A día de hoy unir el nombre de Menorca con el apellido de Reserva de la Biosfera es un hecho que se hace prácticamente sin esfuerzo, casi como un acto reflejo que se haya realizado desde siempre. Sin embargo, la Isla lleva dos décadas pudiendo presumir de esta distinción. Veinte años de título que dan para ver el vaso medio lleno o medio vacío, depende de quién y cómo lo mire.
El balance de quienes han llevado las riendas de esta Isla ya con el título de Reserva de la Biosfera es mayoritariamente positivo. Nadie discute la conveniencia del título. Sin embargo, sí hay diferencias a la hora de evaluar si el camino recorrido hasta ahora ha sido suficiente o no.
Quien era presidente del Consell cuando se firmó la declaración en el año 1993, JoanHuguet, entiende que el título ha permitido conseguir muchos hitos, pero en su opinión, falta alcanzar uno de los más importantes. «Menorca y sus poderes públicos no han entendido aún que es compatible ser Reserva de la Biosfera con un crecimiento económico harmónico».
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