Unas 1.300 personas ya han estampado su firma en el documento promovido por la asociación de vecinos de Cala en Blanes en demanda de la construcción de un Carril Velo en la avenida de Calespiques que «reordene el tráfico y controle la velocidad de los vehículos» que circulan por esta vía, la principal de la urbanización.
La iniciativa, que respaldan tanto transportistas como centros escolares, pretende pacificar el tráfico, ganar en seguridad y poner fin a las molestias que sufren los vecinos especialmente a lo largo del verano.
La instancia presentada en agosto, y aún no respondida oficialmente por el Ayuntamiento, aboga por reconvertir la avenida, limitando la velocidad máxima a solo 30 kilómetros/hora y dando cabida a un carril-bici. Éste se prolongaría a lo largo de toda la vía, de 1,4 kilómetros, y daría continuidad al ya diseñado, y todavía pendiente, que el Consell se ha comprometido a ejecutar en la carretera de Cala en Blanes.
El concejal de Turismo, Pedro Gener, ya se ha comprometido verbalmente a trabajar en la redefinición de la calle, de acuerdo con la propuesta vecinal. La asociación pide que se reduzca el ancho de la vía desde los doce metros actuales a solo siete y se aproveche la actuación tanto para reordenar los aparcamientos existentes como para «remodelar los pasos de peatones», ya que éstos «no cumplen la normativa actual, son muy altos y hacen ruido». Así esperan lograr que la avenida «sea más tranquila y acogedora».
«Las actuales bandas reductoras de velocidad no solucionan el problema», apunta Joan Sastre, miembro de la junta vecinal, quien esgrime al respecto el escrito que, en este mismo sentido, mandó en septiembre el presidente de los transportistas, Joaquín Bisbal, al alcalde José María de Sintas. En la misiva, Bisbal recordaba al primer edil de Ciutadella que «todos los pasos peatonales evelados deben adaptarse a la normativa vigente», por lo que cabe adecuar los ya instalados en la zona.
Hasta que no se acometa esta mejora, dicen los vecinos, la población residente seguirá sufriendo «el exceso de presión turística» de la urbanización, el «abuso acentuado» en la circulación de vehículos y la alta contaminación por emision de gases» que ello provoca. Reordenar la vía, insiste, «es esencial» no solo para garantizar el descanso, sino también para «potenciar la imagen de una Ciutadella abierta al visitante y respetuosa con el ciudadano local».