La fina lluvia que cae habitualmente sobre los West Midlands británicos hace que la ciudad de Stoke-on-Trent, situada a una hora de coche de Manchester o Liverpool, sea uno de esos lugares del Reino Unido en los que se anhela el sol mediterráneo. El tradicional mercado emisor, en lenguaje turístico, está viendo en los últimos años cómo el flujo de ciudadanos que buscaban instalarse en países de clima benigno, como España, le es devuelto ahora a causa de la crisis.
Allí, en el condado de Staffordshire, intenta abrirse camino el menorquín Domingo Marqués Salord, junto a su esposa, Victoria, oriunda de esta ciudad verde, conocida también por su industria cerámica y por ser cuna de algunas celebridades. Una de ellas, la gloria nacional de los dardos, Phil Taylor, apodado «The Power», campeón del mundo en dieciséis ocasiones.
¿Se ha aficionado ya a uno de los deportes británicos por excelencia?
- Taylor no es el único famoso que es de aquí (comenta Domingo dejando traslucir cierto orgullo hacia su ciudad de acogida), también el cantante Robbie Williams, y sus padres no viven lejos de nosotros. Y sobre el deporte, sí claro, es que es los más típico que hay, pasar la tarde en un pub, bebiendo algunas pintas de cerveza y jugando a dardos. De todos modos, aquí también se ha notado la crisis, especialmente en los pubs, han cerrado muchísimos.
Según las últimas informaciones, una media de 18 cierres a la semana por la subida de impuestos sobre las bebidas alcohólicas...
- Por eso y porque también tienen que pagar más tasas si quieren ampliar el horario más allá de las once u once y media de la noche, la hora en la que aquí suelen cerrar. Así que muchos negocios no pueden continuar.
Usted sabe bien lo que eso significa, procede de ese sector ¿por qué abandonó Menorca?
- Porque no podíamos aguantar más, solo con el trabajo de verano. Yo soy camarero, siempre he trabajado en el sector turístico, en Menorca, donde en mi último empleo llegué a ser segundo jefe de comedor, y años atrás también estuve en Tenerife. Pero últimamente el invierno en la Isla se ha vuelto muy duro, demasiado. Antes de la crisis encontraba algunos trabajos fuera de temporada, por ejemplo me dediqué un tiempo a los acabados de carpintería, pero ahora no hay nada. Así que el 31 de octubre del año pasado ya no pudimos aguantar más.
¿Fue entonces cuando decidieron emigrar al Reino Unido?
- Mi mujer es de Stoke-on-Trent, de hecho nosotros ya habíamos vivido aquí. Mientras trabajaba en Menorca nos conocimos, nos casamos hace diez años en Inglaterra y residimos en su ciudad durante seis meses. Después, decidimos instalarnos en Menorca. Ahora hemos tenido que dejarla por motivos laborales, y la verdad, ya tenemos la idea de seguir aquí, y volver en un futuro a la Isla pero solo de vacaciones, para ver a la familia y amigos.
¿Cómo se siente al constatar que ese paso es prácticamente definitivo?
- La verdad es que estamos bien aquí, hay más trabajo todo el año. Aunque se ha notado la crisis, no ha sido tan fuerte como en España. Menorca es muy bonita en verano, pero en invierno no queda actividad. Aquí es muy conocida, cuando digo que soy de la Isla me preguntan a ver qué hago viviendo en Inglaterra, pero cuando les explico los motivos lo entienden, saben que en nuestro país la situación está siendo muy dura.
¿Ha podido encontrar un empleo en el año que ha pasado allí?
- De momento he encontrado un trabajo a tiempo parcial, en un pub, me llaman cuando tienen más trabajo, viernes y sábados, o cuando tienen alguna celebración. Al mismo tiempo estoy buscando algo más fijo y de jornada completa en hoteles. Ahora comienza una buena época del año, hay más movimiento y ofertas de trabajo cuando llega la Navidad.
¿Cómo ha sido ese proceso de readaptarse a la vida en Inglaterra? ¿Ha notado muchos cambios desde que residió en Stoke a principios de esta década?
- Lo que más he notado es que antes había muchos más negocios abiertos, ahora han cerrado muchos, hay centros comerciales pero menos tiendas que hace unos años. También, igual que pasa en Menorca, hay muchas casas para vender o alquilar.
-¿Es difícil acceder a una vivienda? ¿Es muy cara?
- Depende de lo que estés buscando, pero aquí es posible encontrar una vivienda por 60.000 o 70.000 libras (unos 83.500 euros al cambio). Nosotros ahora estamos viviendo en una propiedad de la familia de mi mujer.
Como suele ocurrir en estos casos, la familia arropa, imagino que es un gran apoyo...
- Sí, desde luego. Desde que llegamos mi familia política, mis suegros y cuñados, nos han ayudado muchísimo. Estuvimos viviendo unos seis o siete meses en la casa de los padres de mi esposa. La familia aquí se ayuda cuando pasan estas cosas. Realmente hacemos una vida muy familiar, porque en Inglaterra salir es caro; salir a beber es caro y salir a restaurantes muy caro, así que nos reunimos en casa, con amigos. Como ocurre cada vez más también en Menorca, que la gente sale ya de madrugada.
¿Qué otras actividades se puede permitir?
- Pasear, ir al centro, que lo tenemos a 15 o 20 minutos caminando. Este verano ha hecho buen tiempo, eso sucede una vez cada veinte años, así que sobre todo pasear, porque no tenemos coche. Alguna vez vamos a Londres, que está a una hora y cuarto en tren, y pasamos el día.
Supongo que el idioma no ha sido un problema.
- No, yo ya lo estudié en el colegio y, la verdad, trabajando de camarero y en la hostelería desde los quince años..., yo ya hablaba inglés. Además, había ido a clases también con cursos del INEM, aunque claro, aquí cada día lo voy perfeccionando más.
¿Es muy distinto el trato con la gente, como turista, al que se da en su lugar de origen?
- La gente inglesa es amable, puede que un poco más fríos que nosotros, pero amable. Eso sí, cuando van por la calle van a lo suyo y hay mucho estrés. Si trabajan por ejemplo en Manchester y entran temprano, tienen que levantarse a las cinco para llegar allí. Y aunque acaben la jornada antes, cuando llegan a su casa ya son las siete de la tarde. Así que sales de casa de noche y llegas de noche.
¿Cómo ve la actualidad? ¿Cree que habrá secesión escocesa o, por ejemplo, entrada en el euro?
- En el euro no entrarán nunca, después de ver cómo va en el resto de Europa. Sobre el independentismo, he tratado con escoceses, sé que no les gusta nada que a todos les llamemos ingleses, y que tienen clara su identidad, pero no he visto protestas o manifestaciones. Tampoco hablamos mucho de eso.
¿Cuál es ahora su ilusión?
- Quiero quedarme aquí, y mi sueño es tener un negocio propio, abrir un 'spanish bar' en Stoke-on-Trent, del estilo de los que ya están funcionando en Manchester y Liverpool.