El conflicto de la educación estuvo bien presente en la apertura del curso académico en la sede en Menorca de la Universitat de les Illes Balears. Lo estuvo en el exterior del Convent de Sant Diego donde se celebró el evento, con la presencia de medio centenar de «camisetas verdes»; y también en el interior.
Allí, el rector de la UIB, Llorenç Huguet, instó al presidente del Consell, Santiago Tadeo, a que interfiera en el conflicto que enfrenta al Govern con la comunidad educativa, para intentar lograr un acuerdo entre las partes y poner punto y final a esta crisis social.
Aunque fue inevitable referirse al tema, ayer el protagonismo era, precisamente, para los miembros de la comunidad educativa que envuelve a la extensión universitaria de Alaior, profesorado, alumnos y familias que optan por estudiar en este centro, dándole sentido y haciendo que la UIB siga creciendo. De hecho, según apuntó su rector, «en investigación somos la segunda del ranking, de entre 60; la sexta en captación de recursos para investigación; y la octava en calidad de sus docentes».
Aunque eso no quita que haya asignaturas pendientes, como pasar del actual decimoctavo al décimo puesto en capacidad tecnológica, y también «ser capaces de implicar más a administraciones, a la industria y a la sociedad». De ahí que lanzara un «os necesitamos» a la sociedad en general.
El acto empezó con un resumen de la memoria del año académico anterior, que fue seguido de la intervención de José Manuel Benejam, en representación de los compañeros graduados este año.
Luego llegó la entrega de diplomas a los alumnos que han finalizado sus estudios. Un momento que tuvo una doble vertiente. Por un lado, la más alegre, la obtención del título, y por otro, la reivindicativa. Y es que algunos de los alumnos no se cortaron a la hora de reivindicar la educación pública ante los representantes del Partido Popular presentes. Algunos lo hicieron provistos de las correspondientes camisetas verdes, y otros, con lazos verdes en las solapas y con pegatinas con el lema «Pel nostre futur, diàleg ja!».
Unas escenas que no gustaron ni a Tadeo ni a la alcaldesa de Alaior, Misericordia Sugrañes, que no pudieron ocultar su semblante serio mientras se sucedían las alusiones al conflicto.
En sus intervenciones, tanto Sugrañes como el presidente del Consell hicieron sendos «llamamientos al diálogo». Después de dar valor a la sede universitaria de Menorca por «los centenares de sueños y de nuevas oportunidades que ofrece», Santiago Tadeo se refirió al conflicto educativo asegurando tener «el máximo respeto hacia la comunidad educativa», aunque les recordó que «el futuro está en vuestras manos».
La doctora y profesora de Historia del Arte, Mercè Gambús, fue la encargada de impartir la lección inaugural, que versó sobre la importancia del patrimonio cultural. Un tema que sirvió también para reclamar entendimiento. «Conservar el patrimonio es una lección, porque requiere diálogo, toma de decisiones», señaló Gambús, recordando también que patrimonio es sinónimo de cultura y de raíces.
La apertura del curso tuvo su momento emotivo con el recuerdo a la desaparecida rectora de la UIB, Montserrat Casas, a quien se le rindió un sonado homenaje y se le dedicó el Gaudeamus Igitur, que interpretó la coral Canticus de Alaior, y que sirvió para cerrar el acto.