De la isla del viento y la calma a la isla de los pájaros, como se traduce del turco Kusadasi, el nombre de la ciudad que se ha convertido en el hogar de Javier Hernández Naval.
Biznieto del historiador Francisco Hernández Sanz, su lugar de nacimiento "tenía que ser, como no, Mahón" pero "por una serie de circunstancias" fue Barcelona, aunque con pocos días de vida llegó a Menorca.
El Mediterráneo ha sido su patria; es el mismo mar que baña las costas menorquinas y, en su otro extremo, las de Turquía, donde se ha establecido para compaginar su profesión de marino con la dedicación a su familia.
Su pequeña hija Jimena, nacida de un segundo matrimonio, ha tenido mucho que ver con su decisión de vivir en Kusadasi, un enclave turístico en la costa egea de Turquía. Y es que este apasionado del mar y la navegación no quería volver a vivir la paternidad en la distancia.
¿Su experiencia como padre ha sido determinante para tomar la decisión de mudarse a Turquía?
Siempre que estuve navegando tuve la desgracia de poder ver a mis hijos mayores, Pablo y Hugo, apenas 15 días al año, y eso te pasa factura porque no los conoces. El motivo por el cual nos vinimos a Turquía es simple, cuando nació Jimena tenía muy claro que eso no iba a volver a pasar.
¿Allí puede conciliar mejor la familia y su dedicación al mar?
Sí, porque el armador siempre navega por las islas griegas y la costa turca, que es el único lugar en el Mediterráneo donde hay viento en verano. Eso me brindó la opción de traer a mi familia conmigo. De este modo, en lugar de ver a mi mujer y mi hija una semana cada seis meses, ahora las veo siempre que tengo un hueco entre navegación y navegación.
La aventura y el romanticismo de la profesión de marino se paga con soledad y algún momento duro...
La verdad, no lo cambio por nada, soy un enamorado del mar. Gracias a esto he conocido innumerables lugares y personas, de algunas no sé nada hace ya mucho tiempo, pero algún día sé que volveremos a cruzar nuestras proas. Pero es cierto que, durante todo el tiempo de navegación, lo que peor llevas es no poder ver a tus hijos, que junto a mi mujer y mis padres son lo más importante en esta vida. Casi durante ocho años los veía quince días cada seis meses y sí, créame, es muy duro, porque te pierdes su infancia, el día a día, las fiestas del colegio, las competiciones de judo...muchas cosas. Pero casi lo peor es que el reencuentro es casi el de dos desconocidos. Yo me he pasado más de una guardia con lágrimas en los ojos. Por eso decidimos mi mujer y yo que mientas Jimena no tenga la edad de escolarización, se vendrían conmigo allá dónde esté o lo más cerca posible. Este año, desde cualquier parte de las islas griegas o la costa turca hasta mi casa tengo 200 millas.
¿Cómo es la educación para su hija en Kusadasi? ¿Le preocupa que sea en un país musulmán?
Asiste a una guardería privada en la que el 90 por ciento de los niños son turcos, y se les enseña en turco y en inglés. Ella no tiene absolutamente ningún problema en comunicarse con los demás niños, los mayores somos los que tenemos el problema. La educación que se imparte es muy europea. Solo desde la Educación Primaria se incorpora la religión, que por supuesto es mulsulmana, y la historia. Mi hija entiende más o menos lo que le piden en turco, la verdad, yo lo llevo mucho peor. A pesar de tener un alfabeto occidental desde hace unos 80 años -antes de la revolución usaban la lengua árabe-, el turco no es fácil de pronunciar. Pero aquí casi todos hablan o chapurrean el inglés, así que no tenemos problemas.
Turquía aspira a su plena adhesión a la Unión Europea pero esa idea todavía genera rechazo en algunos gobiernos y en la mayoría de la población de los estados miembros ¿desde su perspectiva actual, usted lo ve viable?
No sé si de verdad están o no preparados para entrar a formar parte de la Unión Europea, pero particularmente yo pienso que sí. De hecho, las placas de matrícula de los automóviles ¡ya son idénticas a las europeas! También es cierto que muchísima gente se va a formar a Alemania, por ese motivo, aquí hay muy buenos profesionales. Te diré que la última vez que estuve en Urgencias en Palma por una otitis severa me recetaron unas gotas. Aquí hace un mes tuve el mismo problema y hasta que no me hicieron todas las pruebas que el médico estimó oportunas no me dejaron ni salir del hospital.
Sin embargo, la situación política se ha complicado. Estambul, Ankara y otras ciudades viven revueltas contra el Gobierno ¿cómo percibe este momento de tensión?
Para ser franco, aquí apenas llegan disturbios, es una de las zonas más tranquilas. Anduve conversando con amigos turcos y todos coinciden en lo mismo, la información internacional que se está facilitando no tiene que ver con la realidad. La realidad turca es otra muy distinta.
Pero no se puede negar el movimiento en las calles contra el primer ministro Erdogan.
Para el turco que realmente es consciente de lo que hizo Atatürk por el país -para muchos es casi un profeta-, es inverosímil pensar lo que quiere hacer el actual presidente, que no es otra cosa que volver 50 años atrás en el tiempo. Atatürk les trajo una forma occidental de pensar, otros valores morales, abrió el país a lo que hoy es Europa...en fin, son un conglomerado de cosas difíciles de digerir. (Kemal Atatürk fue el fundador y primer presidente de la moderna República de Turquía).
¿Cuáles son las propuestas que pueden llevar a esa involución?
Por los comentarios de mis amigos de aquí, Erdogan por lo visto quiere autoproclamarse 'pasha' de la República, como proclamarse rey, vamos. Asimismo, quiere volver a la lengua árabe e instaurar nuevamente el uso del velo para las mujeres. Se imaginará que después de todo este tiempo viviendo europeizados, sobre todo las mujeres, han puesto el grito en el cielo. Poco más puedo decir al respecto.
Vayamos a su terreno. Usted se dedica a la marina deportiva y, sin embargo, no ejerce en uno de los principales enclaves mediterráneos para ello, Balears. ¿Por qué?
Es otro de los factores que me trajo aquí, los precios abusivos y absurdos que enarbolan las marinas en Balears. Habría que escribir un capítulo entero sobre este tema. No es posible que en Maó, en Palma o Eivissa, teniendo muy poco que ofrecer, por desgracia, los precios sean más caros, con diferencia, que en Cannes o Saint Tropez. Tampoco puedo entender que viendo cómo el número de embarcaciones que se dirige a Balears es menor -obviamente por esos precios abusivos y tasas que se sacan de no sé dónde más el 23 por ciento del IVA-, se queden con las manos cruzadas, mirando para otro lado o, simplemente, justificando lo injustificable. Muchos amigos míos han optado también por arrumbar a Grecia o Turquía, donde los precios son razonables.
Para que se haga una idea, en Palma pagábamos cada mes casi 3.000 euros de amarre, aparte el agua y la luz. En Kusadasi por 6.000 estamos todo el año, con luz y agua. Increíble ¿no?
Reside usted en uno de los destinos que compite con Menorca por captar turistas ¿qué es lo que ve?
Yo llevo tres años haciendo prácticamente la misma ruta, por lo que ya conocía esta zona. Kusadasi está a 90 kilómetros de Izmir (Esmirna) y a 150 de Bodrum, que son las capitales costeras de Turquía, donde se mueve la náutica deportiva. En verano aquí no puedes caminar por la calle de la cantidad de turistas que hay, en su mayoría alemanes y holandeses, aunque el turismo ruso está en alza, y en invierno solo viven los locales.
A diferencia de otras ciudades del interior de Turquía, prácticamente toda la costa está absolutamente occidentalizada. Además, el turco es extremadamente amable y si puede ayudarte, lo hace sin dudarlo. Con decirle que, cuando fuimos a tramitar el permiso de residencia para presentar un acta notarial traducida al español a la Policía, la propia traductora, sin tener porqué, nos acompañó todo el día de aquí para allá para formalizar los trámites. Hoy es una de nuestras mejores amigas aquí en Kusadasi. Y lo que realmente admiro de este país es el respeto que tienen hacia sus mayores. Si un mayor viene a visitarte, ocupa el lugar de jefe de la casa.
¿Qué fue lo más chocante cuando se instalaron?
Intentar cruzar un paso de peatones ¡es jugarte la vida! Al principio tuve serios problemas con los conductores, hasta que me acordé de lo que decía mi abuelo "a donde fueres, haz lo que vieres". Ahora simplemente nos armamos de paciencia y esperamos a que no pase ningún coche, o a que sea un holandés el que conduce ¡siempre paran! En cuanto a la cocina de aquí, ahora ya estamos mucho más acostumbrados, la primera semana lo pasé fatal. Mi mujer lo llevaba mucho mejor porque es de México y está acostumbrada al picante.
Lleva muchas millas recorridas, desde su primera regata en el puerto de Maó ¿piensa regresar algún día a sus aguas?
Por supuesto que Turquía es solo una etapa de mi vida y todas las etapas finalizan. Y me encantaría volver a Menorca, realmente es mágica. Estar con mi hijo Hugo, que está en la edad de charlar con su padre, y establecer la base del barco allí. Pero si no cambian las cosas de momento va a ser imposible. Igual que yo, otras muchas personas que trabajan en la náutica también se irán, como ya está pasando desde hace un año. Que volveré es seguro ¿cuándo? Cuando llegue el momento.