Más de 500 personas, muchas de ellas vestidas de verde, se concentraron ayer a las 12 horas frente a la Delegación de la Conselleria de Educación en Maó para demostrar la fortaleza del movimiento que ha propiciado la huelga indefinida y propagar las reivindicaciones de los docentes de la Isla. Acudieron maestros y profesores de distintos municipios de la Isla, algunos alumnos y varios padres.
La proclama que más se escuchó fue "¡Camps dimissió!", dirigido a la consellera de Educación pero que muchos hicieron extensivo, según dijeron, al diputado del PP Antoni Camps. La carta de este último en los medios, con su velada amenaza de que se tomaría nota de los nombres de los huelguistas, tuvo un destacado papel en la protesta, ya que muchos de los que hablaron se identificaron y afirmaron ser ajenos a estas presiones.
Maria Camps, delegada del STEI-i, abrió el acto divulgando el gran seguimiento de la huelga y señalando que la manifestación se vio limitada por unos servicios mínimos excesivos. Fue la primera en reclamar la dimisión de los otros dos Camps (Antoni y Juana María), y concluyó que "no podrán parar esta oleada con amenazas".
Joan Pere Amengual, de CCOO, hizo referencia a los recortes en los recursos, "las mentiras y difamaciones del Govern", y los tres directores expedientados. Jaqueline Moreno, de UGT, criticó a los que "imponen la política por encima de la ley" y apeló a que "nos estamos jugando el Estado de Derecho".
Una representación del colectivo de estudiantes 20 de juny, que señaló que "la educación debería ser un tema ya superado", enumeró las deficiencias que existen en la educación. Luego intervinieron docentes de distintos centros, relatando recortes de recursos económicos y humanos, ampliaciones de ratios, material que no llega nunca y con muchas referencias a los tres directores expedientados, cuya reincorporación a sus puestos de trabajo se solicitó de forma reiterada. Poco después de las 13 horas se cerró la protesta.