribo libros de autoayuda, escribo ensayos. En un ensayo se profundiza en una idea y si esa idea puede ayudar, mejor. Son libros dirigidos a las personas, si escribimos debemos tener claro que es para ayudar a las personas, si solo se hace para vender, entonces el ego está en medio.
Pero también le diría a este lector que la clave no está en los libros que lees sino en lo que te dices a ti mismo en la vida, en cómo interpretamos lo que nos ocurre. ¿Nos damos la mano o nos señalamos con el dedo? La diferencia está en salir adelante o hundirse aún más. Actualmente se consumen muchos ansiolíticos debido al diálogo interior que mantenemos con nosotros mismos. Ese diálogo interior si es negativo puede reducir la zona del cerebro que nos da la capacidad de ser creativos.