El pasado mes de febrero salía a la calle la revista "Alternativas económicas", un proyecto editorial en forma de cooperativa que dirige Andreu Missé. El periodista, asiduo del verano menorquín, se pasó ayer por el Cercle Artístic de Ciutadella para hablar sobre la publicación y debatir sobre modelos económicos.
Una nueva revista y en papel, eso sí que es una buena noticia en los tiempos que corren…
En realidad no solo hacemos una revista en papel, también tenemos una web para suscriptores. Nosotros no creemos que el debate papel o digital sea fundamental, lo importante son los contenidos. Para la gente que busca rigor y una explicación más completa lo importante es saber dónde puedes encontrar esa información. El soporte es secundario. Tenemos muchos suscriptores que son periodistas y lo utilizan como una manera de profundizar.
¿A qué lector va dirigida?
Nuestra labor fundamental es la divulgación, y pensamos en cómo explicar el tema a los ciudadanos en general… No quiero decir que sea para todo el mundo, tiene que ser para gente que tenga una inquietud en profundizar. Pero lo que ocurre es que la economía nos afecta cada vez más a todos. Si coges un periódico, desde la primera hasta la última página se habla de economía, no solo está en una sección, sino en muchas.
En su proyecto hablan de alternativas, ¿cuál es la que presentan en la situación actual?
Nosotros nos hemos constituido como una cooperativa, y eso ya es una cierta alternativa. Las cooperativas, si miramos cómo ha ido la crisis, han resistido mucho más en materia de empleo que el conjunto de las empresas. Y eso es porque tienen mecanismos de autoregulación.
Hablar de economía es hablar de empleo. Hace unos días el ministro De Guindos decía que la tasa de paro en 2013 sería inferior al 27,1 por ciento. Tal y cómo se reflejaba en algunos medios, parecía un logro…
A mí me hizo reír… Lo primero que hay que decir es que la razón por la que será menor el paro no tiene nada que ver con el empleo, que se sigue destruyendo; la razón por la que baja es porque se está reduciendo la población activa, muchas personas que buscaban empleo ya no lo hacen porque han pasado a ser inactivos y otros porque se han ido fuera. Igual de dramático es el 27,1 por ciento como el 26,5. Lo que esto revela es que el gobierno actual, y en general el anterior también, está enfocando el problema del empleo como esperando a que algo ocurra en el futuro. Pero la pregunta es qué están haciendo y qué medidas están adoptando. Nadie se ha comprometido a un objetivo de empleo, y eso sería una manera de demostrar que están dispuestos a hacer lo que fuera… Es un asunto muy dramático. Si hace cinco años nos hubieran hablado de esas cifras hubiéramos dicho que era imposible.
Decía recientemente en una entrevista que lo que falla es la clase dirigente y que los trabajadores españoles son muy apreciados en Europa...
De esta crisis, a los últimos que echaría la culpa es a los trabajadores. Porque ellos están pagando con el desempleo, con unos salarios cada vez más bajos… Los contratos de ahora no tienen nada que ver con los de mi generación, ni en derechos ni en cuantías. Más sacrificio del que están haciendo los trabajadores es impensable. Pensar que tienen parte de culpa me parece descabellado. España ha tenido muchos años de inmigración en países de Europa, y el prestigio de los trabajadores españoles fuera es increíble. Las multinacionales en este mundo globalizado son el mejor termómetro, y están implantadas en España y desplazando trabajo desde otros países aquí (...). El problema actual es que está cayendo el consumo, y si se va recortando el salario, pensiones, puestos de trabajo, el consumo se hunde y eso lleva a una espiral.
¿Cuál sería, a su juicio, el primer paso que tendríamos que dar para salir adelante?
Nosotros tenemos un problema muy serio y del que se habla poco; hablamos del mercado laboral para salir de la crisis, pero no tanto del sector financiero. Las empresas no tienen crédito para poder crear más empleo, y eso obliga a que cierren. Por lo tanto, la primera medicina sería sanear el sistema financiero. Hay una parte de la banca que es pública, los bancos que han quebrado, básicamente las cajas, y el Estado debería utilizarlos para aumentar el préstamo. Sin financiación no volverá a haber crecimiento. No solo hay que poner el foco en los salarios.
En los últimos datos, Portugal ha crecido. ¿Podemos tomar algún ejemplo?
Portugal es un país que llevaba muchos años sin crecer y estancado. En el último trimestre es de los que más ha crecido, pero estaba muy abajo. Sin embargo, nosotros hemos tenido una gran caída pero habíamos crecido mucho. Es un dato y tenemos que esperar más, y además no se ha despejado la duda de si van a necesitar un segundo rescate…
Aunque en su día no se dijo abiertamente, España sí está rescatada…
Estamos completamente rescatados. Nos han rescatado con 40.000 millones que hemos dedicado exclusivamente a la banca. Nuestro caso tiene todas las características de un rescate. .
¿Es optimista de cara al futuro?
No me quisiera definir como optimista o no optimista. Creo que si se mantienen las mismas políticas no se puede ser optimista (...). Si el Fondo Monetario Internacional, que no es nada sospechoso de ser una institución izquierdista está llamando la atención a Europa porque está siendo demasiado intensa la austeridad, si esa austeridad nos está destruyendo porque tenemos un nivel de paro que ya no puede ser más alto, si tenemos los bancos que no dan créditos… Si no se hubiera apretado, no estaríamos tan mal. Pienso que en algún momento determinado habrá un giro en la política y este país, con otro enfoque, saldrá de la crisis. Con la política actual no se puede ser optimista.