Dos suicidios en menos de seis meses han hecho saltar todas las alarmas en el Centro Penitenciario de Menorca. La muerte de un joven mahonés de 31 años, cuyas iniciales son Oliver E.H, el pasado fin de semana se suma al fallecimiento el pasado mes de mayo en el hospital Mateu Orfila de Carlos Silva, tras intentar ahorcarse en su celda de la prisión menorquina.
Fuentes penitenciarias confirmaron ayer que el fallecimiento se debió a un suicidio, aunque se mantienen todas las cautelas a la hora de explicar las condiciones en que se produjo por miedo al efecto en cadena que pueda tener una conducta que tiene un efecto aún más grande en situaciones de privación de libertad.
El Centro Penitenciario cuenta con un protocolo antisuicidios, que se pone en marcha cuando existen sospechas en el comportamiento del interno que hacen prever una posible conducta autolesiva. En ese caso, el centro suele asignarle a otro preso para que lo acompañe en su celda. Hay que tener en cuenta que la baja ocupación de la prisión hace que a día de hoy los presos cuenten con habitaciones individuales.
En el último caso no existían antecedentes ni señales que hicieran prever que Oliver E.H. fuese un interno proclive a tener actitudes suicidas, por lo que no se activó el protocolo. Todas las celdas cuentan con mobiliario fijado para evitar suicidios, sin embargo, la presencia de rejas y de literas hacen muy difícil controlar al cien por cien esa posibilidad.
En el centro penitenciario más pequeño de España y sin duda uno de los menos poblados (80 internos cuando hay capacidad para 210), las dos muertes por suicidio registradas han generado una gran inquietud, ya que se teme que las muertes tengan un efecto llamada que haga que en los próximas semanas puedan reproducirse las amenazas de suicidio, con las dificultades que comporta para discernir las amenazas reales. Por el momento se han iniciado sendas investigaciones judicial y administrativa.
Mientras tanto, desde Instituciones Penitenciarias y desde la dirección del centro negaron ayer cualquier declaración respecto a las graves acusaciones vertidas por los familiares de los presos, que denuncian maltratos por parte de los funcionarios, un extremo que, no obstante, desde el centro se ha negado desde el principio.
En ese sentido, Esquerra de Menorca (EM) anunció ayer que elevará el caso a su grupo político en el Congreso, Izquierda Plural para que interpele al ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, sobre las condiciones de la prisión insular: «Alguna cosa tiene que fallar para que pasen estas cosas», aseguró el coordinador de la formación, Juanmi Gomila, quien exigió que se investigue a fondo y de forma independiente las acusaciones de los familiares.
Vigilancia Penitenciaria no tenía ninguna queja del interno
La juez de Vigilancia Penitenciaria realiza visitas periódicas al centro penitenciario de Menorca, la última hace diez días. Se encarga de recabar las quejas de los internos y, según informaron ayer a este diario fuentes judiciales, no recogió ninguna queja del preso menorquín que el domingo se quitó la vida en la prisión insular.
Los juzgados de instrucción iniciaron una investigación de oficio que sigue abierta, como ocurre normalmente con los fallecimientos.
Fuentes penitenciarias aseguraron asimismo a este diario que los detalles del suicidio están pendientes de los resultados de la autopsia que se le realizó el pasado lunes.Izquierda Unida interpelará al ministro del Interior sobre las condiciones de la cárcel de Menorca.