Un año más, las fiestas de Sant Lluís llegan a su fin con el tradicional desfile de carrozas y comparsas. Cientos de personas llenaban las calles más céntricas del pueblo y se agolpaban en las aceras más próximas desde finales de la tarde para hacerse con los mejores sitios.
Colorido y con un punto de crítica. Las dos características que mejor definen este tradicional desfile, volvieron a destacar ayer con ruidosa animación mientras los "santlluïsers" disimulaban como podían la resaca y se despedían un año más de sus fiestas patronales y, aunque más se aferre a lo poco que queda del verano. Siete carrozas en total fueron las encargadas de animar el domingo con sus pintorescos protagonistas y su música ensordecedora.
Destacó, por su carácter reivindicativo, la propuesta del conocido grupo de amigos y vecinos del pueblo Sa Vessa Mos Fot. "El projecte educatiu vessut" representaba con un tono de crítica diluido en humor histriónico, el caso de los tres directores de centros educativos menorquines cesados por rechazar la aplicación del Tratado Integral de Lenguas. La carroza de los "vessuts", que incluía un aula estudiantil llena de alumnos, el despacho de un director de instituto y un patio de colegio con una canasta de basket, fue una de las ideas más detalladas del desfile. Incluía una pequeña representación en la que varios simulados miembros de los cuerpos de seguridad del Estado entraban en la carroza-aula para llevarse esposado a su director. El CP Vessut incluía además un cartel con su peculiar oferta de idiomas ficticios y un profesor chino con su particular estilo de enseñar a hablar inglés.
En la misma línea de crítica y risas destacó otra de las carrozas, dedicada a un tema tan en boga como es el de la corrupción de la clase política española. La iniciativa incluía una pequeña representación en la que varios de sus participantes, disfrazados como Luis Bárcenas, Iñaki Urdangarín y Julián Muñoz -Isabel Pantoja incluida- entre otros, acababan, tras un rápido y poco honroso juicio, en una prisión de lujo. Una manera vistosa de sacar a relucir los problemas de la clase gobernante española.
En el resto de carrozas hubo varios temas atemporales que mostraban a los pitufos, la película "Grease" y la estética rockabilly y el mundo de fantasía de la factoría Disney. Una última carroza dedicó su participación a otro de los eventos más relevantes del año: el nombramiento del Papa Francisco. Esta se llenó de cardenales, con sus sotanas púrpuras, bailando al ritmo de melodías que iban desde el canto gregoriano hasta la música techno.
El desfile contó además con la colaboración de varios grupos de 'geganters' de la Isla, las majorettes de Es Castell y el grupo Cap de Fibló. Así, Sant Lluís se despide un verano más de sus fiestas patronales. Unas carrozas que demostraron la creatividad de los participantes, su capacidad de crítica y su facilidad para la risotada fácil.