Sigue a casi un tercio de su capacidad. El Centro Penitenciario de Menorca (CPM) alberga actualmente a 78 internos cuando se ideó para dar cabida a un máximo de 210. Dos años y dos meses después de su inauguración, la cárcel está al 37 por ciento de su capacidad gracias en gran parte a la caída de la población reclusa en toda España, del 3,2 por ciento en el último año, lo que le ha permitido ganar tranquilidad en la organización interna del centro y reducir la conflictividad asociada a la masificación.
El centro fue diseñado por los arquitectos Ángel Fernández Alba y Soledad Pino como la cárcel más pequeña de España. Con un coste de 25 millones de euros, fue presentada políticamente como una cárcel para menorquines y personas procesadas en la Isla; sin embargo, dos años después, el 20% de los internos no tiene ningún tipo de vinculación con la Isla. Han llegado por petición propia o bien por el difícil encaje que tenían en otros centros.
En el momento de mayor ocupación, la prisión contó con un total de 84 presos y en estos dos años han sido más de 200 los que han pasado por una prisión que costó 25 millones de euros y nació rodeada de polémica. La sociedad menorquina mostró sus reticencias a la apertura del centro y tuvo la oposición del Partido Popular, centrada principalmente en la ubicación escogida, la carretera más turística de la Isla, justo al lado de la casa cuartel de la Guardia Civil.
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